Crítica: "La deuda", metáfora de una sociedad acreedora
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Por Edurne Sarriegui
Dos figuras del cine iberoamericano, la argentina Lita Stantic y los españoles hermanos Almodóvar producen "La deuda" (2019), última obra del argentino Gustavo Fontán (El Árbol", "La Casa", "El Limonero Real"). Autor de un cine personal y poético, alejado de las convenciones del cine tradicional, en esta ocasión se acerca un poco más a un cine narrativo, aunque solo en apariencia, con un guion que escribe junto a Gloria Peirano.
En "La Deuda" la protagonista es Mónica (Belén Blanco), empleada de un estudio contable situado en el centro de Buenos Aires, allí donde las oficinas se amontonan y acuden a trabajar durante el día un gran número de personas.
Por algún motivo que nunca se determina, Mónica toma "prestado" un dinero destinado a hacer un pago de un cliente. Parece que no es la primera vez que lo hace y su jefe, cuando descubre la situación, le conmina a subsanarla al día siguiente al comenzar la jornada laboral.
Ahí comienza el periplo de Mónica para conseguir la cantidad requerida durante el transcurso de la noche. En su deambular nocturno la protagonista recurrirá a distintas personas para conseguir el dinero y pronto se hace patente que ese derrotero es una excusa de Fontán para describir una situación social alienante, y no para narrar las maniobras de Mónica en pos de resolver su problema.
El personaje protagónico no deja entrever sus motivaciones pero sí muestra actitudes tirantes con sus afectos y un uso descarado de sus vínculos más cercanos para conseguir lo que necesita.
Acompañan a Belén Blanco en la actuación Andrea Garrote, Marcelo Subiotto y Leonor Manso entre otros.
La nocturnidad en la que trascurre la historia, la soledad de las calles, la frialdad el entorno y la lejanía que el personaje central manifiesta con sus vínculos no son sino metáforas de lo que realmente el autor quiere transmitir: la descripción de un estado social perturbado al que se le pueden reclamar múltiples deudas con la comunidad.
En "La deuda" son protagonistas la soledad y la falta de comunicación, la ausencia de empatía, la lucha por la supervivencia. Es un film metafórico y descriptivo, en el que la acción no tiene un papel preponderante. Para solaz de cultores del cine de autor y admiradores de la obra de Gustavo Fontán.
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Dos figuras del cine iberoamericano, la argentina Lita Stantic y los españoles hermanos Almodóvar producen "La deuda" (2019), última obra del argentino Gustavo Fontán (El Árbol", "La Casa", "El Limonero Real"). Autor de un cine personal y poético, alejado de las convenciones del cine tradicional, en esta ocasión se acerca un poco más a un cine narrativo, aunque solo en apariencia, con un guion que escribe junto a Gloria Peirano.
En "La Deuda" la protagonista es Mónica (Belén Blanco), empleada de un estudio contable situado en el centro de Buenos Aires, allí donde las oficinas se amontonan y acuden a trabajar durante el día un gran número de personas.
Por algún motivo que nunca se determina, Mónica toma "prestado" un dinero destinado a hacer un pago de un cliente. Parece que no es la primera vez que lo hace y su jefe, cuando descubre la situación, le conmina a subsanarla al día siguiente al comenzar la jornada laboral.
Ahí comienza el periplo de Mónica para conseguir la cantidad requerida durante el transcurso de la noche. En su deambular nocturno la protagonista recurrirá a distintas personas para conseguir el dinero y pronto se hace patente que ese derrotero es una excusa de Fontán para describir una situación social alienante, y no para narrar las maniobras de Mónica en pos de resolver su problema.
El personaje protagónico no deja entrever sus motivaciones pero sí muestra actitudes tirantes con sus afectos y un uso descarado de sus vínculos más cercanos para conseguir lo que necesita.
Acompañan a Belén Blanco en la actuación Andrea Garrote, Marcelo Subiotto y Leonor Manso entre otros.
La nocturnidad en la que trascurre la historia, la soledad de las calles, la frialdad el entorno y la lejanía que el personaje central manifiesta con sus vínculos no son sino metáforas de lo que realmente el autor quiere transmitir: la descripción de un estado social perturbado al que se le pueden reclamar múltiples deudas con la comunidad.
En "La deuda" son protagonistas la soledad y la falta de comunicación, la ausencia de empatía, la lucha por la supervivencia. Es un film metafórico y descriptivo, en el que la acción no tiene un papel preponderante. Para solaz de cultores del cine de autor y admiradores de la obra de Gustavo Fontán.
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