Crítica: "Adú", escapar, única salida
- por © NOTICINE.com
Por Eduardo Larrocha
"Adú", dirigida por Salvador Calvo, está inspirada, como dice la promoción, en millones de historias reales. Esta producción española está contada por el director a partir de un caso concreto, el del pequeño héroe que da nombre a la película. Podrían haberse contado historias de otros emigrantes y refugiados.
Adú, interpretado por Moustapha Oumarou, es un actor que en realidad es un niño de la calle en una población tuareg. Hace su papel de una manera tan llena de verdad que conmueve en su espontánea humanidad. Sufre unas penalidades que difícilmente seríamos capaces de afrontar. Impresiona la fuerza de su bondad en simbiosis con el instinto de supervivencia. Con la aventura de Adú, la película tendría suficiente calado, pero hay otros personajes y situaciones. Entre ellos está un comprometido y brusco defensor de los elefantes que interpreta Luis Tosar. Es un activista medioambiental que no congenia con los valores de esa zona del mundo. Lucha por la supervivencia de los paquidermos en el mismo parque nacional de Camerún, de donde ha de huir el niño junto a su hermana Zayiddiya Dissou.
Ambos no tienen otra opción tras presenciar la matanza de un ejemplar único, todos los son, de elefante y ser reconocidos por los que perpetran la masacre. Su brújula vital les conduce hacia el Monte Gurugú camino de encontrar a su padre que hace tiempo ha emigrado a España. Al cooperante le llega su hija, Anna Castillo, a la que no ha cuidado como debía. Adú está rodada en Senegal, Melilla y Benin porque no fue posible hacerlo ni en Marruecos, ni en el interior selvático de Camerún. En paralelo, una trama policial en la valla de Melilla donde tres guardias civiles -Álvaro Cervantes, Jesús Carroza y Miquel Fernández - tienen que contener a cientos de personas que intentan venir a Europa. Tendrán que afrontar un proceso por actuación improcedente.
Destinos cruzados en la huida de Adú. Son caminos en teoría convergentes por más que no lleguen los protagonistas a tener conciencia de que sus vidas se acercan pero nunca llegan a encontrarse. Una metáfora de la realidad que vivimos y que conmueve nuestras almas occidentales.
"Adú" tiene secuencias que nos pueden helar el corazón y un entramado complejo que aporta distintos puntos de vista sobre el drama de la emigración y las causas que la provocan. La película nació mientras el director rodaba en Canarias Los últimos de Filipinas. A diferencia de aquella opera prima, Salvador Calvo se acerca mucho más en Adú a la realidad que describe. La historia de nuestro últimos héroes olvidados en tiempos del desastre colonial en el extremo oriental de Asia resultaba algo acartonada.
Esta película se sitúa en la línea de dos recientes producciones españolas: "El cuaderno de Sara", de Norberto López Amado, y "El viaje de Marta", de Neus Ballús. Todas ellas aportan una mirada europea sobre dramas en distintos puntos de África. Además de sentir empatía por Adú, su hermana y su amigo, el leal Masaar, parte de la entrada servirá para apoyar a distintas Organizaciones no Gubernamentales. A ello se han comprometido los directivos de Mediaset, una de las productoras de "Adú".
Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER
"Adú", dirigida por Salvador Calvo, está inspirada, como dice la promoción, en millones de historias reales. Esta producción española está contada por el director a partir de un caso concreto, el del pequeño héroe que da nombre a la película. Podrían haberse contado historias de otros emigrantes y refugiados.
Adú, interpretado por Moustapha Oumarou, es un actor que en realidad es un niño de la calle en una población tuareg. Hace su papel de una manera tan llena de verdad que conmueve en su espontánea humanidad. Sufre unas penalidades que difícilmente seríamos capaces de afrontar. Impresiona la fuerza de su bondad en simbiosis con el instinto de supervivencia. Con la aventura de Adú, la película tendría suficiente calado, pero hay otros personajes y situaciones. Entre ellos está un comprometido y brusco defensor de los elefantes que interpreta Luis Tosar. Es un activista medioambiental que no congenia con los valores de esa zona del mundo. Lucha por la supervivencia de los paquidermos en el mismo parque nacional de Camerún, de donde ha de huir el niño junto a su hermana Zayiddiya Dissou.
Ambos no tienen otra opción tras presenciar la matanza de un ejemplar único, todos los son, de elefante y ser reconocidos por los que perpetran la masacre. Su brújula vital les conduce hacia el Monte Gurugú camino de encontrar a su padre que hace tiempo ha emigrado a España. Al cooperante le llega su hija, Anna Castillo, a la que no ha cuidado como debía. Adú está rodada en Senegal, Melilla y Benin porque no fue posible hacerlo ni en Marruecos, ni en el interior selvático de Camerún. En paralelo, una trama policial en la valla de Melilla donde tres guardias civiles -Álvaro Cervantes, Jesús Carroza y Miquel Fernández - tienen que contener a cientos de personas que intentan venir a Europa. Tendrán que afrontar un proceso por actuación improcedente.
Destinos cruzados en la huida de Adú. Son caminos en teoría convergentes por más que no lleguen los protagonistas a tener conciencia de que sus vidas se acercan pero nunca llegan a encontrarse. Una metáfora de la realidad que vivimos y que conmueve nuestras almas occidentales.
"Adú" tiene secuencias que nos pueden helar el corazón y un entramado complejo que aporta distintos puntos de vista sobre el drama de la emigración y las causas que la provocan. La película nació mientras el director rodaba en Canarias Los últimos de Filipinas. A diferencia de aquella opera prima, Salvador Calvo se acerca mucho más en Adú a la realidad que describe. La historia de nuestro últimos héroes olvidados en tiempos del desastre colonial en el extremo oriental de Asia resultaba algo acartonada.
Esta película se sitúa en la línea de dos recientes producciones españolas: "El cuaderno de Sara", de Norberto López Amado, y "El viaje de Marta", de Neus Ballús. Todas ellas aportan una mirada europea sobre dramas en distintos puntos de África. Además de sentir empatía por Adú, su hermana y su amigo, el leal Masaar, parte de la entrada servirá para apoyar a distintas Organizaciones no Gubernamentales. A ello se han comprometido los directivos de Mediaset, una de las productoras de "Adú".
Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER