Crítica Macabro: "Mírame", un cuento gótico en Xochimilco
- por © Correcamara.com-NOTICINE.com
Por Lorena Loeza
¿A qué regresa un alma en pena? ¿A buscar venganza, a aclarar las cosas, a que todos sepamos que lo sobrenatural existe? Bajo esta premisa, el mexicano Pavel Cantú presenta su opera prima, "Mírame" (2020), dedicada a uno de los géneros más exigentes que existe: el de terror. Y además lo hace en el marco de las leyendas y los canales de Xochimilco, un sitio mágico donde lo espiritual y lo místico parecen surcar los canales de tan emblemático lugar. "Mírame" forma parte de la programación del Festival Macabro, que se lleva a cabo del 19 al 29 de agosto en la Cineteca Nacional y otras salas de la Ciudad de México.
La película de Cantú, navega entre el drama familiar, el primer amor de la adolescencia y la tragedia de la soledad y la muerte. Y lo hace colocando cada elemento en su justo lugar dentro de una historia que nos recuerda a aquellas que nos contaban las abuelas para meternos miedo por las noches.
En "Mírame", Lalo (Alex Alpuche) pierde a su padre que era su única familia, por lo que debe ir a vivir con su abuela (Dolores Heredia) a quien no conoce, dado que la familia no mantenía relación, ni cercanía.
Todo es nuevo para Lalo y le cuesta trabajo adaptarse a su nueva realidad. En la escuela conoce a Rana (Regina Reynoso) con quien traba una amistad cómplice, en medio de tantas transiciones dolorosas.
Pero no es sólo el duelo lo que atormenta a Lalo. Pronto empieza a tener extrañas visiones de una mujer que parece perseguirlo de manera cada vez más obsesiva. Entre la lucha por conocer más de las historias de su padre y madre y las leyendas locales acerca de las almas atormentadas, Lalo se siente cada vez más perseguido y atemorizado.
Con un ritmo adecuado y una tensión que va en aumento en la medida que se va descubriendo la verdad de las cosas que pasaron y que marcaron el destino de los protagonistas, podríamos decir que la película cumple con lo que promete: un cuento gótico de fantasmas a la orilla de los canales.
También es una muestra de este cine en el que nos vemos reflejados en nuestra cotidianidad, contando historias que parecen simples, pero que requieren de un cuidado trabajo narrativo para llegar a buen puerto. Y esta película logra eso, conducirnos por el sinuoso camino de los relatos populares y las tragedias humanas, que fin de cuentas son la materia prima de nuestros temores internos y de nuestras arraigadas creencias acerca de las almas en pena y del castigo por nuestras faltas en la eternidad.
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¿A qué regresa un alma en pena? ¿A buscar venganza, a aclarar las cosas, a que todos sepamos que lo sobrenatural existe? Bajo esta premisa, el mexicano Pavel Cantú presenta su opera prima, "Mírame" (2020), dedicada a uno de los géneros más exigentes que existe: el de terror. Y además lo hace en el marco de las leyendas y los canales de Xochimilco, un sitio mágico donde lo espiritual y lo místico parecen surcar los canales de tan emblemático lugar. "Mírame" forma parte de la programación del Festival Macabro, que se lleva a cabo del 19 al 29 de agosto en la Cineteca Nacional y otras salas de la Ciudad de México.
La película de Cantú, navega entre el drama familiar, el primer amor de la adolescencia y la tragedia de la soledad y la muerte. Y lo hace colocando cada elemento en su justo lugar dentro de una historia que nos recuerda a aquellas que nos contaban las abuelas para meternos miedo por las noches.
En "Mírame", Lalo (Alex Alpuche) pierde a su padre que era su única familia, por lo que debe ir a vivir con su abuela (Dolores Heredia) a quien no conoce, dado que la familia no mantenía relación, ni cercanía.
Todo es nuevo para Lalo y le cuesta trabajo adaptarse a su nueva realidad. En la escuela conoce a Rana (Regina Reynoso) con quien traba una amistad cómplice, en medio de tantas transiciones dolorosas.
Pero no es sólo el duelo lo que atormenta a Lalo. Pronto empieza a tener extrañas visiones de una mujer que parece perseguirlo de manera cada vez más obsesiva. Entre la lucha por conocer más de las historias de su padre y madre y las leyendas locales acerca de las almas atormentadas, Lalo se siente cada vez más perseguido y atemorizado.
Con un ritmo adecuado y una tensión que va en aumento en la medida que se va descubriendo la verdad de las cosas que pasaron y que marcaron el destino de los protagonistas, podríamos decir que la película cumple con lo que promete: un cuento gótico de fantasmas a la orilla de los canales.
También es una muestra de este cine en el que nos vemos reflejados en nuestra cotidianidad, contando historias que parecen simples, pero que requieren de un cuidado trabajo narrativo para llegar a buen puerto. Y esta película logra eso, conducirnos por el sinuoso camino de los relatos populares y las tragedias humanas, que fin de cuentas son la materia prima de nuestros temores internos y de nuestras arraigadas creencias acerca de las almas en pena y del castigo por nuestras faltas en la eternidad.
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