Crítica: "Regresar al final", crónica familiar en tiempo de confinamiento
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Por Julio Borrero
"Regresar al final" (2022) es la séptima película de la filmografía del cineasta chileno Gustavo Letelier. El director acostumbra a relatar en sus largometrajes historias de temática familiar ("Pelícano", "La virtud de la familia", etc.). En esta ocasión, se cuenta la historia de una familia durante la pandemia. Se desvelan sus conflictos y sus secretos tras el trágico suicidio de la madre. Un padre ausente, una hija emigrada, un hijo bohemio y una tía mística son los protagonistas de este drama cargado de emociones y de la incertidumbre que rodeaba a los primeros confinamientos en 2020.
Letelier consigue crear, ante todo, una historia de ausencia. Ya sea por las restricciones a causa de la pandemia o a causa de las rencillas familiares, no se llegan a ver a los protagonistas compartiendo escena. Sólo el hijo y su novio y la hija y su esposo se hablan cara a cara; las demás interacciones tienen lugar por teléfono o por videollamada. Es una historia de lucha contra la soledad, si se quiere.
La trama es difusa y se desarrolla a lo largo de varios años, llegando a tocar el futuro próximo, imaginado por Letelier como un confinamiento continuado, plagado de tensión social. Hay en la familia numerosas conversaciones pendientes le dan un clima sombrío al film. Destaca la mala relación del hijo tanto con su madre como con el padre. Pero, de nuevo, esto no se plasma en acaloradas discusiones, sino en silencios y vacíos. Son las mujeres, la hija y la tía tras fallecer la madre, las que tratan de mantener a la familia unida.
Dada la continua soledad de los personajes durante la película, el relato resulta intimista, acompañado además de bellísimos planos que rompen con el claustrofóbico encierro y abren la puerta a la trascendencia. Esto lo hacen apoyados en una delicada y recurrente banda sonora que hace aflorar los sentimientos.
"Regresar al final" ofrece también una desencantada visión el nuevo mundo que se viene, con un mercado laboral incapaz de integrar a personas mayores muy experimentadas y con una desafección y tensión social crecientes. El film consigue hacer un relato acorde a su década.
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"Regresar al final" (2022) es la séptima película de la filmografía del cineasta chileno Gustavo Letelier. El director acostumbra a relatar en sus largometrajes historias de temática familiar ("Pelícano", "La virtud de la familia", etc.). En esta ocasión, se cuenta la historia de una familia durante la pandemia. Se desvelan sus conflictos y sus secretos tras el trágico suicidio de la madre. Un padre ausente, una hija emigrada, un hijo bohemio y una tía mística son los protagonistas de este drama cargado de emociones y de la incertidumbre que rodeaba a los primeros confinamientos en 2020.
Letelier consigue crear, ante todo, una historia de ausencia. Ya sea por las restricciones a causa de la pandemia o a causa de las rencillas familiares, no se llegan a ver a los protagonistas compartiendo escena. Sólo el hijo y su novio y la hija y su esposo se hablan cara a cara; las demás interacciones tienen lugar por teléfono o por videollamada. Es una historia de lucha contra la soledad, si se quiere.
La trama es difusa y se desarrolla a lo largo de varios años, llegando a tocar el futuro próximo, imaginado por Letelier como un confinamiento continuado, plagado de tensión social. Hay en la familia numerosas conversaciones pendientes le dan un clima sombrío al film. Destaca la mala relación del hijo tanto con su madre como con el padre. Pero, de nuevo, esto no se plasma en acaloradas discusiones, sino en silencios y vacíos. Son las mujeres, la hija y la tía tras fallecer la madre, las que tratan de mantener a la familia unida.
Dada la continua soledad de los personajes durante la película, el relato resulta intimista, acompañado además de bellísimos planos que rompen con el claustrofóbico encierro y abren la puerta a la trascendencia. Esto lo hacen apoyados en una delicada y recurrente banda sonora que hace aflorar los sentimientos.
"Regresar al final" ofrece también una desencantada visión el nuevo mundo que se viene, con un mercado laboral incapaz de integrar a personas mayores muy experimentadas y con una desafección y tensión social crecientes. El film consigue hacer un relato acorde a su década.
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