Crítica Berlinale: "20 000 especies de abejas", lecciones de vida

por © NOTICINE.com
"20 000 especies de abejas"
"20 000 especies de abejas"
Por Carolina G. Guerrero     

Este año la alfombra roja de la Berlinale esta siendo más solidaria, y reivindicativa de lo que podemos recordar, y dentro de este ambiente de apertura y de intentar poner un grano de arena en los conflictos internacionales que acontecen en el panorama actual de este mundo descalabrado, aparece la película vasca de Estibaliz Urresola, de titulo difícil de olvidar, "20 000 especies de abejas".

La cinta que compite en Berlín por su mayor galardón, el Oso de Oro, ha tenido una emocionante acogida, porque claramente está muy llena de emociones de muchos tipos, y parece que ha sabido embargar de ese sentimiento al publico y la prensa en general.

Es este el primer largometraje de ficción de su directora, la cinta se rodó el pasado verano entre Llodio, Amurrio y Hendaya, en Euskadi. Conforman el reparto una muy creíble Patricia López Arnaiz, la niña y protagonista Sofia Otero, Ane Gabarain, y Martxelo Rubio entre otros.

El titulo de esta película que escribe y dirige Estibaliz, es sutil en su mensaje, lo mismo que su contenido, hay tantas abejas como especies entre ellas, y esta es la historia de una niña, nacida niño, que descubre desde sus tiernos y tempranos 8 años, que algo no encaja en sí misma.

"20 000 especies de abejas" explora muchos territorios, que por supuesto forman parte de la cotidianidad de cualquier familia o sociedad, como son la falta de comunicación, que es clave, aunque Aitor, Coco, Lucia, tendrá la suerte de contar con una madre bastante receptiva y sensible, y una tía abuela que será clave en el desarrollo de su metamorfosis, y su libertad de identidad.

Ane tiene tres hijos una niña adolescente y dos chicos de edades parecidas, uno de ellos es Aitor, la madre decide llevárselos de viaje en las vacaciones de verano, para escapar también de una relación de pareja rota desde hace tiempo, pero que no termina de zanjar, no sabemos si por vergüenza, por la gente que les rodea, o simplemente por cobardía. Decide refugiarse en el taller de escultura del que fuera su padre en la casa familiar, y allí, entre moldes de escayola, cera caliente y hierro fundido,  intentara poner orden a su vida.



Pero el entorno es complicado. Por un lado hay una madre que siempre lo solucionó todo mirando para otro lado,  sin querer profundizar en las heridas que pueden doler, y que tienen que doler para hallar cura, intentando mantener una imagen que no se corresponde con la realidad, y con la que choca frontalmente con su hija Ane, y su nieta en proceso de cambio, un entorno clásico que costara enfrentar, pero que su directora y guionista trata con una gran sensibilidad, delicadeza, y por momentos retazos de poesía, por supuesto el entorno bucólico y campestre ayuda a encontrar oxigeno, en una situación de ahogo y desconcierto constante.

Un tema actual como este, delicado de tratar sin herir sensibilidades, y que muchos pueden sentir como caprichos o modas infantiles, se plasma en la gran pantalla, como una lucha interna, que genera mucho dolor, y sobre todo dolor por desconocimiento e incapacidad de  no saber como abordar el tema.

Pero la historia también da solución a este conflicto, la que da la propia naturaleza, porque ahí radica todo. Nos hemos dejado engullir por una sociedad rígida, sin empatía, sin personalidad en muchos casos, y la mayoría priorizan su existencia, dejándose llevar por convencionalismos absurdos y tristes que inhabilitan en todos los aspectos. Si algo no funciona hay que desecharlo, si algo intenta salir a la luz, hay que dejarlo salir con toda naturalidad, y frescura.

Esta película no solo habla del duro viaje -"doble viaje"- de búsqueda de varios de sus personajes, también se refiere a dejar salir lo que llevas dentro, bueno o malo, para que mute en algo positivo. Realmente Urresola ha conseguido un trabajo a mi parecer excepcional con esta cinta que habla de tantas cosas, y te enseña tanto. Si le tuviera que poner un pero lo haría a la escasa presencia de música. Unos pocos temas se dejan sonar, y el resto del metraje se queda mudo, sin mas banda sonora que los sonidos de la vida misma.

No sabemos aun si el jurado oficial, presidido por Kristen Stewart, y del que forma parte una cineasta ibérica con sensibilidad bastante similar a este tipo de historias, la reconocerá en su palmarés (películas que no le llegan a esta ni a la altura del lodo lo han conseguido).

"20 000 especies de abejas" también estará presente en el festival de Málaga, entre otros certámenes. Le deseamos la mejor suerte del mundo, porque estamos ante un gran trabajo cinematográfico.

Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.