Crítica: "Irati", mitología vasca a la que le falta magia

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"Irati"
"Irati"
Por Carolina G. Guerrero     

"Irati" (2023), se escuchaba de boca en boca, iba a ser la gran película épica del cine vasco, un cine, que desde luego últimamente nos está dando unos frutos más que satisfactorios. Su director, Paul Urkijo, que ya traía tras sus espaldas trabajos como "Errementari", vuelve a meterse en la mitología vasca y sus historias fantásticas. El mismo firma el guion de esta historia de caballería, o de caballeros, que transcurre en el siglo VIII, precisamente en el bosque del mismo nombre.

La historia nos lleva al bellísimo y sugerente bosque de Irati, a su zona noble, a la lucha de poder y sobre todo al hecho de que el  cristianismo que esta arrasando toda Europa, choque aquí con el paganismo ancestral de un pueblo diferente, el vasco.

Inspirada en el comic "El ciclo de Irati", nos habla también del amor eterno, del amor imposible, entre un humano y una misteriosa mujer que esconde más de lo que parece, la brujería, las costumbres paganas, la eterna protección de la "Eguzki Lore", presente en todo el metraje, y que será esencial, para ir pasando de nivel como si de un juego de rol se tratara.

Sus protagonistas, Eneko Sagordoy y la debutante Edurne Azkarate, lo hacen bien. Sin duda, su química ante la cámara cubre el expediente, pero bajo mi punto de vista, esta cinta no termina de llegar, no te la crees.



Eneko,  que protagonizó magistralmente al gigante de Altzo en la gloriosa "Handia", aquí aunque está correcto, no encaja en el papel de caballero andante, o mejor dicho, de héroe de comic. Le falta envergadura física, y Edurne aunque tiene momentos de mucho lucimiento actoral, sobreactúa en exceso.

"Irati", es una más de esas películas fantásticas que podía llegar a hacer las delicias de los fans del género, pero se queda muy corta de guion y de profundidad. Por supuesto que no hay que olvidarse de destacar lo bueno que tiene este producto, y es su resultado plástico y visual, que si consigue su objetivo. La fotografía a cargo de Gorka Gómez Andreu es absolutamente sublime, con escenarios perfectamente iluminados, de una sugerencia y belleza fuera de todo juicio.

El trabajo de la figuración también es un factor a tener en cuenta en esta historia de mitología vasca, escenas complicadas de batallas sangrientas y persecuciones satánicas y otras, en las que lo tuvieron complicado los sufridos figurantes, pero ese trabajo si luce en pantalla.

Es una lástima que con lo bien que Urkijo ha empleado un presupuesto muy ajustado para este tipo de films, el resultado se haya quedado bastante cojo, aunque estoy bastante segura de que - a pesar de las grandes expectativas puestas de antemano en este film- muchos quieran ver, mucho mas de lo que hay, y se quieran convencer que están ante una gran película..
 
Suponemos que es complicado a la hora de hacer una cinta, decidir a que se le va a dar mayor relevancia, y lo triste es que después de visionar "Irati", de lo poco que te acuerdas es de la belleza del mítico bosque y poco más, porque su historia no engancha y te deja indiferente frente a tanta fantasía que no cuaja y que se esfuma como el propia final, por arte de magia.

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