Crítica: "El Castigo", oscura maternidad

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"El Castigo"
"El Castigo"
Por Eduardo Larrocha      
    
¡Qué estupenda película es la chilena "El Castigo", recién llegada a salas españolas ¡No me extraña que le hayan dado a Matías Bize, la Biznaga de Plata a la mejor dirección en el reciente Festival de Málaga! Esta  coproducción chileno-argentina con guión de Coral Cruz indaga en la relaciones de pareja, con especial mirada a la maternidad, cuando ésta no es tan idílica como la que suele ofrecer el imaginario colectivo.

"El Castigo"  tiene méritos por el propio relato que rompe tópicos esquemas y también por algo tan auténtico y tan cinematográfico como el empleo magistral de un único plano secuencia. Los 86 minutos de este drama se desarrollan sin un solo corte de cámara. Realizado en una sola toma para todo el drama que transcurre en un bosque muy frondoso.

Conocí el cine de Matías Bize cuando estrenó en la Seminci de 2005 "En la Cama". Según ha contado el propio director, siete veces hubo que hacer el plano  hasta que en el visionado de la sala de montaje eligieron la mejor toma ininterrumpida. Este reto alcanzado convierte a "El Castigo" en un ejemplo de cine artesanal y creativo. Es más largo el plano secuencia de este drama que otros reconocidos e históricos como el de "Birdman" de González Iñarritu, el de los 20 minutos del parto de "Fragmentos de una mujer" o el más conocido de Hitchcok en "La Soga", que, por cierto, se dice que está trucado. En fin, que "El Castigo"  quedará quizá como el que más sentido tiene desde el punto de vista argumental y por su longitud.
    


Desde la primera escena vemos, con la cámara en la parte trasera del coche, a los padres de Lucas. A quien no vemos es al hijo de Ana y Mateo. Sabemos enseguida que se ha perdido en el bosque ¿o quizás escondido? Esa desaparición es la  consecuencia y respuesta a un castigo por haber hecho una fechoría. Vuelven los padres al lugar de la desaparición y la cámara, como los padres, salen del coche. A partir de ese momento, la acción transcurre básicamente en ese frondoso bosque, metáfora del oscuro torbellino emocional en el que se ha sumergido la pareja. La búsqueda incesante y obsesiva de sus padres, ayudados en algún momento por la policía, conduce el drama al  momento de la verdad de este matrimonio que, al menos en apariencia, llevaba una vida normal y hasta de familia feliz.
      
La actriz chilena Antonia Zegers está impresionante en su papel de madre desolada, y, por variados motivos, llena de sentimientos de culpa. La hemos visto recientemente en la película chilena "1976" y hace un lustro en "Una mujer fantástica".  El marido, Néstor Cantillana, y la policía, Catalina Saavedra, también encajan muy bien en su papel. "El Castigo" es un buen ejemplo del mejor cine Latinoamericano, sin alardes, pero de gran calado formal y emocional.

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