Crítica Netflix: "Elena sabe", Mercedes Morán entre la rabia y la redención
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Juan Pablo Russo
"Elena sabe" (2023), la película argentina recién llegada a Netflix, dirigida por Anahí Berneri y basada en la novela homónima de Claudia Piñeiro, ofrece una mirada visceral a la complejidad de la existencia de su protagonista, Elena, interpretada por una de nuevo extraordinaria Mercedes Morán.
Elena, interpretada por Mercedes Morán, se sumerge en la travesía de buscar al responsable detrás del repentino fallecimiento de su hija. Ante la falta de respuestas de las autoridades, toma el papel de investigadora, desafiando su propia enfermedad avanzada, el Parkinson. Inicia un viaje agotador en tren desde los suburbios hacia la Capital en busca de apoyo familiar. En el transcurso de esta odisea, los recuerdos ineludibles de su maternidad la envuelven en un enfrentamiento emocional que destapará verdades inesperadas. La historia nos sumerge en la experiencia física y mental de una mujer que, lejos de ser una víctima convencional, lucha contra el dolor con una determinación testaruda que la hace aparentemente invencible.
Narrada a través de flashbacks que exploran momentos clave en la vida de Elena y su hija Rita, Berneri elige alejarse del género policial para explorar los enigmas humanos y los aspectos psicológicos de los personajes, en lugar de centrarse únicamente en la resolución de un crimen.
Mercedes Morán entrega una actuación poderosa que transmite la vulnerabilidad, rabia y dolor de Elena de manera convincente. La complejidad de la relación madre-hija se desentraña a medida que la trama avanza, y el espectador se ve obligado a confrontar preguntas incómodas sobre la vejez, los vínculos familiares y los mandatos sociales que pesan sobre las mujeres.
"Elena sabe" también aborda temas sociales como la burocracia judicial, policial, el sistema de salud y el papel de la Iglesia. Estos elementos amplían la narrativa y proporcionan un contexto más rico, conectando la historia personal de Elena con cuestiones más amplias de la sociedad argentina.
A pesar de que la fusión entre los elementos dramáticos y policiales no logra alcanzar un nivel óptimo de eficacia, la película ofrece una exploración profunda y reflexiva de la psique humana y las complejidades de las relaciones familiares. Con actuaciones notables, una narrativa no convencional y una mirada aguda a temas sociales, "Elena sabe" trasciende los límites de los géneros cinematográficos convencionales.
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"Elena sabe" (2023), la película argentina recién llegada a Netflix, dirigida por Anahí Berneri y basada en la novela homónima de Claudia Piñeiro, ofrece una mirada visceral a la complejidad de la existencia de su protagonista, Elena, interpretada por una de nuevo extraordinaria Mercedes Morán.
Elena, interpretada por Mercedes Morán, se sumerge en la travesía de buscar al responsable detrás del repentino fallecimiento de su hija. Ante la falta de respuestas de las autoridades, toma el papel de investigadora, desafiando su propia enfermedad avanzada, el Parkinson. Inicia un viaje agotador en tren desde los suburbios hacia la Capital en busca de apoyo familiar. En el transcurso de esta odisea, los recuerdos ineludibles de su maternidad la envuelven en un enfrentamiento emocional que destapará verdades inesperadas. La historia nos sumerge en la experiencia física y mental de una mujer que, lejos de ser una víctima convencional, lucha contra el dolor con una determinación testaruda que la hace aparentemente invencible.
Narrada a través de flashbacks que exploran momentos clave en la vida de Elena y su hija Rita, Berneri elige alejarse del género policial para explorar los enigmas humanos y los aspectos psicológicos de los personajes, en lugar de centrarse únicamente en la resolución de un crimen.
Mercedes Morán entrega una actuación poderosa que transmite la vulnerabilidad, rabia y dolor de Elena de manera convincente. La complejidad de la relación madre-hija se desentraña a medida que la trama avanza, y el espectador se ve obligado a confrontar preguntas incómodas sobre la vejez, los vínculos familiares y los mandatos sociales que pesan sobre las mujeres.
"Elena sabe" también aborda temas sociales como la burocracia judicial, policial, el sistema de salud y el papel de la Iglesia. Estos elementos amplían la narrativa y proporcionan un contexto más rico, conectando la historia personal de Elena con cuestiones más amplias de la sociedad argentina.
A pesar de que la fusión entre los elementos dramáticos y policiales no logra alcanzar un nivel óptimo de eficacia, la película ofrece una exploración profunda y reflexiva de la psique humana y las complejidades de las relaciones familiares. Con actuaciones notables, una narrativa no convencional y una mirada aguda a temas sociales, "Elena sabe" trasciende los límites de los géneros cinematográficos convencionales.
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