Crítica: "Eureka”, el viaje temporal de Lisandro Alonso por una comunidad nativa estadounidense
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Emiliano Basile
"Eureka"(2023), película de dos horas y media está dividida en tres partes, siendo el hilo conductor el lugar de los nativos de una reserva estadounidense en la sociedad contemporánea. Comienza en el lejano oeste pero en un lejano oeste particular. El blanco y negro tiñe la imagen que tiene a Viggo Mortensen de protagonista como un cowboy que entra a los tiros a un pueblo. El realismo sórdido y decadente del ambiente presenta a los indios conviviendo con los colonos, siempre en un rol marginal. Vemos que la vida no vale nada entre alcohol, violencia y desesperación.
En un salto temporal pasamos a la historia de una policía en Estados Unidos. Sus rasgos denotan que también es descendiente de aborígenes y que los delitos que debe resolver suceden dentro de las comunidades, también con un rol marginal dentro de la sociedad. El tiempo pasó pero el papel adjudicado socialmente es el mismo. En este espacio la película, hablada en inglés, se parece más a un film de Lisandro Alonso. Sigue a su protagonista en su derrotero diario, con tiempos muertos y alejado del género.
Para desconcertar más aún, la tercera parte está enmarcada en un entorno selvático donde las comunidades aún viven en armonía con la naturaleza. Con un componente fantástico viajaremos a ese mundo y veremos la cosmovisión de los indígenas. Un viaje ancestral para comprender, de manera inversa, la historia de la conquista y colonización.
Lisandro Alonso hace un film enigmático, quizás el más pretencioso de su filmografía, en su intención de abordar un gran relato y con el fin de expresar su punto de vista sobre el tema.
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"Eureka"(2023), película de dos horas y media está dividida en tres partes, siendo el hilo conductor el lugar de los nativos de una reserva estadounidense en la sociedad contemporánea. Comienza en el lejano oeste pero en un lejano oeste particular. El blanco y negro tiñe la imagen que tiene a Viggo Mortensen de protagonista como un cowboy que entra a los tiros a un pueblo. El realismo sórdido y decadente del ambiente presenta a los indios conviviendo con los colonos, siempre en un rol marginal. Vemos que la vida no vale nada entre alcohol, violencia y desesperación.
En un salto temporal pasamos a la historia de una policía en Estados Unidos. Sus rasgos denotan que también es descendiente de aborígenes y que los delitos que debe resolver suceden dentro de las comunidades, también con un rol marginal dentro de la sociedad. El tiempo pasó pero el papel adjudicado socialmente es el mismo. En este espacio la película, hablada en inglés, se parece más a un film de Lisandro Alonso. Sigue a su protagonista en su derrotero diario, con tiempos muertos y alejado del género.
Para desconcertar más aún, la tercera parte está enmarcada en un entorno selvático donde las comunidades aún viven en armonía con la naturaleza. Con un componente fantástico viajaremos a ese mundo y veremos la cosmovisión de los indígenas. Un viaje ancestral para comprender, de manera inversa, la historia de la conquista y colonización.
Lisandro Alonso hace un film enigmático, quizás el más pretencioso de su filmografía, en su intención de abordar un gran relato y con el fin de expresar su punto de vista sobre el tema.
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