Crítica: "María", fábula cyberpunk de Nicanor Loreti y Gabriel Grieco
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Emiliano Basile
La argentina "María" o "Mar.IA", que se estrena este jueves en el país, es un delirio cibernético que rinde homenaje al cine de explotación, donde no faltan sangre, sudor y sexo, aunque a veces sin sentido.
Bienvenidos a la metrópolis imaginada por Nicanor Loreti y Gabriel Grieco, una película que destaca por su propuesta descabellada. Desde el inicio, con un texto que dice: "En 2024, la inteligencia artificial revolucionó el mundo. Ahora revolucionará la industria del porno", queda claro el tono extravagante del film.
"María" (2024) comienza con un policía encubierto (Demián Salomón) siendo sermoneado por su superiora (Andrea Rincón), quien lo envía a infiltrarse en una banda ¿narco-porno? para atrapar a su líder (Juan Palomino). En medio de todo esto, una expareja (Sofía Gala Castiglione y Malena Sánchez) trabaja como equipo técnico en una producción de cine porno, donde la estrella femenina es María Black (la ucraniana Daría Panchenko).
Este enrevesado guión dificulta disfrutar plenamente de la propuesta. En este tipo de producciones, propias del mejor cine de explotación, como "Escupiré sobre tu tumba / I Spit on Your Grave" (1978) en Estados Unidos o "Sangre de vírgenes" (1967) en Argentina, se necesita una historia simple y lineal para pasar rápidamente a la acción y disfrutar de los creativos asesinatos y, en este caso, de las escenas de sexo.
En este sentido, destaca una fabulosa amputación de pene a Sergio Boris, lo mejor de la película, y chistes con "Robocop" (1987) y "Terminator" (1984), con el característico humor paródico de Loreti. Sin embargo, la acción concreta -la esperada matanza- tarda en empezar. Justo a mitad de la película aparece una banda de hombres con máscaras al estilo "Eyes Wide Shut" (1999), listos para filmar una porno necrofílica, y el festival de sangre y sexo estalla ante los sentidos.
Nos encontramos ante una película tan deforme y difícil de catalogar como su metamorfoseada protagonista. Con un elenco notable, como pocas producciones del género pueden alardear (también actúan Magui Bravi, Clara Kovacic y Juan Bautista Stagnaro en una participación especial), y un guión confuso por girar demasiado en su fábula feminista, "María" es fallida como pocas. No obstante, vale la pena por su extrema propuesta. Ni siquiera Emilio Vieyra se atrevió a tanto.
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La argentina "María" o "Mar.IA", que se estrena este jueves en el país, es un delirio cibernético que rinde homenaje al cine de explotación, donde no faltan sangre, sudor y sexo, aunque a veces sin sentido.
Bienvenidos a la metrópolis imaginada por Nicanor Loreti y Gabriel Grieco, una película que destaca por su propuesta descabellada. Desde el inicio, con un texto que dice: "En 2024, la inteligencia artificial revolucionó el mundo. Ahora revolucionará la industria del porno", queda claro el tono extravagante del film.
"María" (2024) comienza con un policía encubierto (Demián Salomón) siendo sermoneado por su superiora (Andrea Rincón), quien lo envía a infiltrarse en una banda ¿narco-porno? para atrapar a su líder (Juan Palomino). En medio de todo esto, una expareja (Sofía Gala Castiglione y Malena Sánchez) trabaja como equipo técnico en una producción de cine porno, donde la estrella femenina es María Black (la ucraniana Daría Panchenko).
Este enrevesado guión dificulta disfrutar plenamente de la propuesta. En este tipo de producciones, propias del mejor cine de explotación, como "Escupiré sobre tu tumba / I Spit on Your Grave" (1978) en Estados Unidos o "Sangre de vírgenes" (1967) en Argentina, se necesita una historia simple y lineal para pasar rápidamente a la acción y disfrutar de los creativos asesinatos y, en este caso, de las escenas de sexo.
En este sentido, destaca una fabulosa amputación de pene a Sergio Boris, lo mejor de la película, y chistes con "Robocop" (1987) y "Terminator" (1984), con el característico humor paródico de Loreti. Sin embargo, la acción concreta -la esperada matanza- tarda en empezar. Justo a mitad de la película aparece una banda de hombres con máscaras al estilo "Eyes Wide Shut" (1999), listos para filmar una porno necrofílica, y el festival de sangre y sexo estalla ante los sentidos.
Nos encontramos ante una película tan deforme y difícil de catalogar como su metamorfoseada protagonista. Con un elenco notable, como pocas producciones del género pueden alardear (también actúan Magui Bravi, Clara Kovacic y Juan Bautista Stagnaro en una participación especial), y un guión confuso por girar demasiado en su fábula feminista, "María" es fallida como pocas. No obstante, vale la pena por su extrema propuesta. Ni siquiera Emilio Vieyra se atrevió a tanto.
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