Crítica Netflix: "Ni una más", no todo es glamour en la adolescencia privilegiada

por © NOTICINE.com
"Ni una más"
"Ni una más"
Por Carolina G. Guerrero     

A veces, con tantas series que se estrenan por ahí, incluso alguna tan buena como esta de "Ni una más", te puede pasar desapercibida. Es una lástima porque poca o muy poca publicidad se le ha dado a esta ficción, que narra la historia de un grupo de chicas adolescentes, encabezado por Alma, una chica con muchísimos problemas en casa, que no se adapta y que pasa de casi todo. Sus padres están pendientes de ella e intentan comprenderla, pero no será hasta el momento de un suceso traumático en la vida de la chica cuando todo cambie.

La serie empieza por el final, cuando Alma extiende una pancarta en el patio del instituto privado donde está terminando el bachillerato. En esa pancarta hay un mensaje muy claro: "Cuidado, ahí dentro se esconde un violador". Con fuerza comienza la historia de una chica a la que nadie cree por ser conflictiva y pasiva, pero la acción irá dando giros inesperados y nos acercará a la personalidad de esta adolescente, con algo de baja autoestima a pesar de ser muy inteligente, valiente y atractiva.

Un reparto muy atrayente con caras conocidas y unas interpretaciones magistrales: Eloy Azorín, Iván Massagué, Carolina Lapausa, Ruth Díaz, José Pastor, y las protagonistas absolutas Clara Galle y Nicole Wallace, entre otros. La historia es potente y, por primera vez, se ve a los adolescentes sin tanta ñoñería, en su ambiente natural, con todo lo que consumen: drogas, sexo, formas de expresión y, por supuesto, una amalgama de contradicciones constantes, dudas y nuevas maneras de plantearse la vida.



Es una serie valiente, sin tapujos, donde se ve todo tal como es. Alma y sus amigas son privilegiadas, van a un instituto privado y viven en preciosas villas de caras urbanizaciones. La serie trata muchos y delicados temas: el abuso entre jóvenes, los trastornos psiquiátricos y los abusos a menores.

Pero habla de mucho más: de la verdadera amistad, del amor, de lo que parece amor y no lo es, del sexo, del deseo, de las nuevas oportunidades, de aprender, de no callarse, de luchar, de enfrentarse a las masas aborregadas, de la falta de personalidad de la mayoría de los que componen esos rebaños de ovejas negras y blancas.

Sobre todo, habla de la historia de superación de Alma, que a través de varios descubrimientos sobre abusos en su entorno más cercano, descubrirá al violador que se esconde en ese instituto de tanto prestigio.

La clave está en la metamorfosis del personaje interpretado por Nicole, que borda su interpretación al igual que todo el reparto. Esa metamorfosis será clave en la historia: sus dudas, sus miedos, su valentía a pesar de todo, mostrando en un perfil de redes sociales lo que le ha hecho ese violador. ¿Será ella misma la víctima?

No vamos a desvelar la trama ni todo lo que acontece a sus personajes, pero desde luego, los ocho capítulos de esta serie son lo mejor que he visto en mucho tiempo, además de poner el dedo en la llaga de un tema tan delicado y peliagudo como los abusos a menores, o los abusos en general.

La historia te implica, te engulle y no deja indiferente a nadie, aunque es posible que por momentos el ritmo sea quizás demasiado lento para algunos espectadores. Pero la trama engancha y mantiene. No sabemos si realmente tendrá el eco y el reconocimiento que se merece, pero estás a tiempo de verla en Netflix, producida por DLO y dirigida por Miguel Sáez Carral, basada en su propia novela. Casi, casi nos la perdemos...

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