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Por Marta Bałaga-Cineuropa  

Aitor Arregi y Jon Garaño firman con "Marco" (2024) un acercamiento sorprendentemente entretenido a una loca historia real, protagonizado por un fantástico Eduard Fernández, en el papel de un hombre que inventó haber sido prisionero de los campos nazis.

Dado su trasfondo histórico y todas las menciones a la crueldad nazi, "Marco" de Aitor Arregi y Jon Garaño, no debería ser divertida, pero lo es. Más que eso, podría ser una de las películas más atractivas del Festival de Cine de Venecia este año: dinámica, retorcida y bendecida con la clase de actuación de Eduard Fernández que debería hacerle acreedor a todos los premios.

Cuanto menos sepas sobre la historia, mejor. Enric Marco (Fernández) es la estrella de la Asociación Amical de Mauthaüsen y durante unos años líder del sindicato anarquista CNT. Dice luchar por que los supervivientes sean reconocidos y apreciados, y lo hace realmente bien. Nadie puede hablar sobre los horrores de los campos de concentración como lo hace Enric. Los estudiantes le escuchan, los políticos lloran, los periodistas no pueden creer su suerte. Su familia y amigos le conocen como un maestro narrador, el tipo de persona que no tiene miedo de cambiar una cosa o dos para causar una impresión. Pero no saben cuánto está cambiando en realidad.

"Marco", que se presentó en la sección Orizzonti de Venecia, está basada en hechos reales que son... insólitos. Puede que no sean conocidos por los espectadores fuera de España, y mejor que así sea. Descubrir cómo funciona la mente de este hombre sin conocer el desenlace es un procedimiento fascinante. Arregi y Garaño, quienes recientemente ganaron nuevos seguidores con la serie "Cristóbal Balenciaga", podrían hacer las cosas fáciles aquí, pero no lo hacen. Enric tampoco.



Es un mentiroso, pero también alguien encantador. Hace que las cosas sean interesantes cuando ya nadie está interesado. Todos estos supervivientes merecen atención, y lo que vivieron fue horrible, pero cuando se les pregunta directamente, aburren a la gente. De alguna manera, es una película sobre esta sociedad: una buena historia vale más que una historia verdadera.

A diferencia de tantas películas en la Mostra de este año, "Marco" tiene un verdadero potencial comercial. También se siente oportuna: los tiempos cambian, pero la gente sigue mintiendo y publicando imágenes editadas en las redes sociales: Anna Delvey, Rachel Dolezal presentándose como una mujer negra, Hilaria Baldwin y su "cucumbergate"… Estafadores, impostores, personas que simplemente quieren parecer más interesantes, más bonitas, más ricas. "Nunca herí a nadie", dice Enric, pero eso no es exactamente cierto, ¿verdad? Duele ser engañado o descubrir que toda tu relación se basó en el engaño. Duele que te mientan, aunque no tenga que resultar en fatalidades.

Y, sin embargo, la película aún logra ser divertida en algunos momentos, y no estamos exactamente seguros de cómo. Puede ser debido a la gravedad de la situación, que hace que todo esto sea absurdo. Puede ser porque, incluso cuando se enfrenta a él, como un niño en problemas, Enric aún no está listo para disculparse.

Nunca quiso dinero, afirma en la película, lo que hace que las cosas sean aún más extrañas: entonces, ¿qué buscaba exactamente? ¿Protagonismo? ¿Respeto? A la gente no le gusta admitirlo, pero todos piensan que son especiales y merecen más. Creen que, si tuvieran la oportunidad, serían como esas estrellas en la alfombra roja de Venecia, o mejores. Terry Pratchett afirmaba que los humanos necesitan fantasía para ser humanos. Eso fue lo que Enric Marco necesitó también.

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