Crítica: "Romina Smile", Martina Gusman y la supervivencia en un mercado laboral en crisis

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"Romina Smile"
"Romina Smile"
Por Juan Pablo Russo     

En "Romina Smile" (2024), Pablo Stigliani retrata la vida de Romina, una promotora de 40 años que enfrenta la precarización laboral en una Buenos Aires en crisis. A través de una narrativa íntima y sutil, la película refleja cómo las transformaciones socioeconómicas impactan a la clase trabajadora, utilizando la historia personal de Romina para explorar de manera crítica la realidad argentina actual.

Stigliani construye una narrativa íntima que sigue la vida de Romina, una promotora de 40 años interpretada por Martina Gusman, con un enfoque realista sobre el desempleo, la precarización laboral y las dificultades de adaptación a un mercado en constante cambio.

La película evita el dramatismo exagerado para centrarse en la cotidianidad de Romina, una mujer que se ve obligada a reinventarse frente a la escasez de oportunidades laborales. A través de su historia, Stigliani muestra el retrato de muchas mujeres ya no tan jóvens, en situaciones similares, enfrentadas a la dura realidad de un sistema laboral cada vez más hostil. Sin recurrir a discursos políticos explícitos o maniqueos, la película refleja este contexto de manera sutil pero clara.



Stigliani utiliza una narrativa sencilla pero efectiva, en la que cada elemento del entorno refuerza la situación socioeconómica de la ciudad. Los monoblocks de los barrios periféricos de Buenos Aires no solo actúan como escenario, sino como un símbolo de la clase trabajadora golpeada por la precarización. Estos espacios aportan autenticidad y refuerzan el mensaje social del film.

La actuación de Gusman es clave en esta obra. A través de pequeños gestos y una interpretación contenida, Gusman logra capturar la frustración y el agotamiento de Romina, quien lucha por encontrar su lugar en un mercado laboral en transformación. La dirección de Stigliani aprovecha esta fuerza interpretativa, permitiendo que el público se conecte con el personaje en un nivel más profundo.

Uno de los aspectos más destacables de "Romina Smile" es su tratamiento de Buenos Aires. A diferencia de otras producciones que optan por mostrar una versión idealizada de la ciudad, Stigliani ofrece una perspectiva más cruda y realista. Los barrios alejados del glamour del centro urbano son presentados como una representación auténtica de la vida de la clase trabajadora, subrayando la desconexión con las élites.

La cinta fusiona de manera efectiva un relato íntimo con una crítica social profunda, tejiendo la historia personal de Romina dentro de un contexto más amplio de precarización laboral. El recorrido de su protagonista en un entorno adverso no solo expone las dificultades individuales, sino que también refleja con precisión los desafíos estructurales que enfrentan muchos trabajadores en la Argentina contemporánea. Esta narrativa, que comienza como un drama personal, evoluciona hacia una reflexión más compleja sobre las tensiones socioeconómicas que atraviesan el país, logrando una conexión entre lo personal y lo colectivo.

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