Crítica: “Dalia y el Libro Rojo”, la verdadera realidad de las novelas inconclusas
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Laia Cabuli
"Dalia y el Libro Rojo" (2024) es una película animada mediante la técnica de stop motion, una coproducción liderada por Argentina y Perú, con la colaboración de Brasil, España, Ecuador y Colombia, dirigida por el argentino David Bisbano.
La cinta sigue a Dalia, una inquieta adolescente que emprende una misión contrarreloj para completar El Libro Rojo, la novela que su padre dejó inconclusa antes de fallecer. Si Dalia no logra finalizarla, los personajes del libro tomarán el control y la atraparán para siempre.
El concepto central de la película se sitúa en el ámbito literario, explorando lo que ocurre con las historias no finalizadas por sus autores. Frases como “si el autor no encuentra el camino, los personajes lo hacen por él” o “los personajes siempre dominan al escritor”, pronunciadas por un personaje creado por el padre de Dalia, sirven como brújula para definir y desarrollar el objetivo del film: aprender a utilizar la imaginación y la creatividad para crear nuevas historias, en lugar de depender del legado de otros por miedo a innovar.
La trama también aborda el tema del legado y su descubrimiento. Dalia guarda recuerdos de su padre y de sus inspiraciones, pero carece de una comprensión profunda de su obra. Por eso, al encontrar el libro rojo, se aferra a él, temerosa de no estar a la altura y dudando de su propia creatividad. Estas temáticas se desarrollan en un contexto de bella fantasía, salpicada de elementos terroríficos que se suavizan para atraer a un público más infantil. Sin embargo, el film no es completamente idílico; presenta una rica calidad humana que complementa su temática central. La narrativa evita el ritmo vertiginoso típico de muchas películas de este tipo, optando por un enfoque más denso, lleno de sentimientos y emoción, que apela incluso a la nostalgia a través de algunos flashbacks de la infancia de Dalia.
Además, la película no designa un villano específico; en cambio, cada personaje tiene matices de bondad y maldad. Esta representación refleja personalidades reales, alejándose de la fantasía estereotipada y perfecta que suele caracterizar a este tipo de historias, y establece una distinción entre lo real y lo idealizado.
El estilo de animación de "Dalia y el Libro Rojo" es peculiar y experimental. Aunque se basa en stop motion, recuerda a la estética de "Coraline y la puerta secreta" (2009) en algunos personajes, y se complementa con Unreal Engine, una técnica popular en la animación de videojuegos.
David Bisbano presenta una película sublime, destacándose por su calidad visual y el mensaje que transmite. Aunque utiliza algunos clichés para construir una historia que mezcla realismo y fantasía, reafirma los valores de la literatura, subrayándola como una fuente primordial de imaginación.
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"Dalia y el Libro Rojo" (2024) es una película animada mediante la técnica de stop motion, una coproducción liderada por Argentina y Perú, con la colaboración de Brasil, España, Ecuador y Colombia, dirigida por el argentino David Bisbano.
La cinta sigue a Dalia, una inquieta adolescente que emprende una misión contrarreloj para completar El Libro Rojo, la novela que su padre dejó inconclusa antes de fallecer. Si Dalia no logra finalizarla, los personajes del libro tomarán el control y la atraparán para siempre.
El concepto central de la película se sitúa en el ámbito literario, explorando lo que ocurre con las historias no finalizadas por sus autores. Frases como “si el autor no encuentra el camino, los personajes lo hacen por él” o “los personajes siempre dominan al escritor”, pronunciadas por un personaje creado por el padre de Dalia, sirven como brújula para definir y desarrollar el objetivo del film: aprender a utilizar la imaginación y la creatividad para crear nuevas historias, en lugar de depender del legado de otros por miedo a innovar.
La trama también aborda el tema del legado y su descubrimiento. Dalia guarda recuerdos de su padre y de sus inspiraciones, pero carece de una comprensión profunda de su obra. Por eso, al encontrar el libro rojo, se aferra a él, temerosa de no estar a la altura y dudando de su propia creatividad. Estas temáticas se desarrollan en un contexto de bella fantasía, salpicada de elementos terroríficos que se suavizan para atraer a un público más infantil. Sin embargo, el film no es completamente idílico; presenta una rica calidad humana que complementa su temática central. La narrativa evita el ritmo vertiginoso típico de muchas películas de este tipo, optando por un enfoque más denso, lleno de sentimientos y emoción, que apela incluso a la nostalgia a través de algunos flashbacks de la infancia de Dalia.
Además, la película no designa un villano específico; en cambio, cada personaje tiene matices de bondad y maldad. Esta representación refleja personalidades reales, alejándose de la fantasía estereotipada y perfecta que suele caracterizar a este tipo de historias, y establece una distinción entre lo real y lo idealizado.
El estilo de animación de "Dalia y el Libro Rojo" es peculiar y experimental. Aunque se basa en stop motion, recuerda a la estética de "Coraline y la puerta secreta" (2009) en algunos personajes, y se complementa con Unreal Engine, una técnica popular en la animación de videojuegos.
David Bisbano presenta una película sublime, destacándose por su calidad visual y el mensaje que transmite. Aunque utiliza algunos clichés para construir una historia que mezcla realismo y fantasía, reafirma los valores de la literatura, subrayándola como una fuente primordial de imaginación.
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