Crítica: "Algo nuevo, algo viejo, algo prestado", intimidades al margen de la ley

por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
"Algo nuevo, algo viejo, algo prestado"
"Algo nuevo, algo viejo, algo prestado"
Por  José C. Donayre        

El argentino Hernán Rosselli ("Mauro") explora en "Algo nuevo, algo viejo, algo prestado" (2024), a través de una innovadora mezcla de ficción y documental, la vida de una familia dedicada a las apuestas clandestinas en Buenos Aires. Una historia de secretos, tensiones y el inevitable choque entre pasado y presente.

En el film , Rosselli nos sumerge en una historia que se mueve entre los límites de la ficción y el documental, llevando al espectador a un viaje a través del tiempo y el espacio en la vida de los Felpeto, una familia que ha cimentado su existencia en el mundo de las apuestas clandestinas en Buenos Aires.

La trama se centra en Maribel Felpeto, quien, tras la muerte de su padre, se ve obligada a tomar las riendas de la organización familiar junto a su madre, Alejandra. A partir de este punto, la película no solo narra la historia de Maribel, sino también la de sus antepasados y el surgimiento de un negocio familiar marcado por el misterio y la tensión.



El film se caracteriza por un uso inteligente de imágenes de archivo, grabaciones caseras y escenas ficcionadas que, combinadas, crean un retrato íntimo y detallado de los Felpeto. Este enfoque visual es esencial para construir la atmósfera de thriller que permea toda la narrativa, y que hace que el espectador se sienta parte del vertiginoso mundo en el que se desenvuelven los personajes.

La dinámica entre el pasado y el presente se refleja a través de una cuidadosa edición que logra entrelazar las memorias de la juventud de Maribel y el auge de la familia con la inevitable decadencia que los rodea en el presente. El dinero, como símbolo central, representa tanto la prosperidad como la causa de la caída de la familia, convirtiéndose en un elemento clave para entender las motivaciones y conflictos internos de los personajes.

"Algo nuevo, algo viejo, algo prestado" destaca por su capacidad de renovar el cine de gángsteres a nivel local, integrando las idiosincrasias y formas de vida de Buenos Aires en una historia que, aunque personal y específica, resuena universalmente en su tratamiento de temas como la familia, la ambición y el poder. A través de una estética cuidadosamente trabajada, el director logra captar la esencia de una organización familiar en su ascenso y caída, dotando a cada escena de un peso emocional y narrativo que mantiene al espectador cautivado de principio a fin.

En definitiva, estamos ante un relato emocionante y conmovedor que, a través de la mezcla de géneros, nos ofrece una visión única y profunda del legado familiar y los secretos que lo envuelven.

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