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Por Emiliano Basile      

Basada en la famosa novela de Gabriel García Márquez, "Cien años de soledad" se filmó íntegramente en Colombia, específicamente en los departamentos de La Guajira, Magdalena, Cesar, Cundinamarca y Tolima, y contó con el apoyo de la familia García Márquez, en una de las producciones de Netflix más ambiciosas de este año.

"Cien años de soledad" (2024) busca, desde su fidelidad narrativa, crear una versión audiovisual que haga justicia a la monumental novela del escritor colombiano. Sin embargo, esta decisión de apegarse al texto original lleva inevitablemente a la comparación con el libro, una comparación que deja a la serie de Netflix en una posición complicada. A pesar de los esfuerzos, la adaptación no logra capturar la misma magia y profundidad que hace más de medio siglo cautivó a millones de lectores.

Los directores Alex García López y Laura Mora han optado por una narración extremadamente fiel, siguiendo al pie de la letra los diálogos y eventos descritos en la novela. A través de la voz del Coronel Aureliano Buendía (Claudio Cataño), el espectador es testigo de la evolución de Macondo, el mítico pueblo donde se desarrollan los sucesos de la familia Buendía. La fidelidad al texto resulta en una representación que, en algunos momentos, se siente forzada, especialmente cuando se abordan elementos del realismo mágico, un aspecto fundamental de la novela que se diluye al llevarlo a la pantalla.



Si bien el culebrón o melodrama siempre estuvo presente en la narrativa de García Márquez, su tratamiento era irónico y encantador. En la miniserie, sin embargo, la trama se siente más apegada a los convencionalismos de la telenovela, con cada interacción entre los personajes cargada de gestos, miradas y conflictos exagerados. Este enfoque, que podría ser efectivo en otro tipo de relatos, no hace justicia a la sutileza que García Márquez infundió en sus personajes y sus relaciones.

Otro aspecto crítico es la cronología de los eventos. La novela de García Márquez juega constantemente con el tiempo, narrando los hechos como si fueran recuerdos que se entrelazan. Este manejo fluido del tiempo es uno de los logros más importantes del texto original. En la miniserie, sin embargo, la estructura secuencial de capítulos divide la historia en 16 partes (8 por cada una de las dos temporadas, la segunda de las cuales se estrenará el año próximo), lo que obliga a una narración lineal que, si bien no traiciona el relato, pierde la magia del tiempo circular y fragmentado que tan bien funcionó en el libro.

A favor de la miniserie, se puede destacar su ritmo pausado y detallado. A diferencia de muchas producciones contemporáneas de plataformas, "Cien años de soledad" se toma el tiempo necesario para describir los escenarios, profundizar en la psicología de los personajes y crear una atmósfera densa que transporta al espectador al universo único de la novela. Esta fidelidad al tiempo y espacio, y la capacidad de la producción para sumergir al público en el Macondo de García Márquez, son sin duda algunos de los mayores logros de la serie.

La principal desventaja de esta adaptación es la comparación inevitable con el original literario. La obra de García Márquez establece un estándar tan alto que cualquier intento de trasladarla a otro medio está destinado a ser examinado bajo el peso de las expectativas. Y cuando la adaptación opta por la fidelidad total, las comparaciones se hacen aún más estrictas. Aunque la miniserie es un esfuerzo respetuoso y visualmente impresionante, no logra alcanzar el nivel de trascendencia que alcanzó la obra literaria, quedando, en muchos aspectos, a la sombra de la magnificencia de la novela.

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