Crítica: "Nancy", la soledad de la mujer invisible

por © NOTICINE.com
"Nancy"
"Nancy"
Por Santiago Echeverría     

Después de más de dos décadas dedicado a dirigir documentales o fotografiar cintas ajenas, el argentino Luciano Zito, estrena su primera obra de ficción, "Nancy" (2025), que nos sumerge en el silencio incómodo de la localidad costera de Villa Gesell fuera de temporada, donde la protagonista —interpretada con precisión contenida por una gran Camila Peralta— trabaja limpiando casas vacías, como principal fuente de ingresos en su precaria existencia. El film, que oscila entre el drama minimalista y el suspense atmosférico, evita las explicaciones fáciles para centrarse en lo que se esconde tras los gestos, los ruidos lejanos y las miradas fugaces.

"Nancy" se construye desde la ausencia: turistas que no están pero llegarán pronto, diálogos escasos, amenazas que nunca se materializan del todo. Luciano Zito, desde su pasado documental traslada aquí una mirada observacional que convierte lo cotidiano —limpiar sábanas manchadas, escuchar música con auriculares— en actos cargados de tensión y de incognitas, las mismas que debe plantearse la protagonista ante las vidas ajenas, cuya intimidad debe compartir desde la distancia. La aparición de Juan (Luciano Ledesma), un electricista que como Nancy vive de los propietarios de esas residencias vacacionales costeras, desencadena en Nancy un conflicto interno que la película narra sin melodramas, privilegiando el subtexto sobre los diálogos.



Camila Peralta brilla en un papel que exige expresar más con el cuerpo que con palabras. Su monólogo en un auto, punto culminante del film, sintetiza la rabia y vulnerabilidad de un personaje atrapado en la monotonía y las heridas del pasado. Ledesma, por su parte, aporta una presencia inquietante, aunque su personaje funciona más como detonante que como figura desarrollada. El parece tener más claro su puesto secundario en la sociedad, su labor de útil parasito.

El ritmo pausado de "Nancy" podría descolocar a quienes busquen un thriller convencional. La cinta avanza pausadamente acumulando detalles aparentemente insignificantes: alarmas sonando a lo lejos, playas vacías, miradas furtivas. Esta deliberación, reforzada por la música ambiental de Jackson Souvenirs, construye una sensación de amenaza latente, pero también exige paciencia a un espectador que de alguna manera hace suya la mirada de esta mujer joven de edad y pasado difíciles de concretar.

Aunque el guion evita discursos explícitos, la película no ignora el concepto de la lucha de clases. Nancy, empleada doméstica en casas lujosas, encarna la invisibilidad de quienes limpian las huellas de otros y de manera furtiva disfrutan de una propiedad ajena a la que en otras circunstancias nunca accederían. Zito retrata su rutina sin romanticismo: motos viejas, patronas distantes, intermediarias que comparten esa actividad parasitaria. El nuevo cineasta no victimiza a la protagonista, cuyo dolor interno es desvelado durante el desarrollo de la historia.

"Nancy" apuesta por un cine que invita a completar el relato con deducciones propias. Su fuerza reside en lo que calla: traumas no explicitados, motivaciones ambiguas y un final abierto y en última instancia amargo. La ilusión, la esperanza de dejar atrás la soledad se puede ir tan rápido como los turistas que vuelven a Buenos Aires al final del verano.

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