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Contra viento y Marea, a pesar de campañas interesadas, "La forma del agua / The Shape of water" dio al mexicano Guillermo del Toro sus dos primeros Oscars. En entrevista con Deadline, justo al día siguiente de triunfar en el Dolby Theatre, el mexicano aseguraba que estos reconocimientos cierran un círculo para su film más redondo, y que, a pesar de haber pensado en algún momento en la posible victoria como mejor director en los Oscar, al llegar el momento en el que escuchó su nombre se quedó totalmente en blanco.  

Por Sergio Berrocal    

Pensaba contarles la historia de un pobre cineasta mexicano que empezaba en el mundillo cinematográfico norteamericano ganándose la vida barriendo los estudios de Hollywood cuando le vino la fama que da el talento tarde o temprano. Hasta que una noche de muchos años después triunfó, como en cualquier cuento de hadas.

Este año se celebraba la 90 edición de los premios Oscar de la academia de Hollywood, siempre una espera expectante la gala del glamour por excelencia, la gran fiesta del cine mundial, aunque en Estados Unidos siga un año más con descenso de espectadores televisivos. Repitió el presentador Jimmy Kimmel, que estuvo correcto, eso sí con algún que otro desafortunado comentario, pero sin grandes estridencias ni hacer sangre de los temas más polémicos de acusaciones de abusos que han sido noticia en los últimos meses. Tal vez la gala, por lo demás, resultó algo austera para ser el 90 cumpleaños de los premios de la Academia.

Las películas y profesionales iberoamericanos han logrado, en los 90 años de historia de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, un total de 45 estautuillas, las tres últimas el pasado domingo.

El cine iberoamericano ha salido doblemente recompensado de la gala anual de los Independent Spirit, premios dedicados al cine producido fuera de los grandes estudios de Hollywood. El chileno Sebastián Lelio obtuvo el premio a la mejor película en lengua extranjera, por su multigalardonada "Una mujer fantástica", mientras que el español afincado en Estados Unidos Antonio Méndez Esparza, con "La vida y nada más / Life and Nothing More”, logró el premio John Cassavetes a la mejor película rodada con un presupuesto inferior al medio millón de dólares. Por otro lado, la gran triunfadora de esta edición, celebrada como siempre la víspera de los premios de la Academia (a los que opta también el film de Lelio) fue "Déjame salir / ¡Huye! / Get Out", que acumuló los galardones a mejor película y director.