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Por Lucía Puenzo *

Desde la primera publicación en el 2004 de "El niño pez" estoy tentada de transformar la novela en una película. En esa época era una escritora que escribía novelas y guiones para otros directores. No me imaginaba que mi primera novela se iba a transformar en mi segunda película. Pero mientras editaba "XXY" empecé a escribir la adaptación que un año después finalmente encontró los productores, el equipo y los actores que estaban tan entusiasmados como yo con la leyenda del mitay pyra.

El cine español tiene esta semana la oportunidad de confirmar que los actores populares por las series televisivas de éxito son capaces de atraer al público a las salas, como acaba de ocurrir con "Mentiras y gordas". Roberto Santiago ha reunido a su actor fetiche, Fernando Tejero, con la argentina Malena Alterio, su pareja artística en la telecomedia "Aqui no hay quien viva", para "Al final del camino", enredo sentimental en el seno de un grupo de peregrinos a Santiago de Compostela liderados por un "gurú del amor" argentino (Diego Peretti), que se estrena este miércoles en España.

Por Fernando Lebrija *

Los orígenes de cómo inicié esta historia, principalmente fueron de muchas experiencias que me han rodeado siempre. No es autobiográfi ca, pero estuve cerca de estos mundos que muestro en la cinta. Algo que siempre me ha llamado mucho la atención de México, sobre todo del DF, es el racismo/clasismo que existe, nadie en el mundo se lo imagina, pero la ciudad de México es de las ciudades más racistas (clasistas) del mundo, aparte, es una ciudad que te vuelve como un caníbal, un mundo con mucha competencia y cero respeto hacia los demás, es la naturaleza de esta ciudad por su sobrepoblación y competencia.

Sorpresa final en una crisis de gobierno anunciada, el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero ha nombrado ministra de Cultura a la guionista, directora y presidenta de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España Angeles González-Sinde. La noticia, saludada con entusiasmo por la asociación de productores y criticada por la de internautas debido a su personal cruzada contra la copia e intercambio privados de películas, puede interpretarse como un intento de reconciliación del ejecutivo socialista con el mundo del cine, tras recientes desencuentros.

De las imágenes, casi todas en blanco y negro, que se reproducen una y otra vez en las televisiones de todo el mundo sobre el golpe de estado de Pinochet en Chile, hace pronto 36 años, unas de las más impactantes fueron filmadas por un argentino Leonardo Henrichsen, y le costaron la vida. Su cámara registró la escena de como un grupo de soldados descendía de un camión, uno de ellos descubría su presencia en la calle, le apuntaba y fríamente disparaba contra él. La cámara tembló. Otro uniformado repitió los disparos. Fundido a negro... para siempre.