Ciro Guerra inicia su viaje en Colombia antes de Cannes
- por © Corresponsal-NOTICINE.com
A pocos días de presentar "Los viajes del viento" en la sección Una cierta mirada del Festival Internacional de Cine de Cannes, el colombiano Ciro Guerra estrenó su segundo largometraje en salas de Colombia. El lanzamiento marcó la culminación de un viaje personal de cinco años, en los cuales el director pudo demostrarse a sí mismo que era capaz de sacar adelante un film de gran complejidad, que fue rodado en 84 localizaciones y hablado en cuatro lenguas (español, wayunaiky, ikn–arhuaco y bantú).
"Fue una película que tenía guardada hace tiempo. Yo la veía como una película imposible de hacer en Colombia. No le apostaba al proyecto", confesó Guerra en entrevista con Colprensa en el marco del estreno colombiano de "Los viajes del viento", una producción realizada con aportes alemanes y holandeses, que se lanzó en Colombia con 50 copias y la entendible expectación generada por su inminente participación en el Festival de Cannes. "Lo más importante era que el primer país que viera la película fuera Colombia, porque los únicos que tienen la autoridad para entenderla serían los colombianos", sostuvo.
"Los viajes del viento" es la historia de un juglar que luego de recorrer durante años diferentes pueblos para llevar cantos con su acordeón, toma la decisión de realizar un último viaje. Su idea es atravesar toda Colombia para devolver el instrumento a su anciano maestro para nunca más tocar. En su camino se cruza un joven que sueña con ser como él. A medida que avanza el viaje y la diversidad de la cultura caribe se abre ante ellos, el mentor va instruyendo al alumno pero con la certeza de enseñarle otros caminos para que no sufra la soledad y la tristeza que marcaron su vida.
"Todo fue difícil", sintetiza el director sobre la producción del film, que le llevó a él y su equipo a ir de "temperaturas muy calientes a frías en sitios alejados de la civilización" y desplazarse en "aviones, barcos, vans, canoas, en camionetas cuatro por cuatro, mula, planchones, a pie", dependiendo del sitio elegido para el rodaje. La necesidad de adentrarse en la Colombia profunda fue para Guerra una oportunidad de descubrir los contrastes y la diversidad de su país, aunque tuvo especial cuidado en no enseñarlo como una tarjeta postal: "Cada paso era descubrir un nuevo país que no sabíamos. Los paisajes son espectaculares. No queríamos que fuera una película turística, tampoco que se sintiera como un comercial. Lo que fundamenta la expresividad de los paisajes se debe a que buscábamos una agresividad que se fusionara con los protagonistas. La música es una expresión de la relación del hombre con la naturaleza, entonces los sonidos de la naturaleza son inspiración para hacer música".
Con "Los viajes del viento", el director de 28 años se afirma como uno de los directores más relevantes del cine colombiano actual, en el cual irrumpió cuatro años atrás con "La sombra del caminante". En poco tiempo podrá mostrar su obra en el Festival de Cannes, lo cual toma como una posibilidad inmejorable de enseñar que un cine diferente es posible en Colombia": "Esta es una oportunidad para demostrar que en Colombia se puede hacer otro cine. Hemos estado estancados en el asunto de que sólo podemos hacer comedia o películas que exploren la tragedia nacional. Estar ahí parecía un imposible. Es un honor muy grande y al mismo tiempo una responsabilidad abrumadora. Sé que la película se va a defender muy bien".
"Fue una película que tenía guardada hace tiempo. Yo la veía como una película imposible de hacer en Colombia. No le apostaba al proyecto", confesó Guerra en entrevista con Colprensa en el marco del estreno colombiano de "Los viajes del viento", una producción realizada con aportes alemanes y holandeses, que se lanzó en Colombia con 50 copias y la entendible expectación generada por su inminente participación en el Festival de Cannes. "Lo más importante era que el primer país que viera la película fuera Colombia, porque los únicos que tienen la autoridad para entenderla serían los colombianos", sostuvo.
"Los viajes del viento" es la historia de un juglar que luego de recorrer durante años diferentes pueblos para llevar cantos con su acordeón, toma la decisión de realizar un último viaje. Su idea es atravesar toda Colombia para devolver el instrumento a su anciano maestro para nunca más tocar. En su camino se cruza un joven que sueña con ser como él. A medida que avanza el viaje y la diversidad de la cultura caribe se abre ante ellos, el mentor va instruyendo al alumno pero con la certeza de enseñarle otros caminos para que no sufra la soledad y la tristeza que marcaron su vida.
"Todo fue difícil", sintetiza el director sobre la producción del film, que le llevó a él y su equipo a ir de "temperaturas muy calientes a frías en sitios alejados de la civilización" y desplazarse en "aviones, barcos, vans, canoas, en camionetas cuatro por cuatro, mula, planchones, a pie", dependiendo del sitio elegido para el rodaje. La necesidad de adentrarse en la Colombia profunda fue para Guerra una oportunidad de descubrir los contrastes y la diversidad de su país, aunque tuvo especial cuidado en no enseñarlo como una tarjeta postal: "Cada paso era descubrir un nuevo país que no sabíamos. Los paisajes son espectaculares. No queríamos que fuera una película turística, tampoco que se sintiera como un comercial. Lo que fundamenta la expresividad de los paisajes se debe a que buscábamos una agresividad que se fusionara con los protagonistas. La música es una expresión de la relación del hombre con la naturaleza, entonces los sonidos de la naturaleza son inspiración para hacer música".
Con "Los viajes del viento", el director de 28 años se afirma como uno de los directores más relevantes del cine colombiano actual, en el cual irrumpió cuatro años atrás con "La sombra del caminante". En poco tiempo podrá mostrar su obra en el Festival de Cannes, lo cual toma como una posibilidad inmejorable de enseñar que un cine diferente es posible en Colombia": "Esta es una oportunidad para demostrar que en Colombia se puede hacer otro cine. Hemos estado estancados en el asunto de que sólo podemos hacer comedia o películas que exploren la tragedia nacional. Estar ahí parecía un imposible. Es un honor muy grande y al mismo tiempo una responsabilidad abrumadora. Sé que la película se va a defender muy bien".