Elio Quiroga escribe sobre el "fantasmal" rodaje de "No-Do"
- por © Baditri-NOTICINE.com
Por Elio Quiroga *
Un curtido equipo de cine, con algunos profesionales que superan el medio siglo de experiencia, puede pasar miedo. Yo he visto a maquinistas curtidos y encallecidos correr asustados en el rodaje de esta película, y llorar como si fueran críos. He visto a técnicos que se negaban a entrar en una habitación porque juraban que "había cosas dentro que se movían".
He visto cómo había que repetir tomas porque sonido nos decía que se colaban voces en la grabación que no estaban cuando se filmaba la escena. Y he visto las fotos que hicieron algunos miembros del equipo, que muestran algo que no estaba ahí cuando se dispararon sus cámaras.
Todo eso ocurrió en el rodaje de "No-Do". Elegimos una casa en Torrelodones que sería la casa "maldita" en la que transcurre la acción de la película. Y creo que, como hace Francesca, la protagonista de la historia, elegimos mal.
La casa de Torrelodones tiene varias leyendas a su alrededor; al parecer fue frente de guerra en la Guerra Civil. Bajo sus techos de estilo gótico hubo un cuartel general rebelde durante varios meses, y cuando los nacionales pasaron por allí, se vivió una tragedia; hablamos de ejecuciones, asesinatos, violaciones y salvajadas sin nombre que se hicieron en aquella casa durante la guerra. Nos comentaba Paco, el guardés del lugar, que los alrededores de la casa están repletos de fosas comunes.
Cuando nos explicó todo esto no le dimos otra importancia que la coincidencia de que rodáramos una película de terror allí. En fin, lo que todo el mundo comenta en esos casos. Además, la casa ha sido utilizada por otros equipos (Tato Perdiguero, nuestra localizadora, una de las mejores de la profesión, no conocía de ningún problema ocurrido al rodar otros equipos en el lugar, y encontrar en Madrid decorados tan interesantes como este son poco frecuentes, así que nos decidimos a filmar allí).
Los primeros días de trabajo transcurrieron sin novedad, excepto que todos notábamos que la casa era inhóspita. A pesar de tener unas 40 personas trabajando allí todos los días, el lugar era frío y húmedo, tal vez por estar azotada la casa por el viento en todo momento –está al final de una pequeña colina y no tiene resguardo posible-, pero las cosas se fueron poniendo más serias cuando Ana Torrent, nuestra protagonista, y una de las mejores actrices de su generación, empezó a decir que no quería estar sola en la casa, cosa que a veces hacía en las pausas para comer para preparar su papel.
Ana se preparó muy intensamente para dar vida a Francesca, el papel protagonista, y es una de las actrices más entregadas y creativas que conozco, llegando a bajar varios kilos de peso para dar a su personaje un aspecto delgado, obsesivo y enfermizo. Nos preocuparon inicialmente sus extrañas negativas, y llegamos a achacarlo a su excesiva concentración en el personaje. Pero Josune Lasa, la diseñadora de vestuario de la película, que pasaba largas horas en la casa preparando el vestuario de los personajes para las escenas históricas, nos comentó que sentía una sensación similar a la de Ana cuando se quedaba sola en la casa. En varias ocasiones comentó que pensaba que había más personas con ella a pesar de estar todo el equipo cenando a casi 100 metros del edificio. Todo esto era causado por ruidos extraños que casi siempre achacábamos a la estructura de madera de la casa, y a su antigüedad. "Las casas de madera crujen mucho, es debido a los cambios de temperatura y a la edad, y esta casa tiene más de un siglo" decía Luis Sánchez-Gijón, montador y director de la segunda unidad, que vivía en una casa de estructura similar en Tenerife.
Trabajábamos de día, y todo aquello no pasó de la anécdota, hasta el momento en que empezamos nuestras 2 semanas de rodaje nocturno. Entonces fue cuando la cosa se puso seria. Durante la primera noche, tuvimos dos fallos de tensión, y varios técnicos afirmaron ver a personas en lugares en los que no había nadie más que ellos. Lo atribuimos a algún compañero bromista, como Juan Carlos Gómez, director de fotografía de la prestigiosa Cardenillo SA, o Antton Zabala, que es famoso por estar siempre de broma haciendo la vida más agradable a los equipos. Pero no, aquello le pasaba a la gente que venía a trabajar esporádicamente, como Jerome Debeve, Juan A. Ruiz y Margaret Nicoll. Margaret es productora asociada de la película y Jerome y Juan además de productores asociados son supervisores de efectos visuales. Cuando vinieron al rodaje el tercer día de filmación nocturna a supervisar una escena compleja de efectos digitales, que requería supervisar el modo de filmación, Marga, la jefa de producción de La Huella Efectos Digitales y pareja de Jerome se negó a entrar en la casa. Afirmaba que había soñado con ella la noche anterior y "le daba mal rollo".
Los demás entraron, y ella insistió en quedarse sola en el exterior, en una fría noche de noviembre. Tras el rodaje la encontramos en su coche, con una crisis histérica. Había visto gente en los alrededores de la casa. Pero no era gente normal, según ella. Era gente que brillaba, y no tenían piernas; flotaban en el aire, como globos. Marga es una de las personas más racionales que conozco, y nunca ha negado que lo que vio aquella noche no sea cierto. Debo creerla. Sin embargo, Margaret afirmó que, estando con nosotros en el rodaje, vio cosas que no le cuadraban, en habitaciones cerradas y zonas oscuras de la casa, que no tiene iluminación propia. No ha hablado mucho de lo que vio aquella noche, pero no quiso volver a la casa durante el resto del rodaje en ella. Yo hablaba con el cachondo Antton, suponiendo que era cosa suya, pero él juraba que no había tenido nada que ver.
Nunca olvidaré una frase que Ana Torrent me dijo durante aquellos rodajes nocturnos: "Esta casa es como una pesadilla, pero es un paraíso para un actor. El miedo no tengo que fingirlo. Estoy aterrorizada y deseando que acabemos este rodaje". Creo que su miedo físico y real se transmite en cada plano de la película.
Después de lo que hemos pasado en esa cosa sólo puedo decir que nuestra ficción está muy cerca de la realidad, y que la realidad a veces es mucho más fantástica de lo que parece.
(*): El canario Elio Quiroga se ha especializado en el género del terror. Tras "Fotos" (1997) y "La hora fría" (2006) ahora se basa en la presunta existencia de documentales realizador por el equipo del noticiero cinematográfico "No-Do" durante los años 40 y 50 sobre apariciones y milagros, que estarían en manos de la Iglesia, para escribir y realizar "No-Do", que protagoniza Ana Torrent.
TRAILER DE "NO-DO"