"Voy a explotar": juventud, corrupción e incomunicación familiar en el México de hoy
- por © Redacción (México)-NOTICINE.com
Tras una brillante andadura por festivales internacionales, el mexicano Gerardo Naranjo ("Drama/mex") estrena en su país "Voy a explotar", una historia de amor juvenil en el seno de una sociedad y una familia que nada en la hipocresía y la incomunicación, dentro de una sociedad corrupta. Con protagonistas que no eran actores profesionales y secundarios de lujo, como Daniel Giménez Cacho y Rebecca Jones, esta producción de Canana Films, la compañía de Luna y García Bernal, busca un público joven y preocupado por la época que le ha tocado vivir.
Filmada en Guanajuato, la ciudad donde nació su guionista y director, "Voy a explotar" es la historia de la fuga romántica de dos adolescentes problemáticos, Maru y Román. Él, con fantasías violentas y varios intentos de suicidio, no consigue llamar la atención de su padre. Ella, una chica solitaria acosada sexualmente por su exnovio a quien ya no tolera. Cuando se conocen, sus vidas cambian radicalmente para unirse en una rebelión contra todo lo que los rodea. Buscan un lugar donde desaparecer y la opción es la azotea de Román, donde descubren su sexualidad y los lazos que los identifican. Fortalecidos tras la vivencia en su paraíso, son capaces de volver a enfrentar al mundo real aún con sus consecuencias.
"Me interesa -ha dicho Naranjo al grupo Reforma- contar las cosas que veo en la vida. Estoy rodeado de jóvenes y las películas reflejan el mundo que conozco. Cuando empecé en esto me propuse hacer las cintas que me hubiera gustado ver de joven. Crecí en los ochenta y noventa, cuando no existían los Eimbcke, los Reygadas o “los tres amigos”, estaba muy árido el panorama. Por eso mi interés por hacer algo que me diera identidad".
El cineasta consideraba necesario recurrir a actores no profesionales: "Los dos chicos protagonistas (María Deschamps y Juan Pablo de Santiago) no son actores, pero eso no quiere decir que no tengan facilidad, simplemente no lo habían hecho. Para mí el proceso actoral se basa en la confianza y justo en que estos chicos no actúen, entonces hay cosas situacionales que les ayudan mucho. Normalmente una escena no la empiezo o no la corto a la mitad, esto con el fin de que ellos se la crean y vayan subiendo la emoción. Una de las reglas era: nadie los va dirigir durante la escena, tienen que hacerlo como lo harían en su vida".
Sostiene Naranjo que su opción por descubrir a gente desconocida es consecuencia de su rechazo a lo que llama los "vicios que estamos heredando", por el fenómeno de las telenovelas. "La sobreactuación o hiperactuación ha llegado a tal degradación que ha perdido su significado. Esta nueva aproximación a la actuación es producto de una saturación de códigos. En una telenovela, cuando vemos a alguien llorando ya no produce tristeza; bueno, estoy pensando en audiencias un poco educadas, porque el pueblo sigue agarrado al estilo exuberante de la televisión latinoamericana. En mi caso, con mis dos adolescentes protagonistas, era muy importante mostrar su inseguridad. Ellos no podrían saber caminar sin dudar, eso no se puede actuar porque el trastabilleo es normal en la adolescencia", explica.
Giménez Cacho, que regresa a las salas mexicanas tras el gran éxito de "Arráncame la vida", interpreta al padre del muchacho, un político conservador. Así ve él esta historia, en declaraciones al Sol de San Luis: "Se dan una serie de consecuencias trágicas, producto de la incomunicación, donde un muchacho se ha orillado a realizar una serie de actos desesperados en un mundo que no escucha y no da muchas salidas".