Cesc Gay escribe sobre "V.O.S."

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Cesc Gay
Cesc Gay
Por Cesc Gay *

Asistí al estreno de "V.O.S." (Versión Original Subtitulada) de Carol López a finales del mes de abril del 2005 en el Teatre Lliure de Barcelona. Hace ahora cuatro años. El escenario era cuadrado, de madera, tenía cuatro muebles y todos nos sentamos a su alrededor. Salieron los actores. Les oías respirar y les podías tocar. Cuando terminó la función tardé en levantarme mientras pensaba en cómo se podría adaptar al cine lo que yo había visto, sin perder del todo su magia.

Pasados unos meses, seguía pensando en ella como si se tratara de una mujer. Me di cuenta de que quería adaptar esta historia y hacer una película. Ante todo se trataba de una comedia y siempre había querido hacer una. Creo que se hacen pocas y que hacen falta más. Era una comedia sobre el amor y sobre la amistad. Era ácida, cotidiana, inteligente, romántica. Un juego entre dos parejas, entre cuatro personajes. Y por encima de todo, era una historia sobre la gran mentira que significa contar historias. La historia de un novelista que escribe la obra que vemos… y nos manipula.

"V.O.S." había nacido en el teatro y en el teatro todo es posible. Se juega sin reglas. Todo está permitido. Ése es su secreto y por eso me enamoré de ella. Pensé que el cine ha perdido, en parte, esa libertad y anoté para no olvidarme dos frases en mi libreta:

Hay que mirar a los ojos al espectador, como desde un escenario. Hay que mentirle todo el rato… y hay que decírselo.

Del teatro al cine. Una película diferente

Normalmente, como ya hice en Krámpack, las adaptaciones de textos teatrales y literarios intentan, como el término indica, adaptarse al medio al que van destinados.  

En este caso se trataba de adaptar y transformar también la puesta en escena de la obra, sus juegos y recursos narrativos propiamente teatrales en los adecuados para un largometraje cinematográfico. Se entiende que esto es lo correcto, lo que hay que hacer, lo razonablemente sensato, lo que nadie pone en duda e incluso lo que el espectador quiere.

Sentí, desde aquel primer momento, que tenía que hacer todo lo contrario.

Me enamoré de la obra por su puesta en escena, sus juegos elípticos, su carpintería a la vista, su simulación de la realidad. El Teatro, de forma natural, juega y se aprovecha de la presencia del espectador, se permite utilizarle y hacerle creer que dos sillas y una mesa hacen una casa.

Una adaptación al uso hubiera situado en espacios reales las diferentes escenas de la obra. Pisos, calles, coches, bares. El cine parte casi siempre de la realidad de las situaciones. Se busca su credibilidad. Un guionista obediente se hubiera concentrado en las tramas de la obra para desarrollarlas de forma realista en un marco urbano y posiblemente hubiera tenido que eliminar aquellos momentos que no hubiera sido capaz de hacer creíbles; aquellos que a mí me sedujeron.

"V.O.S." no cuenta nada que no se haya contado mil veces. Una historia de amor en tono romántico entre un hombre y una mujer que rompen sus parejas. Una traición entre dos amigos por un amor… Su encanto, lo que me sedujo esa noche al verla no radica  en lo que se cuenta sino en cómo se cuenta.
 
Reflexioné sobre el valor de la cuarta pared en el teatro y la dificultad de conseguir esa sensación desde la pantalla de una sala de cine. Empecé a pensar en películas. Me venían a la memoria las imágenes del océano en Y la nave va de Fellini y de algunas otras de sus muchas historias. Luego recordé los últimos films de Lars Von Trier. La utilización que hizo del plató en Dogville como lugar que engloba los espacios apenas apuntados. Tratamientos formales aparentemente más cercanos al escenario teatral.

Un plató. Un rodaje

Así decidí situar la historia, casi por completo, en un plató. Transformarla en un rodaje. Convertí al escritor en guionista. Como espectadores asistimos al rodaje de lo que está escribiendo cual ficción en directo.

Quiero darle a los personajes el valor, no de actores de algo que vemos que se está filmando como muchas veces hemos visto en el cine, sino de actores de nuestra propia película. El equipo de rodaje, los decorados, el dentro y el fuera, la ficción y la realidad se entrecruzan, se confunden y se convierten en una misma cosa descubriendo todos sus trucos y toda su carpintería propiamente cinematográfica.

"V.O.S." cuenta además con unos excelentes diálogos llenos de ternura e ironía y con cuatro actores (Vicenta Ndongo, Àgata Roca, Paul Berrondo y Andrés Herrera) que han sido también los protagonistas de su adaptación cinematográfica.

Fueron cómplices en la creación de esta obra a través de sus ensayos y sus improvisaciones y mi intención ha sido la de aprovecharme de su creatividad y complicidad para conseguir provocar en el espectador la misma sensación, el mismo estado de ánimo que yo experimenté sentado en la butaca del teatro cuando terminó aquella función.  

Soy consciente de que vamos a hacer una película diferente, pero sólo así he sabido adaptar "V.O.S." al cine y seguir enamorado de ella.

(*): El cineasta catalán Cesc Gay llevaba tres años alejado de las salas, desde que hizo "Ficción". "V.O.S.", que se estrena este viernes en España, es su cuarta realización, tras la citada cinta, "En la ciudad" (2003), "Krampack" (2000) y "Hotel Room" (1998).