Fernando, David y ahora un tercer Trueba en la realización, Jonás
- por © Redacción-NOTICINE.com
Hijo de Fernando y sobrino de David, un tercer miembro de la cinéfila familia Trueba se incorpora a esta saga de realizadores españoles, Jonás, de 27 años, quien ya había coescrito varias películas, la primera con 16 años y la última junto a su padre, "El padre de la Victoria", que este mismo mes se estrenará, protagonizada por Ricardo Darín en Chile. "Todas las canciones hablan de mí", cuyo guión también es suyo, se filma ya en los alicantinos estudios Ciudad de la Luz, protagonizada por Oriol Vila y Bárbara Lennie.
"Aún no se muy bien lo que quiero", ha dicho Jonás sin pudor al diario Levante. "Se trata de una película sin argumento fijo ni línea narrativa. Es más un estado de ánimo. Trata sobre un tipo que construye su propio discurso, se contradice, se repite... No creo en el cine que cuenta grandes historias. Es un film en el que no hay ni un sólo personaje que sea ingenuo, ni simpático, ni entrañable, que son estereotipos fáciles de representar. Pretendo hacer una película sencilla, que te sientes a verla y aunque no sepas a donde va, te enganche hasta el final. También me gustan los actores que tengo, porque no son los ideales para el personaje que interpretan".
"Todas las canciones hablan de mí" es la historia de una pareja joven y su ruptura. Dos personajes diferentes, ella más extrovertida y alegre, él demasiado reflexivo. "Hay que abrir el cine a los sentimientos, no me gusta el cine cerrado, sino un cine vivo, imperfecto, que deja que la vida se cuele", afirma su director y guionista, que cree que su previa experiencia como escritor para el cine le ayuda ahora a dirigir: "Una de las cosas más peligrosas es ser esclavo de tu propio guión. Para filmarlo como escribes, mejor lo publicas. Me gusta rodar a contraguión. Y si el guión es mío, lo puedo destrozar con más tranquilidad. La profesión de guionista es maravillosa, pero muy incomprendida. Las relaciones con los directores son duras. El cine es una locura, una demencia que se te ocurre en tu casa y que tienes que trasformarla para que le guste a la gente".
Es consciente Jonás Trueba que muchos piensan que es un "niño de papá" al que se le han abierto todas las puertas precisamente por ser hijo de uno de los más prestigiosos directores españoles, el ganador del Oscar Fernando Trueba. "Negarlo sería de imbécil. Es algo que me beneficia, aunque también despierta recelos. Es un oficio que he mamado desde pequeño. Me gusta discutir de cine con mi padre y mi tío. Tenía dos opciones, salir corriendo en dirección contraria o que me gustara. Mi experiencia me permite afrontar mi primera película con más tranquilidad, aunque tenga el listón más alto que otros. Pero me gusta esa exigencia", afirma.
"Aún no se muy bien lo que quiero", ha dicho Jonás sin pudor al diario Levante. "Se trata de una película sin argumento fijo ni línea narrativa. Es más un estado de ánimo. Trata sobre un tipo que construye su propio discurso, se contradice, se repite... No creo en el cine que cuenta grandes historias. Es un film en el que no hay ni un sólo personaje que sea ingenuo, ni simpático, ni entrañable, que son estereotipos fáciles de representar. Pretendo hacer una película sencilla, que te sientes a verla y aunque no sepas a donde va, te enganche hasta el final. También me gustan los actores que tengo, porque no son los ideales para el personaje que interpretan".
"Todas las canciones hablan de mí" es la historia de una pareja joven y su ruptura. Dos personajes diferentes, ella más extrovertida y alegre, él demasiado reflexivo. "Hay que abrir el cine a los sentimientos, no me gusta el cine cerrado, sino un cine vivo, imperfecto, que deja que la vida se cuele", afirma su director y guionista, que cree que su previa experiencia como escritor para el cine le ayuda ahora a dirigir: "Una de las cosas más peligrosas es ser esclavo de tu propio guión. Para filmarlo como escribes, mejor lo publicas. Me gusta rodar a contraguión. Y si el guión es mío, lo puedo destrozar con más tranquilidad. La profesión de guionista es maravillosa, pero muy incomprendida. Las relaciones con los directores son duras. El cine es una locura, una demencia que se te ocurre en tu casa y que tienes que trasformarla para que le guste a la gente".
Es consciente Jonás Trueba que muchos piensan que es un "niño de papá" al que se le han abierto todas las puertas precisamente por ser hijo de uno de los más prestigiosos directores españoles, el ganador del Oscar Fernando Trueba. "Negarlo sería de imbécil. Es algo que me beneficia, aunque también despierta recelos. Es un oficio que he mamado desde pequeño. Me gusta discutir de cine con mi padre y mi tío. Tenía dos opciones, salir corriendo en dirección contraria o que me gustara. Mi experiencia me permite afrontar mi primera película con más tranquilidad, aunque tenga el listón más alto que otros. Pero me gusta esa exigencia", afirma.