Juan José Campanella escribe sobre "El secreto de sus ojos"
- por © Alta Films-NOTICINE.com
Por Juan José Campanella *
Un viejo comiendo solo. Fue esa imagen que no me abandonaba la que me hacía volver a la novela. No el crimen. No el suspense. No el género. El Viejo comiendo solo. ¿Cómo se llega a estar solo en la vida? ¿Pensaría ese Viejo en qué lo llevó a cenar solo en un bar sin nadie que lo acompañara? Uno puede negarlo, puede olvidarse, puede taparlo durante un tiempo pero el pasado siempre vuelve. Quizá, durante el segundo acto de su vida, el Viejo pudo ignorar lo que hizo en el primero, pero, si quiere pasar con éxito al tercero, debe cerrar esas historias.
No veo esta película como un "film noir". La carne, el plato principal, el motor, es el amor callado durante años, la frustración, el vacío que sienten los personajes. El género es el plato en el que esta carne está servida.
Me fascina la memoria. Cómo repercuten hoy en día decisiones que hemos tomado hace veinte, treinta años. La memoria que también puede ser la de una nación. Hoy, que estamos recuperando la memoria de los años setenta como país, sabemos que el horror comenzó a gestarse antes de la dictadura militar. La historia transcurre en esa Argentina en que el aire comenzaba a espesarse, envolviendo y sorprendiendo aun a sus propios protagonistas.
Traté de contar esta historia como una mezcla entre pequeños seres que deambulan en un mar de gente, en enormes estructuras, perdidos entre la muchedumbre, y sus ojos. La historia de aquel tipo que camina a cien metros de nosotros en la terminal de trenes, y del que nos separan quinientos cuerpos. ¿Qué lograríamos saber de él si de repente, sin cortes, pudiéramos ver un primer plano de sus ojos? ¿Qué secretos nos contarían?
Quizá pueda ser una historia como ésta, una historia de crimen, sí, pero principalmente de amor. De un amor en estado puro. De un amor que se terminó cuando era puro capullo, sin darle tiempo a haberse marchitado. ¿Cómo se vive ese amor? ¿Cómo impacta a los que lo rodean? ¿Qué locuras pueden cometer ese par de ojos cuando se le roba el amor?
Preguntas que la película sólo alcanza a formular, y que quizá, solamente en la vida de estos personajes, intenta contestar.
(*) J.J. Campanella es uno de los más exitosos cineastas argentinos. Hacía cinco años, desde "Luna de Avellaneda", que no estrenaba película. Antes dirigió "El mismo amor, la misma lluvia" y "El hijo de la novia". En ese lustro sin cine no estuvo parado: realizó la teleserie "Vientos de agua" y en EEUU capítulos de series tan conocidas como "Ley y orden", "House" o "30 Rock". Tras más de un mes como líder de taquilla en Argentina y una exitosa presencia en los festivales de Toronto y San Sebastián lanza el próximo viernes en salas españolas la coproducción argentino-española "El secreto de sus ojos".
Un viejo comiendo solo. Fue esa imagen que no me abandonaba la que me hacía volver a la novela. No el crimen. No el suspense. No el género. El Viejo comiendo solo. ¿Cómo se llega a estar solo en la vida? ¿Pensaría ese Viejo en qué lo llevó a cenar solo en un bar sin nadie que lo acompañara? Uno puede negarlo, puede olvidarse, puede taparlo durante un tiempo pero el pasado siempre vuelve. Quizá, durante el segundo acto de su vida, el Viejo pudo ignorar lo que hizo en el primero, pero, si quiere pasar con éxito al tercero, debe cerrar esas historias.
No veo esta película como un "film noir". La carne, el plato principal, el motor, es el amor callado durante años, la frustración, el vacío que sienten los personajes. El género es el plato en el que esta carne está servida.
Me fascina la memoria. Cómo repercuten hoy en día decisiones que hemos tomado hace veinte, treinta años. La memoria que también puede ser la de una nación. Hoy, que estamos recuperando la memoria de los años setenta como país, sabemos que el horror comenzó a gestarse antes de la dictadura militar. La historia transcurre en esa Argentina en que el aire comenzaba a espesarse, envolviendo y sorprendiendo aun a sus propios protagonistas.
Traté de contar esta historia como una mezcla entre pequeños seres que deambulan en un mar de gente, en enormes estructuras, perdidos entre la muchedumbre, y sus ojos. La historia de aquel tipo que camina a cien metros de nosotros en la terminal de trenes, y del que nos separan quinientos cuerpos. ¿Qué lograríamos saber de él si de repente, sin cortes, pudiéramos ver un primer plano de sus ojos? ¿Qué secretos nos contarían?
Quizá pueda ser una historia como ésta, una historia de crimen, sí, pero principalmente de amor. De un amor en estado puro. De un amor que se terminó cuando era puro capullo, sin darle tiempo a haberse marchitado. ¿Cómo se vive ese amor? ¿Cómo impacta a los que lo rodean? ¿Qué locuras pueden cometer ese par de ojos cuando se le roba el amor?
Preguntas que la película sólo alcanza a formular, y que quizá, solamente en la vida de estos personajes, intenta contestar.
(*) J.J. Campanella es uno de los más exitosos cineastas argentinos. Hacía cinco años, desde "Luna de Avellaneda", que no estrenaba película. Antes dirigió "El mismo amor, la misma lluvia" y "El hijo de la novia". En ese lustro sin cine no estuvo parado: realizó la teleserie "Vientos de agua" y en EEUU capítulos de series tan conocidas como "Ley y orden", "House" o "30 Rock". Tras más de un mes como líder de taquilla en Argentina y una exitosa presencia en los festivales de Toronto y San Sebastián lanza el próximo viernes en salas españolas la coproducción argentino-española "El secreto de sus ojos".