"Nunca estuviste tan adorable": del teatro argentino a la gran pantalla
- por © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com
Primero fue una obra autobiográfica (o más bien la historia de su familia) de Javier Daulte, que desde el ambiente del teatro alternativo saltó al de gran público, e incluso se exportó (en España se representó con Anabel Alonso como protagonista) y ahora se estrena su versión cinematográfica, realizada por la también actriz Mausi Martínez, que en gran medida recurrió a los mismos actores que la interpretaron sobre el escenario: María Onetto, Mirta Busnelli, Lucrecia Oviedo, Lorena Forte y Willy Prociuk, a los que sumó a Luis Luque y Gonzalo Valenzuela.
"Tenía realizados -explica Martínez en declaraciones a Escribiendo Cine- dos proyectos documentales, uno sobre la vida de Manuel Puig. Luego hice Sed, gota a gota sobre el saqueo de los recursos naturales. Yo estaba buscando un libro para que a través de una cooperativa (integro una cooperativa de cine) pudiéramos hacer una ficción. Cuando veo la obra de teatro me quedo fascinada con las actuaciones y el libro. Me pareció soberbio. Pero no tenía pensado filmar yo, se lo propongo a Luis Barone. El vio la obra y me dijo: “Si te gusta tanto, hacéla vos”. Estuvo de acuerdo de que se hiciera una buena adaptación cinematográfica. Y lo que siguió fue ir a hablar con Daulte. Era lo que más miedo me generaba, no sabía si quería que se haga una adaptación y que la filme yo, que no tenía experiencia en ficción. Y fue bastante fácil, porque Javier me allanó el camino de una manera amorosa, tuvimos algunas reuniones en la casa de él. Creo que también le cerraba que yo quería mantener al mismo elenco y tenía una mirada bastante profesional acerca de lo que quería hacer. Su preocupación era si iba a ser un videíto o qué. Y la hicimos en 35 mm, había una producción. El proyecto venía en serio. Nos pusimos de acuerdo en muy poco tiempo, le compramos los derechos y empecé a hacer la adaptación. Y él ni siquiera se metió en la adaptación. Leyó el libro y le gustó".
El personaje central de esta cinta colectiva, a la que Martínez ha añadido canciones y realizado con un estilo -incluso visual- muy años 50 es Blanca, una mujer caprichosa, adorable y desmedida, ha tomado dos decisiones en su vida. La primera, hace 20 años: casarse con Salvador, propietario de un próspero taller mecánico, para abandonar la pobreza de Barracas, yéndose a vivir "cerca de la casa del Presidente", como ella siempre lo soñó. La segunda, 20 años más tarde: cambiar los viejos muebles de su casamiento para estar a tono com los tiempos que corren: 1955.
En medio del trajín, un regalo anónimo sorprende a toda la familia: un flamante televisor envuelto primorósamente y una tarjeta: "Para Blanca....Usted ya sabe quien". Las narcisistas fantasías hollywoodenses de Blanca, alimentadas por un admirador misterioso que envía costosos regalos, sus hijos, su íntima amiga y un marido que se desvanece ante la mirada amorosa, completan el cuadro de ésta comedia que refleja a ritmo de la música las grandezas y miserias de una familia como otra cualquiera.
Sobre las posibilidades comerciales de la cinta, su realizadora y adaptadora prefiere ser cauta: "Es muy difícil saber qué puede pasar. Es una película tan rara, tan distinta… Es una comedia dramática brillante, en cuanto a brillo de verdad. Responde a la estética del viejo technicolor. Esto quizás le traiga a la gente ganas de verla. Mi expectativa es que la gente se divierta, que la pase bien. Supongo que la expectativa del productor es más fuerte porque puso mucho dinero. Cuando se proyectó en el BAFICI (Festival Independiente de Buenos Aires) me alivié, fue como una prueba de fuego. Nosotros no queríamos proyectarla en Competencia, porque no podíamos ir a otros festivales. Pero estuvo muy bien ese lugar. Un público difícil, muy cinéfilo, muy exigente. Y la verdad es que a la salida fue todo bueno. Me tranquilicé. Ahora hay que ver con el gran público. Vamos a seis salas comerciales y el KONEX, que nos parece un lugar de encuentro de gente especial también, vamos estar en las trasnoches, viernes y sábados, todo octubre y noviembre".
"Tenía realizados -explica Martínez en declaraciones a Escribiendo Cine- dos proyectos documentales, uno sobre la vida de Manuel Puig. Luego hice Sed, gota a gota sobre el saqueo de los recursos naturales. Yo estaba buscando un libro para que a través de una cooperativa (integro una cooperativa de cine) pudiéramos hacer una ficción. Cuando veo la obra de teatro me quedo fascinada con las actuaciones y el libro. Me pareció soberbio. Pero no tenía pensado filmar yo, se lo propongo a Luis Barone. El vio la obra y me dijo: “Si te gusta tanto, hacéla vos”. Estuvo de acuerdo de que se hiciera una buena adaptación cinematográfica. Y lo que siguió fue ir a hablar con Daulte. Era lo que más miedo me generaba, no sabía si quería que se haga una adaptación y que la filme yo, que no tenía experiencia en ficción. Y fue bastante fácil, porque Javier me allanó el camino de una manera amorosa, tuvimos algunas reuniones en la casa de él. Creo que también le cerraba que yo quería mantener al mismo elenco y tenía una mirada bastante profesional acerca de lo que quería hacer. Su preocupación era si iba a ser un videíto o qué. Y la hicimos en 35 mm, había una producción. El proyecto venía en serio. Nos pusimos de acuerdo en muy poco tiempo, le compramos los derechos y empecé a hacer la adaptación. Y él ni siquiera se metió en la adaptación. Leyó el libro y le gustó".
El personaje central de esta cinta colectiva, a la que Martínez ha añadido canciones y realizado con un estilo -incluso visual- muy años 50 es Blanca, una mujer caprichosa, adorable y desmedida, ha tomado dos decisiones en su vida. La primera, hace 20 años: casarse con Salvador, propietario de un próspero taller mecánico, para abandonar la pobreza de Barracas, yéndose a vivir "cerca de la casa del Presidente", como ella siempre lo soñó. La segunda, 20 años más tarde: cambiar los viejos muebles de su casamiento para estar a tono com los tiempos que corren: 1955.
En medio del trajín, un regalo anónimo sorprende a toda la familia: un flamante televisor envuelto primorósamente y una tarjeta: "Para Blanca....Usted ya sabe quien". Las narcisistas fantasías hollywoodenses de Blanca, alimentadas por un admirador misterioso que envía costosos regalos, sus hijos, su íntima amiga y un marido que se desvanece ante la mirada amorosa, completan el cuadro de ésta comedia que refleja a ritmo de la música las grandezas y miserias de una familia como otra cualquiera.
Sobre las posibilidades comerciales de la cinta, su realizadora y adaptadora prefiere ser cauta: "Es muy difícil saber qué puede pasar. Es una película tan rara, tan distinta… Es una comedia dramática brillante, en cuanto a brillo de verdad. Responde a la estética del viejo technicolor. Esto quizás le traiga a la gente ganas de verla. Mi expectativa es que la gente se divierta, que la pase bien. Supongo que la expectativa del productor es más fuerte porque puso mucho dinero. Cuando se proyectó en el BAFICI (Festival Independiente de Buenos Aires) me alivié, fue como una prueba de fuego. Nosotros no queríamos proyectarla en Competencia, porque no podíamos ir a otros festivales. Pero estuvo muy bien ese lugar. Un público difícil, muy cinéfilo, muy exigente. Y la verdad es que a la salida fue todo bueno. Me tranquilicé. Ahora hay que ver con el gran público. Vamos a seis salas comerciales y el KONEX, que nos parece un lugar de encuentro de gente especial también, vamos estar en las trasnoches, viernes y sábados, todo octubre y noviembre".