Daniel Giménez Cacho: "Hoy genera más perspectivas de desarrollo humano el crimen organizado que una carrera artística"
- por © Redacción (México)-NOTICINE.com
El pasado día 1, el actor hispano-mexicano Daniel Giménez Cacho, uno de los más reputados actores del actual cine mexicano, que ha trabajado con directores como Guillermo del Toro, Pedro Almodóvar, Alfonso Cuarón, Arturo Ripstein, Roberto Sneider, Rodrigo PLá o Sergio Cabrera, fue homenajeado con el premio de honor Luis Buñuel del festival Es.Cine en la residencia del embajador de España en Ciudad de México. Su discurso de aceptación es un alegato en favor del Séptimo Arte y la Cultura en el país, en su opinión víctimas de un "genocidio". He aquí sus palabras:
"Además de estos agradecimientos y más allá de la satisfacción personal al recibir este reconocimiento con el que me honran, quiero felicitar particularmente a quienes con su esfuerzo nos han acercado al cine español. Este acercamiento es importantísimo, nuestra industria se ha fortalecido mucho con los intercambios artísticos y económicos con España.
Es aire fresco en una asfixiada cartelera, e un decidido gesto hacia la diversidad cultural. En México, en donde una sola empresa de televisión acapara el 70% de la audiencia, la expresión cinematográfica reviste además de la económica una tremenda responsabilidad social. El cine es hoy uno de los pocos espacios de cultura masiva que no están sometidos al control monopólico de la televisión, uno de los pocos espacios de expresión social y artística de una sociedad que todos los días ve amenazada la pluralidad de sus opiniones y la diversidad de sus expresiones culturales.
En todo el mundo la lucha para garantizar la diversidad cultural es encarnizada, aquí en nuestro país, es además precaria. La insensibilidad del gobierno, de las autoridades hacendarías, y de las televisoras provoca un genocidio cultural que mantiene inerme a nuestro público frente al avasallante poder mercadológico y empresarial de la cinematografía estodunidense y otras marcas de renombre. Las reglas del libre mercado lo único que han garantizado en este caso, es la libertad del pez grande para comerse al chico.
Vivimos momentos decisivos y nuestra sobrevivencia no dependen solamente de la generación de riqueza económica. Los beneficios del comercio son inútiles si no van de la mano del desarrollo educativo y cultural que garantice una convivencia social basada en valores democráticos, de justicia, tolerancia y respeto por el otro. Por ejemplo en México, país de impunidad y monopolio, son notorios los estragos que ha causado las políticas de gobierno que solo favorecen el negocio privado y que a cambio bloquean el fortalecimiento de la moral pública, el desarrollo de proyectos educativos y el acceso a la cultura.
La desintegración social, la delincuencia generalizada, el auge del narcotráfico y la corrupción policíaca son síntomas de nuestra crisis moral, educativa y cultural. Hoy, genera más perspectivas de desarrollo humano el crimen organizado que una carrera universitaria o artística.
El acceso a la educación y a la cultura en toda su diversidad son fundamentales para revertir esta crisis, son fundamentales en la formación de sujetos libres, tolerantes y respetuosos del otro, son esenciales en el desarrollo de ciudadanos verdaderamente informados y con capacidad propia para decidir y discernir".
"Además de estos agradecimientos y más allá de la satisfacción personal al recibir este reconocimiento con el que me honran, quiero felicitar particularmente a quienes con su esfuerzo nos han acercado al cine español. Este acercamiento es importantísimo, nuestra industria se ha fortalecido mucho con los intercambios artísticos y económicos con España.
Es aire fresco en una asfixiada cartelera, e un decidido gesto hacia la diversidad cultural. En México, en donde una sola empresa de televisión acapara el 70% de la audiencia, la expresión cinematográfica reviste además de la económica una tremenda responsabilidad social. El cine es hoy uno de los pocos espacios de cultura masiva que no están sometidos al control monopólico de la televisión, uno de los pocos espacios de expresión social y artística de una sociedad que todos los días ve amenazada la pluralidad de sus opiniones y la diversidad de sus expresiones culturales.
En todo el mundo la lucha para garantizar la diversidad cultural es encarnizada, aquí en nuestro país, es además precaria. La insensibilidad del gobierno, de las autoridades hacendarías, y de las televisoras provoca un genocidio cultural que mantiene inerme a nuestro público frente al avasallante poder mercadológico y empresarial de la cinematografía estodunidense y otras marcas de renombre. Las reglas del libre mercado lo único que han garantizado en este caso, es la libertad del pez grande para comerse al chico.
Vivimos momentos decisivos y nuestra sobrevivencia no dependen solamente de la generación de riqueza económica. Los beneficios del comercio son inútiles si no van de la mano del desarrollo educativo y cultural que garantice una convivencia social basada en valores democráticos, de justicia, tolerancia y respeto por el otro. Por ejemplo en México, país de impunidad y monopolio, son notorios los estragos que ha causado las políticas de gobierno que solo favorecen el negocio privado y que a cambio bloquean el fortalecimiento de la moral pública, el desarrollo de proyectos educativos y el acceso a la cultura.
La desintegración social, la delincuencia generalizada, el auge del narcotráfico y la corrupción policíaca son síntomas de nuestra crisis moral, educativa y cultural. Hoy, genera más perspectivas de desarrollo humano el crimen organizado que una carrera universitaria o artística.
El acceso a la educación y a la cultura en toda su diversidad son fundamentales para revertir esta crisis, son fundamentales en la formación de sujetos libres, tolerantes y respetuosos del otro, son esenciales en el desarrollo de ciudadanos verdaderamente informados y con capacidad propia para decidir y discernir".