Pablo Solarz, del minimalismo y la comedia romántica a la acidez tras la cámara
- por © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com
"Juntos para siempre" es el título de la primera realización del popular guionista argentino Pablo Solarz, colaborador de directores como Carlos Sorín, Juan Taratuto o Alberto Lecchi en películas donde humor y romanticismo se conjugaban con dulces esencias. Sin embargo, en esta opera prima que protagonizan Peto Menahem, Malena Solda y Florencia Peña, de lo anterior sólo queda la risa, porque el escritor metido a cineasta en este film recién terminado en su fase de rodaje, que tiene bastante de autobiográfico, busca sobre todo la acidez y la contradicción, la sátira, "lo opuesto de las comedias románticas que escribí en los últimos tiempos".
Gross (Menahem), el protagonista de "Juntos para siempre", es como Solarz un guionista, que se inventa historias para evadirse de la realidad, una realidad que se niega sistematicamente a admitir. "Digamos que intenta desconectarse de una realidad dolorosa. La negación es universal. Cierto nivel de negación es saludable para poder vivir. Pero, cuando se vuelve excesiva, es enfermiza y enfermante. Mi intención fue avanzar con un personaje que niega cualquier cosa que lo detenga de sus objetivos principales. La realidad le exige una inmediata reacción, fundamentalmente en el plano sentimental, y él la saltea sistemáticamente. Así se genera una olla a presión, a la vez cómica: él es como un Mr. Magoo del amor", afirma el guionista y realizador novel en una entrevista con Clarín.
Solarz, que viene del mundo del teatro, estudió cine en Estados Unidos, pero asegura que sobre todo aprendió de ver a sus colegas directores en los rodajes, interpretando en imágenes sus textos. Asume que "Juntos para siempre", cuyo guión trabajó durante seis años, está más dominada por los diálogos que por la acción, pero sentarse en la silla de director no ha representado para él un esfuerzo o un sufrimiento, sino un disfrute del que ha aprendido mucho. "Seguramente tendré errores de principiante. Pero me rodeé bien, estuve muy ávido por aprender y sin complejos para admitir lo que no sabía. Consulté a muchos desde la etapa de escritura: a Lucrecia Martel, Peto Menahem, Juan Taratuto... También me ayudaron mucho mis alumnos más avanzados del taller de guión. Cuando trabajé en "Historias mínimas", aprendí de Carlos Sorín que el cine tiene su idioma, como la música; su lenguaje de imágenes. Ahora hice una película de actores, con mucho diálogo. Laburé seis años en el guión y tuve seis semanas para filmarla. No tenía voluntad de improvisar. Me daban miedo las ocurrencias. Creo que no hay fórmulas".
La gran pregunta que muchos se hacen es si "Juntos para siempre" repetirá el éxito que tuvieron las cintas de Solarz como escritor, y el público la apreciará como hizo con "Quién dice que es fácil", "Un novio para mi mujer" o "El frasco", y para su autor la respuesta es afirmativa: "Habría que definir qué es éxito. Con mi película, me cagué de risa y me cagué llorando. Tiene una historia, una estructura emocional. Si logro plasmar todo eso, para mí va a ser un éxito. En cuanto a lo comercial, no depende de uno. Hay películas que escribí, lo digo con cariño hacia todas, que no me gustaron, a pesar de que tuvieron mucho éxito comercial. El concepto de éxito, en general, es discutible".
Filmada en Buenos Aires, Campo de Mayo y La Plata, la opera prima de Pablo Solarz estará lista para su lanzamiento en abril o mayo del año entrante.
Gross (Menahem), el protagonista de "Juntos para siempre", es como Solarz un guionista, que se inventa historias para evadirse de la realidad, una realidad que se niega sistematicamente a admitir. "Digamos que intenta desconectarse de una realidad dolorosa. La negación es universal. Cierto nivel de negación es saludable para poder vivir. Pero, cuando se vuelve excesiva, es enfermiza y enfermante. Mi intención fue avanzar con un personaje que niega cualquier cosa que lo detenga de sus objetivos principales. La realidad le exige una inmediata reacción, fundamentalmente en el plano sentimental, y él la saltea sistemáticamente. Así se genera una olla a presión, a la vez cómica: él es como un Mr. Magoo del amor", afirma el guionista y realizador novel en una entrevista con Clarín.
Solarz, que viene del mundo del teatro, estudió cine en Estados Unidos, pero asegura que sobre todo aprendió de ver a sus colegas directores en los rodajes, interpretando en imágenes sus textos. Asume que "Juntos para siempre", cuyo guión trabajó durante seis años, está más dominada por los diálogos que por la acción, pero sentarse en la silla de director no ha representado para él un esfuerzo o un sufrimiento, sino un disfrute del que ha aprendido mucho. "Seguramente tendré errores de principiante. Pero me rodeé bien, estuve muy ávido por aprender y sin complejos para admitir lo que no sabía. Consulté a muchos desde la etapa de escritura: a Lucrecia Martel, Peto Menahem, Juan Taratuto... También me ayudaron mucho mis alumnos más avanzados del taller de guión. Cuando trabajé en "Historias mínimas", aprendí de Carlos Sorín que el cine tiene su idioma, como la música; su lenguaje de imágenes. Ahora hice una película de actores, con mucho diálogo. Laburé seis años en el guión y tuve seis semanas para filmarla. No tenía voluntad de improvisar. Me daban miedo las ocurrencias. Creo que no hay fórmulas".
La gran pregunta que muchos se hacen es si "Juntos para siempre" repetirá el éxito que tuvieron las cintas de Solarz como escritor, y el público la apreciará como hizo con "Quién dice que es fácil", "Un novio para mi mujer" o "El frasco", y para su autor la respuesta es afirmativa: "Habría que definir qué es éxito. Con mi película, me cagué de risa y me cagué llorando. Tiene una historia, una estructura emocional. Si logro plasmar todo eso, para mí va a ser un éxito. En cuanto a lo comercial, no depende de uno. Hay películas que escribí, lo digo con cariño hacia todas, que no me gustaron, a pesar de que tuvieron mucho éxito comercial. El concepto de éxito, en general, es discutible".
Filmada en Buenos Aires, Campo de Mayo y La Plata, la opera prima de Pablo Solarz estará lista para su lanzamiento en abril o mayo del año entrante.