Cine noruego en La Habana

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'O'horten'
'O'horten'
Por Frank Padrón

Del 10 al 17 en la sala Chaplin de la Cinemateca de Cuba la fría Noruega se instala en la pantalla para ofrecer una semana de esa producción que ya ha mostrado empatía con nuestro público (no hace mucho, en la más reciente edición del Festival latinoamericano); de modo que entre Tornatore y este grupo de notables filmes nórdicos, los cinéfilos habaneros se encuentran ante una disyuntiva nada fácil, a pesar de lo cual (y del invierno salvaje que azota en la calle) siguen llenando las salas.   

El integrar a sus peculiaridades regionales el mundo entero, el aplicar a leyendas y sagas de su folclore claves de contemporaneidad y universalidad, el mezclar lo típico y singular con lo general y múltiple son tres factores que pueden definir a la perfección el éxito que tiene el cine noruego más allá de sus fronteras.

"Este boom  -escribe Nina Refseth, directora del Instituto noruego de Cinematografía— se inició en 2001 tras la reorganización del sistema de apoyos por parte del Estado, lo cual ha elevado al cine noruego tanto en calidad como en cantidad. Ello incluye muchos elementos importantes, entre ellos, un equipo estelar de actores más jóvenes, escritores especializados en hacerlo para la pantalla grande, la Escuela Noruega de cine y la producción de un gran número de cortos. El enfoque del gobierno sobre la cultura, la producción de películas y demás medios son una buena base para esto".

Las cintas que integran esta semana son representativas de ese "excelente momento" que vive el cine noruego desde que inició el siglo XXI.

"Aguas turbulentas (Los invisibles)" (2008), que descorrió las cortinas el domingo (sin la anunciada presencia de su director, Erik Poppe, por haber sufrido un accidente, aunque envió un cálido mensaje a los espectadores cubanos) es uno de esos thrillers que lo agarran a uno por el cuello y lo sueltan a la salida sin respiración…el tema de la culpa, el perdón y la expiación en consonancia con el cristianismo pone en solfa a la joven ministra de una iglesia cuando su pequeño en peligro hace tambalear sus bien organizados criterios teológicos, mientras otra familia víctima de la muerte del hijo (sobre todo la inconsolable madre) descubre que el presunto asesino ha entrado en la vida de aquellos; amén del conseguido clima de suspense, el ritmo que sólo trepida cuando es necesario (pues da tiempo a la reflexión) y las superlativas actuaciones, Poppe nos invita a cuestionarnos esos y otros conceptos filosóficos y existenciales, pero lo mejor de estas bien agitadas aguas es el curso que toma la narración: dos líneas continuas que se complementan, como quiera que la segunda es una reiteración de la primera mas con el desarrollo de puntos  diegéticos que sólo se expusieron antes, hasta llegar a ese clímax que da paso al desenlace.

Pero diversos buceos por otros tantos géneros, temas y enfoques podrán ser apreciados en la selección. Por ejemplo, la mirada al pasado, la historia como algo más que telón de fondo preside los títulos "El guía del desfiladero" (1987) y "La rebelión Kautokeino" (2001); la primera, dirigida por Nils  Gaup, se ambienta en siglo XII y está considerada un clásico de ese cine: fue la primera película hablada en lengua sami, ganó el premio noruego Amanda al mejor film del año, y recibió una candidatura para el Oscar al mejor filme extranjero, entre otras distinciones; la segunda, acaecida al norte de Escandinavia durante el siglo XIX, muestra un bien construido relato donde se enfrentan modernización y atraso, en medio de lo cual laten las más enconadas pasiones.

También encontraremos profundos y motivadores estudios sicológicos, que siguen a personalidades raras: un ingeniero de trenes a punto del retiro descubre nuevas aventuras que dan un giro a su vida rutinaria ("O'horten", de Bent Hamer, 2007) o un hombre que, tras una aguda crisis sicológica emprende una removedora expedición al Norte ("Rune Denstad Langlo", del mismo año).

No faltan las películas corales ("Almuerzo frío", de Eva Sørhaug, 2008) donde se entrecruzan las vidas de cinco personajes que conviven en  la misma barriada de Majorstua, Oslo y a los cuales la cámara persigue y revela en sus intimidades y relaciones, o "El arte del pensamiento negativo" (Bård Breien, 2006), confluencia en una apartada casa campestre de un grupo de discapacitados que se enfrentarán con sus angustias y conflictos originados debido a su difícil situación, y permite un sugerente análisis del comportamiento humano en circunstancias límites.

En fin, un grato encuentro con el cine noruego que permitirá una vez más adentrarnos en sus peculiaridades fílmicas, sus poéticas y estéticas desde la convicción de un diálogo desprejuiciado e internacional, que centra en el ser humano y la vida sus mejores coordenadas.