Pavel Giroud, guionista premiado en España: "Faltan narradores con cosas buenas que contar en todo el mundo"
- por © Jon Apaolaza (Málaga)-NOTICINE.com
El cineasta cubano Pavel Giroud acaba de ganar el VII Premio Julio Alejandro de Guión, patrocinado por la Sociedad General de Autores española (SGAE), dotado con 50.000 euros, con un libreto titulado "El acompañante", que está pensando en llevar a la pantalla pronto, esta vez a diferencia de sus anteriores "La edad de la peseta" y "Tres veces dos" por fuera del ICAIC, la productora oficial cubana. Dialogamos con él en exclusiva en el Festival de Málaga, donde ha recibido el galardón y su jugoso respaldo económico.
- ¿Cuál fue el origen de "El acompañante"?
El guión surge a partir de un hecho que se convierte, como casi todos los proyectos, en detonante de una idea que luego se va desarrollando. Estaba con una amiga que leía un periódico y éste decía que Cuba tenía uno de los índices más bajos de propagación del sida, y ella me dijo: "Y a cambio de qué...". Y nos pusimos a hablar de los "Cocos", los sanatorios que instauró el gobierno para ingresar allí obligatoriamente a los seropositivos. De allí sólo podían salir una vez a la semana vigilados por un "acompañante". Cuando oí eso me quedé fascinado por esa figura, porque conocía la historia de los sanatorios y el drama de los enfermos, pero no sabía que existían acompañantes. Entonces me pasé un año investigando el tema y sobre la enfermedad en sí y la vida en los sanatorios. Hice un primer borrador del guión, que era muy panfletario, muy acusador y ajeno a lo que me interesa como cineasta. Pero rapidamente, un amigo, Alejandro Brugués, guionista, director y productor, se interesó en la historia, con su productora independiente, que se llama Quinta Avenida, y luego se sumó el francés Pierre Edelman. Ellos me llevaron a otra visión de la película, a encontrar mis personajes protagónicos, a desarrollarlos... De hecho ellos son coguionistas y parte del premio será para ellos. De esta forma el proyecto tomó otra dimensión. Se convirtió en una película de personajes en un ambiente hostil y dejó de ser panfletaria. Luego obtuve una beca de la Fundación Carolina, en la Casa de América de España, y allí fueron determinantes Vicente Leñero ("El crimen del Padre Amaro") y sobre todo Senel Paz ("Fresa y chocolate"), que se interesó por la historia y trabajamos mucho sobre la relación entre los personajes. Así que aunque haya figurado yo sólo, es un guión en el que ha participado mucha gente.
- ¿"El acompañante" es un trabajador sanitario o agente de la seguridad...?
No sólo en Cuba sino en todo el mundo cuando aparece el sida se crea una gran paranoia. La labor del acompañante la hacían trabajadores de la salud, estudiantes vinculados a las ciencias médicas o gente que iba en busca de ese trabajo porque estaba muy bien pagado, en una época en que empezaba a florecer la crisis económica en Cuba que nos ha azotado por más de 20 años. Era un trabajo con peligro, pero recompensado.
- ¿Que perspectivas tiene el guión de ser realizado?
Por la parte cubana está bastante cuadrada. Va a ser una película independiente. Las dos anteriores fueron producidas por el Instituto del Cine Cubano (ICAIC), pero aunque ellos me ofrecieron toda la colaboración y no vamos a renunciar a tener un vínculo con el ICAIC, sí me interesó mucho la idea de experimentar nuevas maneras de producir, ahora a gran escala. No está cerrada la coproducción internacional porque parte de las normas de este concurso Julio Alejandro es que no hubiera acuerdo cerrado con ninguna empresa, pero ya hay gente interesada y creo que pronto "El acompañante" se convertirá en película.
- ¿Cuál es la situación actual del cine cubano?
Me alegra que me preguntes eso porque me hizo una entrevista recientemente una agencia y en lo que salió publicado se me adjudicaba una visión muy apocalíptica del cine en Cuba. Parece que como está de moda hablar mal de Cuba en los medios de comunicación sólo reprodujeron lo malo que yo veía del cine en mi país y no lo bueno. Lo que a mí me parece positivo es la conciencia que hay entre los que rigen el cine, de que debe de haber un cambio. Lo piensan en el ICAIC y también los cineastas independientes. Todos los que estamos en este mundo somos responsables de la crisis que vive el cine cubano. Me preguntan que por qué yo he culpado al ICAIC de la situación, y la realidad es que yo no culpo a esta institución en exclusiva, porque los responsables somos todos: ellos, los cineastas, los críticos... Lo importante es darse cuenta de cuáles son los problemas para luego elevar el cine cubano a la situación que vivió hace años. Sabes bien que en muchos festivales, incluso de nivel medio y bajo el cine de mi país está desaparecido: Con cuentagotas sale una película cada 3 o 4 años... El ICAIC ha insertado a muchos jóvenes en la industria, pero su capacidad y la metodología para hacer el cine está muy vieja. En la periferia del Instituto se está haciendo mucho cine sin mesura. Se están desperdiciando demasiadas buenas balas. Se hacen películas como sea, sin prepararlas... Hay grandes temas malogrados y nos queda al menos un período de 7-10 años para que todo vuelva al camino. Hay mucho talento en todas las esferas, y existe una conciencia entre los que dirigen el cine de que eso debe cambiar radicalmente, pero en lo que vamos buscando el camino, tal y como está diseñada la estructura económica de Cuba, ahora mismo no estamos bien situados.
- ¿Hay también crisis de ideas?
Creo que faltan narradores con cosas buenas que contar en todo el mundo, incluso en Hollywood o en el cine independiente norteamericano. En Cuba también, pero yo veo en mi país muy buena materia prima, buenos temas que no se han visto en el cine, y que empiezan a aparecer en pequeñas obras, pero mal acabadas y preparadas, pero con buen condimento. Al no haber canales establecidos para que las buenas ideas lleguen a buen puerto aparece la crisis de la que hablábamos. Pero estoy convencido de que van a salir historias, porque Cuba no se parece a ningún otro país, ni en su estructura política, ni en la económica o la social. Y todo eso irremediablemente va a dar cosas nuevas. ¿En donde falla? En que esas cosas lleguen a buen rumbo.
- ¿Tiene alguna otra idea en su cabeza?
Yo tengo, y cualquiera que trabaja en esto... tiene muchas ideas. Guiones tengo varios guardados, y ninguno se parecen entre sí. Normalmente me concentro en una sólo idea. Estoy trabajando sin sentarme aún en un papel, tengo en mente una historia cómica al estilo Gutiérrez Alea, sobre alguien que entra una noche en un hospital con una pequeña herida y acaba muriendo a la mañana siguiente, y estoy trabajando también en una historia más dramática sobre las carreras de coches clandestinas en La Habana. El hijo de un importante funcionario arrolla y mata al hijo de un don nadie, y ahi arranca el conflicto.
- ¿Cuál fue el origen de "El acompañante"?
El guión surge a partir de un hecho que se convierte, como casi todos los proyectos, en detonante de una idea que luego se va desarrollando. Estaba con una amiga que leía un periódico y éste decía que Cuba tenía uno de los índices más bajos de propagación del sida, y ella me dijo: "Y a cambio de qué...". Y nos pusimos a hablar de los "Cocos", los sanatorios que instauró el gobierno para ingresar allí obligatoriamente a los seropositivos. De allí sólo podían salir una vez a la semana vigilados por un "acompañante". Cuando oí eso me quedé fascinado por esa figura, porque conocía la historia de los sanatorios y el drama de los enfermos, pero no sabía que existían acompañantes. Entonces me pasé un año investigando el tema y sobre la enfermedad en sí y la vida en los sanatorios. Hice un primer borrador del guión, que era muy panfletario, muy acusador y ajeno a lo que me interesa como cineasta. Pero rapidamente, un amigo, Alejandro Brugués, guionista, director y productor, se interesó en la historia, con su productora independiente, que se llama Quinta Avenida, y luego se sumó el francés Pierre Edelman. Ellos me llevaron a otra visión de la película, a encontrar mis personajes protagónicos, a desarrollarlos... De hecho ellos son coguionistas y parte del premio será para ellos. De esta forma el proyecto tomó otra dimensión. Se convirtió en una película de personajes en un ambiente hostil y dejó de ser panfletaria. Luego obtuve una beca de la Fundación Carolina, en la Casa de América de España, y allí fueron determinantes Vicente Leñero ("El crimen del Padre Amaro") y sobre todo Senel Paz ("Fresa y chocolate"), que se interesó por la historia y trabajamos mucho sobre la relación entre los personajes. Así que aunque haya figurado yo sólo, es un guión en el que ha participado mucha gente.
- ¿"El acompañante" es un trabajador sanitario o agente de la seguridad...?
No sólo en Cuba sino en todo el mundo cuando aparece el sida se crea una gran paranoia. La labor del acompañante la hacían trabajadores de la salud, estudiantes vinculados a las ciencias médicas o gente que iba en busca de ese trabajo porque estaba muy bien pagado, en una época en que empezaba a florecer la crisis económica en Cuba que nos ha azotado por más de 20 años. Era un trabajo con peligro, pero recompensado.
- ¿Que perspectivas tiene el guión de ser realizado?
Por la parte cubana está bastante cuadrada. Va a ser una película independiente. Las dos anteriores fueron producidas por el Instituto del Cine Cubano (ICAIC), pero aunque ellos me ofrecieron toda la colaboración y no vamos a renunciar a tener un vínculo con el ICAIC, sí me interesó mucho la idea de experimentar nuevas maneras de producir, ahora a gran escala. No está cerrada la coproducción internacional porque parte de las normas de este concurso Julio Alejandro es que no hubiera acuerdo cerrado con ninguna empresa, pero ya hay gente interesada y creo que pronto "El acompañante" se convertirá en película.
- ¿Cuál es la situación actual del cine cubano?
Me alegra que me preguntes eso porque me hizo una entrevista recientemente una agencia y en lo que salió publicado se me adjudicaba una visión muy apocalíptica del cine en Cuba. Parece que como está de moda hablar mal de Cuba en los medios de comunicación sólo reprodujeron lo malo que yo veía del cine en mi país y no lo bueno. Lo que a mí me parece positivo es la conciencia que hay entre los que rigen el cine, de que debe de haber un cambio. Lo piensan en el ICAIC y también los cineastas independientes. Todos los que estamos en este mundo somos responsables de la crisis que vive el cine cubano. Me preguntan que por qué yo he culpado al ICAIC de la situación, y la realidad es que yo no culpo a esta institución en exclusiva, porque los responsables somos todos: ellos, los cineastas, los críticos... Lo importante es darse cuenta de cuáles son los problemas para luego elevar el cine cubano a la situación que vivió hace años. Sabes bien que en muchos festivales, incluso de nivel medio y bajo el cine de mi país está desaparecido: Con cuentagotas sale una película cada 3 o 4 años... El ICAIC ha insertado a muchos jóvenes en la industria, pero su capacidad y la metodología para hacer el cine está muy vieja. En la periferia del Instituto se está haciendo mucho cine sin mesura. Se están desperdiciando demasiadas buenas balas. Se hacen películas como sea, sin prepararlas... Hay grandes temas malogrados y nos queda al menos un período de 7-10 años para que todo vuelva al camino. Hay mucho talento en todas las esferas, y existe una conciencia entre los que dirigen el cine de que eso debe cambiar radicalmente, pero en lo que vamos buscando el camino, tal y como está diseñada la estructura económica de Cuba, ahora mismo no estamos bien situados.
- ¿Hay también crisis de ideas?
Creo que faltan narradores con cosas buenas que contar en todo el mundo, incluso en Hollywood o en el cine independiente norteamericano. En Cuba también, pero yo veo en mi país muy buena materia prima, buenos temas que no se han visto en el cine, y que empiezan a aparecer en pequeñas obras, pero mal acabadas y preparadas, pero con buen condimento. Al no haber canales establecidos para que las buenas ideas lleguen a buen puerto aparece la crisis de la que hablábamos. Pero estoy convencido de que van a salir historias, porque Cuba no se parece a ningún otro país, ni en su estructura política, ni en la económica o la social. Y todo eso irremediablemente va a dar cosas nuevas. ¿En donde falla? En que esas cosas lleguen a buen rumbo.
- ¿Tiene alguna otra idea en su cabeza?
Yo tengo, y cualquiera que trabaja en esto... tiene muchas ideas. Guiones tengo varios guardados, y ninguno se parecen entre sí. Normalmente me concentro en una sólo idea. Estoy trabajando sin sentarme aún en un papel, tengo en mente una historia cómica al estilo Gutiérrez Alea, sobre alguien que entra una noche en un hospital con una pequeña herida y acaba muriendo a la mañana siguiente, y estoy trabajando también en una historia más dramática sobre las carreras de coches clandestinas en La Habana. El hijo de un importante funcionario arrolla y mata al hijo de un don nadie, y ahi arranca el conflicto.