Diego Luna se enfrenta al público con su opera prima, el drama familiar "Abel"
- por © L.C./Correcámara-NOTICINE.com
El actor, director y productor Diego Luna, que este viernes 28 estrena su opera prima en el largo de ficción, "Abel", considera que los realizadores se deben involucrar más en el proceso de distribución y exhibición de sus films "porque una película se acaba cuando el público la ve; sí debe ser nuestra preocupación, lo más peligroso y creo que es lo que está pasando es que los que hacemos cine nos dedicamos a hacer películas y entregarlas; tienen que cambiar muchas cosas, entre ellas nosotros y las reglas del juego de un mercado feroz en el que todo está diseñado para que te vaya mal".
Por esta razón, el nuevo cineasta al presentar su cinta mostrada con éxito en festivales como Sundance y Cannes. dijo que la estrategia seguida por la distribuidora Videocine para el lanzamiento de "Abel", su segundo trabajo como director (el primero fue un documental), con poco más de 60 copias, es la adecuada pues "creemos que nos puede ir bien por ese camino, no hay que desbocarse y querer salir en todos lados porque el trancazo puede ser más fuerte", señaló en alusión a las cintas mexicanas que se estrenan en un número mayor de salas y son retiradas de las mismas a la semana de su lanzamiento.
De esta manera, la cinta que tuvo un costo de 30 millones de pesos (2.2 millones de dólares aproximadamente), llegará primero a los cines de la Ciudad de México, Estado de México, Aguascalientes, Guadalajara y Cuernavaca para después recorrer el resto del país, según lo afirmó Luna en la conferencia de prensa de la película protagonizada por José María Yázpik ("Sólo quiero caminar"), Karina Gidi ("Depositarios") y los niños Christopher y Gerardo Ruiz Esparza.
Asimismo, el "charolastra" dijo que, pese a ser "muy afortunado" porque su ópera prima de ficción fue exhibida en los festivales de Sundance y Cannes, no volvería a trabajar sobre un objetivo o fecha límite "que se vuelve tu peor enemigo", como sucedió con "Abel", "porque lo único que te debe importar es que estés contento con tu película y luego verás en donde puede vivir".
Diego Luna señaló que su paso de la actuación a la dirección "fue muy natural" aunque subrayó que por respeto al trabajo de los cineastas, "sólo lo tienes que hacer cuando estás listo, preparado y sabes qué vas a contar", por lo que mencionó que no sabe cuando volverá a incursionar en la realización: "no sé si soy un director de oficio, lo que sentí cuando hice este trabajo fue que tenía que repetirlo pero va a pasar un tiempo antes de que eso suceda", agregó.
Luna expresó que "Abel" es un homenaje a los hogares que son llevados por un solo jefe de familia: "la reflexión que queremos generar en el público es la de la responsabilidad que significa ser padres y el impacto que sus acciones tienen sobre los niños. Culturalmente está muy asimilado que las madres llevan las casas y muchos padres se pierden parte de la vida de sus hijos por necesidad pero muchos otros por estupidez".
En este sentido, relató que cuando le enseñó un corte de la película al director Luis Mandoki ("Fraude: México 2006"), éste le dijo: "lo único que puedo pensar ahorita es como todo lo que he hecho define quienes son ahora mis hijos, lo bueno y lo malo, es una mezcla de alegrías y culpas".
El protagonista de "Rudo y Cursi" y "Sólo quiero caminar" detalló que algunas de sus vivencias como niño actor forman parte del espíritu de la historia que dio vida a "Abel": "a los seis años yo ensayaba en el teatro y mis amigos eran más los actores que la gente de la escuela, había una necesidad de pertenecer al mundo adulto, yo me sentía así".
Sobre el trabajo en el set con los niños que participan en "Abel", el director indicó: "Intenté hacer un lugar perfecto que a mi no me tocó visitar como actor, un universo creado para ellos; los actores adultos tuvieron que replantearse el cómo visitar una escena porque no había chance de ensayar con los niños, un mundo infantil se despertó en los actores adultos".
Y acerca de Christopher Ruiz Esparza, quien da vida a "Abel" y lleva buena parte de la responsabilidad en la trama, Luna Alexander destacó: "Con él nos sacamos la lotería, su trabajo fue muy fino y nada fácil de hacer; fue la apuesta más peligrosa que hicimos porque con él fuimos a ciegas. Me acuerdo que cuando mi papá leyó el guión, me dijo: está increíble pero esa película no se puede hacer, imagínate que niño va a poder hacer todo lo que escribiste".
Finalmente, el productor de Canana Pablo Cruz apuntó que una de las cualidades de la cinta es que combina el humor con el mensaje a los padres.
"Abel" es un niño que está internado en un hospital de Aguascalientes a causa de algunos desórdenes psicológicos. Para impedir que sea trasladado a un nosocomio en la lejana capital del país "Cecilia", su madre, convence al doctor que el niño vuelva a casa con la esperanza de que mejore su estado en un ambiente más amable, lo que efectivamente sucede cuando el niño toma las riendas del hogar. Sin embargo, la nueva "armonía" familiar se ve alterada por la llegada de un hombre a la casa.
Por esta razón, el nuevo cineasta al presentar su cinta mostrada con éxito en festivales como Sundance y Cannes. dijo que la estrategia seguida por la distribuidora Videocine para el lanzamiento de "Abel", su segundo trabajo como director (el primero fue un documental), con poco más de 60 copias, es la adecuada pues "creemos que nos puede ir bien por ese camino, no hay que desbocarse y querer salir en todos lados porque el trancazo puede ser más fuerte", señaló en alusión a las cintas mexicanas que se estrenan en un número mayor de salas y son retiradas de las mismas a la semana de su lanzamiento.
De esta manera, la cinta que tuvo un costo de 30 millones de pesos (2.2 millones de dólares aproximadamente), llegará primero a los cines de la Ciudad de México, Estado de México, Aguascalientes, Guadalajara y Cuernavaca para después recorrer el resto del país, según lo afirmó Luna en la conferencia de prensa de la película protagonizada por José María Yázpik ("Sólo quiero caminar"), Karina Gidi ("Depositarios") y los niños Christopher y Gerardo Ruiz Esparza.
Asimismo, el "charolastra" dijo que, pese a ser "muy afortunado" porque su ópera prima de ficción fue exhibida en los festivales de Sundance y Cannes, no volvería a trabajar sobre un objetivo o fecha límite "que se vuelve tu peor enemigo", como sucedió con "Abel", "porque lo único que te debe importar es que estés contento con tu película y luego verás en donde puede vivir".
Diego Luna señaló que su paso de la actuación a la dirección "fue muy natural" aunque subrayó que por respeto al trabajo de los cineastas, "sólo lo tienes que hacer cuando estás listo, preparado y sabes qué vas a contar", por lo que mencionó que no sabe cuando volverá a incursionar en la realización: "no sé si soy un director de oficio, lo que sentí cuando hice este trabajo fue que tenía que repetirlo pero va a pasar un tiempo antes de que eso suceda", agregó.
Luna expresó que "Abel" es un homenaje a los hogares que son llevados por un solo jefe de familia: "la reflexión que queremos generar en el público es la de la responsabilidad que significa ser padres y el impacto que sus acciones tienen sobre los niños. Culturalmente está muy asimilado que las madres llevan las casas y muchos padres se pierden parte de la vida de sus hijos por necesidad pero muchos otros por estupidez".
En este sentido, relató que cuando le enseñó un corte de la película al director Luis Mandoki ("Fraude: México 2006"), éste le dijo: "lo único que puedo pensar ahorita es como todo lo que he hecho define quienes son ahora mis hijos, lo bueno y lo malo, es una mezcla de alegrías y culpas".
El protagonista de "Rudo y Cursi" y "Sólo quiero caminar" detalló que algunas de sus vivencias como niño actor forman parte del espíritu de la historia que dio vida a "Abel": "a los seis años yo ensayaba en el teatro y mis amigos eran más los actores que la gente de la escuela, había una necesidad de pertenecer al mundo adulto, yo me sentía así".
Sobre el trabajo en el set con los niños que participan en "Abel", el director indicó: "Intenté hacer un lugar perfecto que a mi no me tocó visitar como actor, un universo creado para ellos; los actores adultos tuvieron que replantearse el cómo visitar una escena porque no había chance de ensayar con los niños, un mundo infantil se despertó en los actores adultos".
Y acerca de Christopher Ruiz Esparza, quien da vida a "Abel" y lleva buena parte de la responsabilidad en la trama, Luna Alexander destacó: "Con él nos sacamos la lotería, su trabajo fue muy fino y nada fácil de hacer; fue la apuesta más peligrosa que hicimos porque con él fuimos a ciegas. Me acuerdo que cuando mi papá leyó el guión, me dijo: está increíble pero esa película no se puede hacer, imagínate que niño va a poder hacer todo lo que escribiste".
Finalmente, el productor de Canana Pablo Cruz apuntó que una de las cualidades de la cinta es que combina el humor con el mensaje a los padres.
"Abel" es un niño que está internado en un hospital de Aguascalientes a causa de algunos desórdenes psicológicos. Para impedir que sea trasladado a un nosocomio en la lejana capital del país "Cecilia", su madre, convence al doctor que el niño vuelva a casa con la esperanza de que mejore su estado en un ambiente más amable, lo que efectivamente sucede cuando el niño toma las riendas del hogar. Sin embargo, la nueva "armonía" familiar se ve alterada por la llegada de un hombre a la casa.