Emocionado adiós de sus compañeros a Pedro Armendáriz Jr.

por © Redacción (México)-NOTICINE.com
Pedro Armendariz III besa las cenizas de su padre (AP)
Un nutrido grupo de figuras del mundo del cine, la cultura y el espectáculo mexicano se dieron cita este lunes para recordar, ovacionar y despedir a Pedro Armendáriz, en un acto organizado por el Consejo Nacional de Cultura en el Palacio de Bellas Artes capitalino. Ante las cenizas del actor y expresidente de la Academia mexicana de Cinematografía, fallecido el mes pasado en Estados Unidos como consecuencia de un cáncer,  diversos testimonios ensalzaron su figura y testimoniaron el cariño de sus compañeros.

Silvia Pinal, María Rojo, Ignacio López Tarso, Héctor Bonilla, Arcelia Ramírez, Carmen Salinas, Damián Alcázar, Bruno Bichir, Cecilia Suárez, Alberto Estrella, Enrique Rocha, Ofelia Medina, el escritor Carlos Fuentes, Adriana Roel, Jesús Ochoa, Felipe Cazals, y Ana Martín fueron algunos de los asistentes a esta gala de homenaje, que abrió Consuelo Sáizar, presidenta del CONACULTA, quien leyó un texto del citado Fuentes: "Hay una zona ambigua, distinto amanecer en que padre e hijo, Pedro y Pedro se miran cara a cara, es una zona urbana, un frontón quizá, un cabaret, o una calle solitaria del Distrito Federal, en la que dos hombres, los dos Armendáriz, Pedro y Pedro caminan el uno al encuentro del otro convirtiendo la ausencia en presencia, reuniendo todos los tiempos de México en el Siglo XX que inaugura un Pedro y cierra el otro".

De parte de la familia habló su hijo, Pedro Armendáriz III, quien a diferencia de su padre y su abuelo homónimos no se ha dedicado a la actuación. "Mi padre era, antes que nada, un gran amigo, le gustaba dar consejos por aquí o por allá, aunque no te conociera, siempre tenía una opinión para cómo resolver tus problemas. Era un gran actor, porque del set nunca se iba, todo el día él estaba en personaje, dormía siendo actor", dijo entre otras cosas el hijo del fallecido.

El realizador y amigo personal Luis Estrada, con quien hizo "La ley de Herodes", destacó por un lado su profesionalidad y su faceta humana. "Arquitecto de profesión, pasión que ejerció hasta el último de sus días, amante de la música y la cultura, y también playboy ocasional, Pedro fue siempre un hombre de cine. Nació, creció y vivió para el cine, a pesar de la huella imborrable que dejó en otras áreas de la actuación, como el teatro, la comedia musical y la televisión. Fue mi socio, mi compañero de mil batallas, mi actor predilecto, mi cómplice no sólo en las películas, sino en la vida real, mi consejero, mi maestro y por último, lo digo sin exagerar... casi, casi, como un padre adoptivo", dijo el cineasta, para añadir una cariñosa nota crítica: "No fue un santo, sino un cabrón cuya necedad lo caracterizaba".

También lo describió entre anécdotas otro director mexicano, Felipe Cazals: "Pedro te ofrecía una amistad generosa, seguida de comilona y carcajadas. Tuvo decenas, cientos y miles de amigos, fue poseedor de una gran simpatía, sabía cómo estrechar una mano extendida, y de qué modo corresponder a un abrazo, ofrecer antes de aceptar el beso de un hermano y escuchar con una mirada comprensiva", y terminó pidiendo un aplauso, que fue largo y sentido, para el astro fallecido prematuramente.

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