Reportaje: "Katmandú, un espejo en el cielo", viaje solidario

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'Katmandú, un espejo en el cielo'



Por Eduardo Larrocha

"Katmandú, un espejo en el cielo", está construida muy a favor del personaje central; una mujer, Laia, que deja atrás su vida en España para encontrarse consigo misma en la capital nepalí. Allí descubre su vocación de maestra en un mundo que no comprende del todo y al que llega con unas ideas preconcebidas. Su proceso personal la llevará a reconstruirse a sí misma, adaptándose  al nuevo escenario. En algún salto atrás de Katmandú a Barcelona conocemos el pasado de Laia en una familia humilde con padre alcohólico y a ella, extraña, como alumna, en un colegio de monjas.  

Laia es Verónica Echegui, quien desde "Yo soy la Juani", de Bigas Luna, ha desarrollado una carrera con estaciones en España y en el cine británico que la llevan ahora a cumplir dos sueños, trabajar con Iciar Bollaín y ejercer de maestra en Nepal. Candidata al Goya de actriz protagonista Verónica Echegui confiesa que quería jugar a ser "profe" todo lo que pudiera. "La verdad es que si tuviera otra vida me encantaría ser maestra. Los primeros niños que tuvimos eran tibetanos, luego hubo otros nepalíes. Tenía muchas ganas de verles, de conocerles, de estar con ellos. Iba muchas veces a verles a las chabolas donde vivían. Según iba pasando el rodaje estaba cada vez más agotada, llegué a estar enferma y perdí mucha energía. Seguía yendo a las chabolas, pero no igual que al principio que quería comérmelo todo. Aprovechaba el tiempo de rodaje para hacer relación con los niños, jugar. Lo disfruté muchísimo", recuerda la actriz.

Icíar Bollaín interrumpe a Verónica Echegui en la presentación de su sexta película: "Los niños en Nepal son más obedientes de lo que aparecen en la película. Me lo dijo Sumi (la actriz nepalí que ha venido también a presentar "Katmandú, un espejo en el cielo") y yo le respondí, sí pero yo les he dado indicaciones de que no lo sean". Y sigue la directora hablando de lo que ha aprendido en esta nueva experiencia nepalí, adonde viajó después de dejar atrás la Bolivia de "También la lluvia". "Allí -comenta Iciar - puedes constatar el valor de la educación. Estos niños que aparecen en la película no tienen muchas opciones para salir de su situación de pobreza. En Nepal la formación estatal es muy pobre, no hay una escuela de magisterio y te das cuenta de que mientras eso no cambie no va a cambiar el país. Le ves la cara a la pobreza, a lo que supone no tener una educación y no poder salir de la pobreza . Vuelves valorando lo que tienes y teniendo claro que lo que hay que hacer es defender la educación pública que tenemos".

Esta producción española por la que Iciar Bollaín aspira al Goya al mejor guión adaptado, indaga en la contradicción un poco misionera de llegar a otro mundo  con los valores de tu cultura y pretendes cambiar las cosas a tu manera. Allí no funcionan los mismos esquemas y puedes estropearlo todo. Hay, como siempre en las películas de la directora, compromiso y buena voluntad al contar  esta historia que a veces alcanza un tono excesivamente sentimental.

El personaje central tiene como referencia a una real maestra en Katmandú, que plasmó en forma de libro el relato de su experiencia. Se llama Vicky Subirana. Es una mujer que, según cuenta Iciar Bollaín, "tiene una trayectoria mucho más larga. Su ONG tiene otras actividades, además de la educación. Pensé: "no quiero hacer un biopic, ni hacer su historia concreta, sino inspirarme en esos primeros tiempos y crear un personaje nuevo que es Laia, que es algo más joven y más naïf de lo que era Vicky cuando fue para Nepal. Las cosas que le pasan a Laia a veces coinciden con el libro y otras en absoluto. Esto me ha dado libertad. Yo le dije a Verónica, vamos a crear a Laia, olvídate de Vicky. Sí creo que la historia es fiel al espíritu. La curiosidad, lo que encontró al llegar y ese proceso de búsqueda y los choques culturales que tuvo. Vicky ha venido al rodaje y ha seguido el proceso. Ha estado cerca, pero no ha tomado decisiones”.

La directora de "Katmandú, un espejo en el cielo" tiene un deseo: "Que la película haga pasar al espectador un rato en otro lugar. Si además  le lleva a reflexionar y le  sirve para debatir me parece estupendo". Ya veremos cómo responde la taquilla, siempre tan esquiva para el cine español. Dentro de quince días también sabremos si se ha llevado algún Goya de los dos a los que aspira. Y aunque haya versión doblada con mucha conciencia por la directora, también compartimos con ella la recomendación de verla en la versión original en inglés, español y nepalí.

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