Entrevista con Daniel Burman: "Poder vivir de lo que uno soñó es un lujo"

por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Daniel Burman (DiarioUno)
El realizador argentino Daniel Burman acaba de estrenar en su país "La suerte en tus manos" (2012), comedia dramática coproducida por España que marca el debut actoral del cantautor uruguayo Jorge Drexler junto a Valeria Bertuccelli. El film que estará en competencia en los festivales de Málaga y Tribeca fue presentado en la 8 Edición Pantalla Pinamar. Juan Pablo Russo dialogó con el guionista (que aqui escribe con Sergio Dubcovsky) y realizador sobre el film y algunos otros temas como la piratería y su relación con el éxito.

- ¿Cómo definiría "La suerte en tus manos"?

La película transita un poco con lo que pasa cuando uno vuelve a empezar a cierta edad cercana a los 40. Cuando uno tiene todo el tiempo para construir de vuelta todo lo que hizo y fracasó. Es un momento muy particular porque algunos se animan y otros no por el miedo al fracaso. Lo que la película plantea es que no es una alternativa intentarlo de vuelta o no. Es una obligación.

- ¿Cómo fue trabajar con Jorge Drexler, considerando que no es actor?

En el momento en que lo llamé no me parecía una decisión osada. Me parecía lo más natural del mundo. Cuando terminé el proceso recién me di cuenta del riesgo, que no fue tal. A Drexler lo conocí cuando hice "El nido vacío", había puesto una canción suya en el montaje de la película y él fue tan generoso que no sólo me cedió los derechos de la canción sino que se ofreció hacer un tema para el final de la película. Algo que no es muy común sobre todo de alguien que venía de ganar un Oscar. A partir de esa situación empezamos una amistad. Fui a verlo a algunos recitales y me llamó la atención un don que tenía cuando hablaba con el público. Tenía un registro muy cinematográfico, manejaba un tono muy intimista, con una espontaneidad que generaba una empatía con el uso del lenguaje del músico. Después vi un documental que hicieron sobre él donde tenía cuatro cámaras encima y me di cuenta que las cámaras no le molestaban. Cuando empecé a escribir la película necesitaba lo que las mujeres llaman "un tipo", alguien que no está depilado y lleno de músculos sino alguien que tenga preocupaciones en la cabeza, que va hacia adelante, que a veces sabe qué hacer y otras no. Este tipo me pareció que era Jorge Drexler. Me pareció de lo más natural que él lo haga y trabajando con él me di cuenta que es una persona con un manejo del lenguaje y del tiempo extraordinario.

- Pasando a su carrera, ¿cuál fue la película en la que se sintió realizado como cineasta?

Con "El abrazo partido" fue la primera vez que terminé de ver la película y sentí que quería ser director de cine para hacer algo así. Que no es lo mismo que sentir que maravilla que hice o cambié el mundo. A partir de ese momento sentí que había un universo en el cual estaba  cómodo y también eso me hizo ganar confianza para seguir trabajando. Lo que sí nunca me metí en un universo forzado, en algo que no hubiera querido contar.

- ¿Hay un antes y un después de "El abrazo partido"?
Fue un punto de inflexión porque casi empiezo hacer cosas que no tenía ganas de hacer. Supuestamente es a donde me llevaba esa cosa que llaman éxito. Me acuerdo que después de recibir el premio en Berlín tenía la oportunidad de hacer una producción bastante grande europea, que era muy tentadora en lo económico y como desafío. Me fui a tomar algo con Daniel Hendler y me di cuenta que lo que yo quería era poder elegir qué contar y donde. No ser manejado por ese destino de otro.

- El año pasado comenzó una cruzada contra la piratería. A la distancia, ¿cómo ve el tema?
Para mí el problema nunca fue el espectador, alguien que quiere ver algo y no puede de otra manera. El  problema nunca fue el usuario. El problema es el "piola" que agarra algo que es de otro y lo convierte en algo propio. Hay un bien que tiene valor y que tiene derecho de autor al que otros se lo apropian y se transfiere el beneficio de un sector a otro. Ese beneficio es de quienes producen un bien cultural, otro se lo apropia y va a otra empresa. Si pasará con cualquier otra cosa sería un delito sin discusión. El tema es el lucro. Si se reúnen cien tipos a ver una película mía yo los aplaudo. El problema son las empresas que ganan con el bien de otro. Es un tema muy complejo. Yo no estoy de acuerdo con la Ley SOPA, la prohibición indiscriminada o el cierre de los sitios no es la solución. Hay que entender que alguien se está beneficiando con algo que es de otro. ¿Cómo hacemos?

- ¿Cómo se lleva con el éxito?
El éxito y el fracaso es siempre un problema de otro. Es un problema ajeno a uno. Es una cuestión perceptiva a la que no hay que darle demasiada pelota. Hoy el éxito está totalmente desvirtuado. Antes Miguel Ángel tenía éxito. Hay palabras como artista, arte, éxito que han perdido el sentido y que hoy no tienen un significado. Lo que llaman éxito, si es que existe, tiene que ver con tus afectos, tus ideas personales y no con lo que sale en los diarios y la radio.

- ¿Cuál es su sueño?

Mi sueño es que todo siga igual. Poder hacer lo que me gusta. Todos sabemos que es muy difícil vivir de lo que nos gusta. Poder vivir de lo que uno soñó es un lujo. No hay nada más allá de eso.

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