María Valverde habla sobre su estreno "Madrid 1987"

por © Alfa Pictures-NOTICINE.com
Valverde, junto a David Trueba
Considerada una de las actrices españolas más dotadas de su generación, María Valverde (1987) hace rato que dejó de ser promesa para convertirse en cabeza de cartel, tras éxitos como "Tres metros sobre el cielo", junto a Mario Casas. Una década después de que fuera seleccionada entre 3000 adolescentes para protagonizar "La flaqueza del bolchevique", la encontramos de nuevo confrontada a un hombre maduro (Pepe Sacristán) en "Madrid 1987", la cinta de David Trueba que se estrena este viernes en los cines españoles.

- ¿Cómo llegó a la película? ¿Qué le interesó del proyecto y de su personaje en particular?

El guión me llegó a través del propio David.  Era un guión muy condensado, lleno de diálogos, de época y muy, muy especial.  Llena de curiosidad, no dudé en leérmelo. Desde el primer momento me atrapó.  Mientras viajaba a través de la conversación de estos personajes, iba deseando verla en pantalla. Sentí tantas emociones leyéndolo que quería hacer esa película, lo tenía claro.  Lo sentía en la tripa. Y mi tripa siempre lleva razón. David me enamoró de "Madrid, 1987".  Y se convirtió en un gran reto al que me quería enfrentar. Me daba miedo, mucho miedo y eso me gustaba y me asustaba a la vez.  

- ¿Cómo encaró un rodaje tan particular, donde la desnudez era absoluta tanto interior como exteriormente?

Era un reto en todos los sentidos. Y David era la pieza más importante. Él lo tenía todo en su cabeza, pero lo importante era ponerse manos a la obra. Todo tiene sentido en la película. Los desnudos están justificados por la historia. Y estoy a favor de ellos cuando hay un porqué si es importante y razonable. Me daba vértigo, si. Eso no lo dudo. De hecho, unos días antes de empezar el rodaje estuve a punto de bajarme del barco. Me daba miedo exponerme tanto, pero mi gente me apoyó recordándome la ilusión que sentí al leer el guión.

- ¿Se sintió nerviosa o incómodo al actuar tanto tiempo sin ropa?
No era fácil tener que estar desnuda mientras tenías que hablar y estar escuchando. Muchas veces no sabía donde meterme. Pero el equipo fue íntimo, cuidadoso, muy implicado y gracias al ambiente relajado y lleno de bromas en el set me sentí cómoda y me olvidaba de que estaba desnuda.

- Usted nació precisamente en Madrid y en 1987 ¿Ha aprendido algo gracias a esta película sobre esa época?
Un montón de cosas. Tengo la oportunidad en cada película o trabajo que hago de conocer cosas que desconocía.

- ¿Cuál cree que será la reacción de un público de su generación, que no conoció el franquismo ni la Transición?

No sé cual será la reacción del público. Y menos el público de mi generación. Sólo deseo que la disfruten.

- ¿Cómo fue trabajar junto a José Sacristán, un actor que roza las doscientas películas, que solo su experiencia en la profesión dobla en años su edad?
Fue maravilloso trabajar con él.  La primera vez que su voz sonó en el decorado, me quedé paralizada, era impresionante. Pese a su experiencia, es un gran ejemplo de la sencillez y eso me apasiona. Todo era fácil, todo era a favor.  Me sentía muy cómoda y tuve la suerte de aprender todos los días a su lado. Un lujo.

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