Hablamos con Martín Salinas, ganador del premio al mejor guión en Huelva con "Ni un hombre más"

por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
Martín Salinas
Guionista en películas como "Gaby, una historia verdadera", "Hasta la victoria siempre", "Un embrujo" o "Nicotina", el argentino Martín Salinas, que ha desarrollado su carrera entre su país natal y México, ha debutado por primera vez en plena madurez como director, labor que espera poder prolongar a partir de ahora. Sin duda puede ayudarle el premio al mejor guión que su opera prima ha merecido en el recién clausurado Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. En esta entrevista exclusiva con el cineasta argentino, Salinas sostiene la relación entre su comedia negra, y las que tiene en cartera, con la literatura picaresca española del Siglo de Oro, una forma de reírse de lo trágico y de la necesidad.

- ¿Qué es "Un hombre más", que iba a llamarse antes "Guiso de iguana"...?
La película es una comedia negra en donde todo gira alrededor del centro de la historia, que es un rescate de 100 000 dólares por una pequeña venganza familiar de alguien que estafó a toda su familia, un tío, y mucho tiempo después, la protagonista, que es Valeria Bertuccelli decide secuestrar al tío para recuperar lo que se robó de sus familiares. El detalle es que él tiene un problema cardíaco y se muere en la cajuela del coche. Esto es un disparador. La película arranca con la constatación precisamente de que todo ha salido mal. Todos ponen en el dinero la posibilidad de resolver problemas y cumplir anhelos, lo que les complica bastante la vida. Hay una serie de enredos en cada personaje por quedarse con su parte del botín. Toda la acción se concentra en la selva misionera, cerca de la Triple Frontera. La situación se complica cada vez más y la película acaba de una manera muy cómica.

- ¿Qué pretendía con ella?

Básicamente es una película que apunta a cautivar desde un lugar que a mi me parece necesario para nuestro público iberoamericano y todos los públicos, que compita con producciones de fuera que atraen a la gente por la comedia, y es para mí como un objetivo de la cinematografía, tener la posibilidad de ocupar espacios con historias que tengan que ver con nuestra cultura, con nuestra región, nuestra tradición... He vivido 13 años en México y tuve una experiencia ya de comedia negra con "Nicotina", que escribí para Diego Luna, y que resultó como un vector, un norte, seguir explorando historias que tengan Latinoamerica como contexto y nuestra tradición con la comedia negra que nace de la picaresca española: "Lazarillo de Tormes", "El buscón"... Los pícaros son gente que está tratando de sobrevivir y entra en una zona en la que lo trágico y lo ridículo se tocan, y el humor iberoamericano funciona bien con todos los públicos. La búsqueda es esa, desde nuestra cultura tratar de salir a competir con los "tanques", los que ocupan las salas de todo el mundo. Toda la cinematografía Latinoamérica debería sostenerse con la ayuda del público aparte del apoyo de los estados. Que el público la pase bien y pueda identificarse.

- Su película ya se estrenó hace poco en su país ¿Cree haber logrado ese objetivo de atraer al público?

Acaba de estrenarse en la Argentina y como siempre está compitiendo con películas de mucha envergadura en términos de distribución, peleando. Estamos en medio de la batalla a ver cómo nos va. Tuvimos una buena reacción de la crítica y el público está respondiendo. Creo que avanzamos decorosamente, aunque no podemos predecir el resultado final. La gente se ríe mucho y el boca a oído está funcionando muy bien. Recibo permanentemente opiniones favorables, he ido a varias sesiones en Buenos Aires o ahora en Huelva. La gratificación más grande es para mí ver cómo la gente ríe y disfruta, y si entra un poco deprimido a verla sale con otro estado de animo y la recomienda.

- Usted ganó el premio al guión en Huelva. No es muy habitual ver películas de este género en los festivales...

Es cierto que la comedia no tiene así buena prensa en los festivales, o no tiene tanto éxito como los dramas en estos eventos. En el caso de esta película, hay un plus, a mi modo de ver y según mi intención: No es sólo un comedia de enredos, hay otra mirada, un contexto latinoamericano y es buenísimo que un festival como éste le de un espacio a una película que no es sólo cine social, entendido como el que toca realidades o tópicos mucho más arduos. Es como salvando los millones de kms. de distancia si la picaresca española no pudiera tener un lugar en la historia de la Literatura. No me quiero comparar con eso, pero creo que hay que buscar por ese lado también, a qué tanto llego a acercarme a mi intención de contar Iberoamérica desde otro lugar no tan obvio en términos sociales, pero sí finalmente en términos de que somos una cultura que se ha desarrollado sobreviviendo y buscándole la vuelta por las condiciones que nos han tocado en la historia. He sido guionista y es la primera vez que dirijo una película. La posibilidad de que una primera obra se conozco la da un festival como este. En ese sentido lo agradezco muchísimo. Este es el primero en el que participa y es buenísimo haber sido premiado.

- He oído a algunos cineastas argentinos comentar que es muy difícil triunfar en su país si no se tiene a Ricardo Darín o Adrián Suar en cabeza de cartel...

Creo que hay algunas pruebas de que sí pueden funcionar películas con elencos que no sean necesariamente con ellos, como fue el caso de "El hombre de al lado", que era también era una comedia negra, y el público la arropó. Obviamente no fue el millón y medio de las películas de Adrián Suar, pero si la cantidad suficiente de espectadores para sostener una película de esa calidad, así que hay que confiar en ese público y saber que es otra escala. También son películas que se hacen con otros presupuestos. La mía se hizo gracias al premio de opera prima del instituto (INCAA) y con mucho esfuerzo de aportes de todo el mundo, empezando por los actores, y socios que se sumaron cuando vieron que el proyecto funcionaba. En la medida que tengamos un público razonable y con el apoyo a la recuperación del INCAA, que es lo que nos permite sobrevivir.

- ¿Resulta tan difícil el trasvase de actores, directores e historias entre diferentes países iberoamericanos?
Me formé como guionista en México siendo argentino. Me integré mucho, la verdad, y escribir en clave mexicana, haber hecho cine y televisión allá, trabajar con Carlos Carrera... Esta película la escribí originalmente pensando en la frontera entre Tamaulipas y Texas, en Estados Unidos, pero ese estado se complicó mucho con el tema de la lucha del narco, y yo ya estaba viviendo de nuevo en Buenos Aires, así que la trasladé a la Triple Frontera y en realidad son muy parecidas, a pesar de que la gente que leyó ambas versiones las consideraba una muy mexicana y otra muy propia de la Triple Frontera. La historia se sostiene en cualquiera de las dos fronteras porque tenemos patrones culturales muy comunes. Buenos Aires es tan diferente al resto de la Argentina que ubicar una historia a más de 300 kms. de la capital ya es Latinoamérica.

- ¿Tiene nuevos proyectos?
Estoy con otras dos comedias negras, una de las cuales ya había escrito antes con intención de que fuera mi primera realización. Una de esas historias tiene que ver con la crisis mundial generada por la caída del banco Lehman Brothers, con latinoamericanos en distintos lugares alrededor de esto, y que cuenta algo que creo que puede tratarse desde la comedia, porque si no tendría que hacerse como tragedia. Se iba a producir con tres directores y estuvo a punto de armarse este proyecto, pero nos agarro fuerte la crisis, aunque yo la había escrito cuando empezaba, y es probable que ahora me anime yo a dirigirlo sólo, en lugar de tres directores con tres historias en diferentes lugares. Estoy redireccionando la artillería para ver si la puedo hacer yo en una escala posible.

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