Daniel Calparsoro escribe sobre "Invasor"
- por © BuenaVista-NOTICINE.com
Por Daniel Calparsoro *
Cuando el guion (de Javier Gullón y Jorge Arenillas) cayó en mis manos, enseguida vi el potencial de "Invasor"; un thriller político con altas dosis de acción, aventura y tensión, que encierra además un viaje al interior del alma humana y sus contradicciones. Una historia bien anclada, con fuertes dosis de contenido y emoción, estructurada como una súper entretenida película de género.
Los personajes son auténticos, reales y únicos. Alejados de tópicos, se mueven por impulsos cargados de realidad. Personas cercanas al espectador que atraviesan situaciones límite nunca antes soñadas por ellos.
Pablo, un médico militar español embarcado en la Guerra de Irak, se ve empujado por las circunstancias a matar a dos civiles iraquíes en el transcurso de una misión. A su regreso a España, no podrá soportar el peso de su crimen y se verá perseguido por aquellos que quieren silenciar lo acontecido en Irak. Pablo se verá atrapado entre ceder a los "chantajes" para intentar olvidar lo ocurrido y garantizar así la seguridad y estabilidad de su familia, o a seguir lo que le dicta su propia conciencia y enfrentarse a la verdad, sean cuales sean las consecuencias.
Esta dualidad del personaje, se traslada a la pantalla en la combinación de dos universos visuales opuestos que acaban por fundirse en uno solo: el áspero desierto de Irak y los verdes bosques de la Galicia profunda. Combinando los recuerdos de Pablo en Irak bajo el sol abrasador, con la exuberancia del campo gallego o la humedad de los puertos de mar; la pobre granja iraquí donde se cometen los crímenes, con las calles donde Pablo lucha por descubrir la verdad, establecemos un contraste visual que no hace sino potenciar un guion sólidamente construido, donde la incertidumbre sobre lo que ocurrirá se mantiene viva hasta el mismísimo final.
Poco a poco y a medida que la película avanza y la tensión crece con ella, se combinan ambos estilos hasta llegar al tercer acto de la película, donde la cámara en mano del "universo iraquí" y los travellings y las grúas del "universo gallego" se suman e intercambian para fundirse en el "universo de la persecución/escapada". Una vertiginosa y emocionante montaña rusa de impactos visuales que dejará al más avezado espectador clavado en la butaca.
El tono interpretativo es naturalista y real; personas de carne y hueso que viven experiencias extremas para conectar con las emociones del espectador y con el fondo de lo que se está contando.
El resultado se traduce en una película muy entretenida, fácil de seguir, pero con el peso y la profundidad de obras más personales. Se trata de elevar el género, tanto en el aspecto visual como en el contenido. "Invasor" es una película de género sobre la conciencia y la propia naturaleza humana, pero sobre todo se trata de un film absolutamente contemporáneo, donde el ritmo visual y una fotografía estilizada nos harán vibrar en la butaca.
(*): El donostiarra (aunque nacido en Barcelona) Daniel Calparsoro inició su carrera -de la mano de su entonces esposa Najwa Nimri- cuando en la Berlinale de 1995 presentaron "Salto al vacío", una opera prima hasta cierto punto atormentada pero que apuntaba maneras. El cineasta siguió tratando temas conflictivos, relacionados con el País Vasco donde vivía, en los films "Pasajes" y "A ciegas", para dar el salto al exterior con "Asfalto", donde por primera vez cedió espacios de guión a otros escritores, lo que ha sido una constante desde entonces. Lo que pudo ser su asentamiento como director para el gran público, "Guerreros", no obtuvo los resultados previstos. Tal vez por eso, Calparsoro tardó varios años en volver a estrenar una cinta, y ésta fue mucho más modesta en producción "Ausentes". También ha dirigido varias TV-movies, hasta regresar al cine ahora con "Invasor", a la que sigue "Combustión", que acaba de filmar en Portugal.
Cuando el guion (de Javier Gullón y Jorge Arenillas) cayó en mis manos, enseguida vi el potencial de "Invasor"; un thriller político con altas dosis de acción, aventura y tensión, que encierra además un viaje al interior del alma humana y sus contradicciones. Una historia bien anclada, con fuertes dosis de contenido y emoción, estructurada como una súper entretenida película de género.
Los personajes son auténticos, reales y únicos. Alejados de tópicos, se mueven por impulsos cargados de realidad. Personas cercanas al espectador que atraviesan situaciones límite nunca antes soñadas por ellos.
Pablo, un médico militar español embarcado en la Guerra de Irak, se ve empujado por las circunstancias a matar a dos civiles iraquíes en el transcurso de una misión. A su regreso a España, no podrá soportar el peso de su crimen y se verá perseguido por aquellos que quieren silenciar lo acontecido en Irak. Pablo se verá atrapado entre ceder a los "chantajes" para intentar olvidar lo ocurrido y garantizar así la seguridad y estabilidad de su familia, o a seguir lo que le dicta su propia conciencia y enfrentarse a la verdad, sean cuales sean las consecuencias.
Esta dualidad del personaje, se traslada a la pantalla en la combinación de dos universos visuales opuestos que acaban por fundirse en uno solo: el áspero desierto de Irak y los verdes bosques de la Galicia profunda. Combinando los recuerdos de Pablo en Irak bajo el sol abrasador, con la exuberancia del campo gallego o la humedad de los puertos de mar; la pobre granja iraquí donde se cometen los crímenes, con las calles donde Pablo lucha por descubrir la verdad, establecemos un contraste visual que no hace sino potenciar un guion sólidamente construido, donde la incertidumbre sobre lo que ocurrirá se mantiene viva hasta el mismísimo final.
Poco a poco y a medida que la película avanza y la tensión crece con ella, se combinan ambos estilos hasta llegar al tercer acto de la película, donde la cámara en mano del "universo iraquí" y los travellings y las grúas del "universo gallego" se suman e intercambian para fundirse en el "universo de la persecución/escapada". Una vertiginosa y emocionante montaña rusa de impactos visuales que dejará al más avezado espectador clavado en la butaca.
El tono interpretativo es naturalista y real; personas de carne y hueso que viven experiencias extremas para conectar con las emociones del espectador y con el fondo de lo que se está contando.
El resultado se traduce en una película muy entretenida, fácil de seguir, pero con el peso y la profundidad de obras más personales. Se trata de elevar el género, tanto en el aspecto visual como en el contenido. "Invasor" es una película de género sobre la conciencia y la propia naturaleza humana, pero sobre todo se trata de un film absolutamente contemporáneo, donde el ritmo visual y una fotografía estilizada nos harán vibrar en la butaca.
(*): El donostiarra (aunque nacido en Barcelona) Daniel Calparsoro inició su carrera -de la mano de su entonces esposa Najwa Nimri- cuando en la Berlinale de 1995 presentaron "Salto al vacío", una opera prima hasta cierto punto atormentada pero que apuntaba maneras. El cineasta siguió tratando temas conflictivos, relacionados con el País Vasco donde vivía, en los films "Pasajes" y "A ciegas", para dar el salto al exterior con "Asfalto", donde por primera vez cedió espacios de guión a otros escritores, lo que ha sido una constante desde entonces. Lo que pudo ser su asentamiento como director para el gran público, "Guerreros", no obtuvo los resultados previstos. Tal vez por eso, Calparsoro tardó varios años en volver a estrenar una cinta, y ésta fue mucho más modesta en producción "Ausentes". También ha dirigido varias TV-movies, hasta regresar al cine ahora con "Invasor", a la que sigue "Combustión", que acaba de filmar en Portugal.
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