Murió Fernando Guillén, talento y voz al servicio del cine español
- por © Redacción-NOTICINE.com
El actor español de cine, TV, teatro y doblaje Fernando Guillén, quien pasó de galán a actor de carácter, nunca rechazó un buen papel por sus pocas lineas de diálogos, y fundó una saga familiar con su exmujer Gemma Cuervo de la que nacieron otros dos conocidos actores, Fernando Guillén Cuervo y su hermana Cayetana, ha fallecido en Madrid, a los 80 años, tras una larga enfermedad. Cinéfilo empedernido, trabajó a las órdenes de buena parte de los directores españoles a lo largo de seis décadas de entrega a su profesión, entre ellos Pedro Almodóvar, José Luis Garci (amigo personal y contertulio en televisión), Gonzalo Suárez, Alex de la Iglesia, Pedro Olea, Eloy de la Iglesia o Pedro Costa. Ganó un Goya por "Don Juan en los infiernos" y fue candidato a otros dos.
Guillén, actor de sólida formación clásica y dicción tan depurada que le llevó a doblar a numerosos actores de Hollywood y locutar documentales, alcanzó fama por su presencia tanto en escenarios teatrales como en el cine, pero fue la televisión el medio con el que se convirtió en popular, sobre todo por la teleserie "La saga de los Rius" (1976-77), aunque antes ya había participado en varias adaptaciones teatrales en el espacio "Estudio 1".
En cine, aunque había debutado a finales de los años 50, hizo pocas cosas en las décadas siguientes, mientras se refugiaba en los escenarios y la pequeña pantalla, pero a mediados de los 80 volvió a prodigarse y con fuerza. "Todo empezó con 'El caso Almería', de Pedro Costa, en 1984. Y prácticamente dejé de hacer teatro. Hasta ese momento había rodado cine esporádicamente pero, salvo contadas excepciones, en películas sin interés. Mi cara era nueva para el cine, los directores descubrieron que existía y podía ser un secundario de lujo", decía en una entrevista con el boletín informativo de la entidad de intérpretes AISGE.
Pedro Almodóvar recurrió a él en su primera etapa, con películas como "La ley del deseo" o "Mujeres al borde de un ataque de nervios". "En aquella época yo vivía mucho la noche madrileña y aquello de la movida. Con ellos lo pasaba fenomenal y trabajaba muy suelto", recordaba.
Pero sin duda el realizador con el que más se le ha asociado, por su relación personal y su asidua presencia en los espacios televisivos que dirigía, fue José Luis Garci, quien le dio papeles de mayor o menor importancia en "La herida luminosa", "El abuelo", "You're the one" o "Dos de mayo - La libertad de una nación".
"Este es un oficio -decía en la entrevista con la revista Actúa de AISGE- maravilloso, el único que te permite seguir siendo niño y jugar a policías, ladrones, vaqueros o piratas en todo momento. Volvería a ser actor en una nueva vida. Verte con un revólver del 45 en un saloon es lo más parecido a regresar a la infancia. Me enorgullece que Cayetana y Fernando (sus hijos) sean también actores y ojalá alguno de mis nietos siguiera la tradición y nos convirtamos en una saga como los Gutiérrez Caba. Porque el show business, cuando no es zafio ni grosero, sino hecho cultural, es una maravilla".
Guillén, actor de sólida formación clásica y dicción tan depurada que le llevó a doblar a numerosos actores de Hollywood y locutar documentales, alcanzó fama por su presencia tanto en escenarios teatrales como en el cine, pero fue la televisión el medio con el que se convirtió en popular, sobre todo por la teleserie "La saga de los Rius" (1976-77), aunque antes ya había participado en varias adaptaciones teatrales en el espacio "Estudio 1".
En cine, aunque había debutado a finales de los años 50, hizo pocas cosas en las décadas siguientes, mientras se refugiaba en los escenarios y la pequeña pantalla, pero a mediados de los 80 volvió a prodigarse y con fuerza. "Todo empezó con 'El caso Almería', de Pedro Costa, en 1984. Y prácticamente dejé de hacer teatro. Hasta ese momento había rodado cine esporádicamente pero, salvo contadas excepciones, en películas sin interés. Mi cara era nueva para el cine, los directores descubrieron que existía y podía ser un secundario de lujo", decía en una entrevista con el boletín informativo de la entidad de intérpretes AISGE.
Pedro Almodóvar recurrió a él en su primera etapa, con películas como "La ley del deseo" o "Mujeres al borde de un ataque de nervios". "En aquella época yo vivía mucho la noche madrileña y aquello de la movida. Con ellos lo pasaba fenomenal y trabajaba muy suelto", recordaba.
Pero sin duda el realizador con el que más se le ha asociado, por su relación personal y su asidua presencia en los espacios televisivos que dirigía, fue José Luis Garci, quien le dio papeles de mayor o menor importancia en "La herida luminosa", "El abuelo", "You're the one" o "Dos de mayo - La libertad de una nación".
"Este es un oficio -decía en la entrevista con la revista Actúa de AISGE- maravilloso, el único que te permite seguir siendo niño y jugar a policías, ladrones, vaqueros o piratas en todo momento. Volvería a ser actor en una nueva vida. Verte con un revólver del 45 en un saloon es lo más parecido a regresar a la infancia. Me enorgullece que Cayetana y Fernando (sus hijos) sean también actores y ojalá alguno de mis nietos siguiera la tradición y nos convirtamos en una saga como los Gutiérrez Caba. Porque el show business, cuando no es zafio ni grosero, sino hecho cultural, es una maravilla".
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