Crítica: "Villegas", los caminos de la vida

por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
'Villegas'


Por Lucia Roitbarg

"Villegas" (2012), primer largometraje del argentino Gonzalo Tobal, es una de esas películas donde las verdaderas acciones suceden dentro de los personajes. Las miradas, los silencios, los gestos y algunos diálogos son los que verdaderamente aportan a la trama. Más allá del lucimiento en la dirección de actores, la forma de filmar el entorno de los personajes también realza el encanto del film.

Esteban (Esteban Lamothe) y Pipa (Esteban Bigliardi) son dos primos que deberán viajar desde Capital Federal a su ciudad natal, General  Villegas, para el entierro de su abuelo. A pesar de estar distanciados, Esteban accede a llevar a Pipa en su auto. Pero durante el viaje se irá revelando una relación poco cordial entre ellos, donde las diferencias sociales, económicas e ideológicas parecen pesar por sobre el lazo familiar, y donde los recuerdos y el paso del tiempo hablan sin hablar.

Hay una pretensión notoria en el film por aprovechar las capacidades del cine, en el sentido de explotar la posibilidad de este arte de abarcar paisajes, lugares, rutas, y crear así un entorno único para los personajes. El tono intimista del film, entonces, se perfila diferente, con nuevas imágenes que resignifican: esa ciudad a la que se dirigen implica algo más que un espacio, es el regreso al pasado y también es la incertidumbre del futuro.

Por otro lado, el film tiene un planteo generacional que permite que la historia no tenga un único sentido. Cada primo parece mirarse en el espejo del otro, pero siendo ciegos de dicha situación, su rivalidad se expresa a través de torpes peleas masculinas que los dejan al descubierto. Por eso Villegas también es un film con cierta mirada filosófica, pues el director parece abrir preguntas sobre la incertidumbre del futuro, la felicidad, los valores; temas que adquieren un notorio peso en determinado momento de la vida.

El film de Tobal logra momentos muy interesantes y con buenas imágenes, y, si bien ronda el clasicismo en la forma de abordar el relato, propone planos poco convencionales y miradas elocuentes y novedosas, creando el clima adecuado a cada escena.