Alfredo Soderguit habla sobre "Anina", la coproducción animada uruguayo - colombiana triunfadora en Cartagena

por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
'Anina'
El uruguayo Alfredo Soderguit se convirtió esta semana con la coproducción animada "Anina" en el gran triunfador del apartado colombiano del Festival de Cartagena, en el que compitió con películas de imagen real para adultos. Obtuvo los premios a mejor película y realización, ambos dotados con recompensas económicas y en materiales de producción, que le ayudarán a poner en pie nuevos proyectos. Se trata de la primera experiencia en el cine de este ilustrador suramericano que encontró en Colombia ayuda para llevar a cabo esta adaptación de una novela infantil uruguaya, en un proceso largo y difícil, pero de exitoso resultado, que compartió con NOTICINE.com.

- ¿Cómo surgió el film?

"Anina" es una película basada en la novela "Anina Yatay Salas", de Sergio López Suárez. El es un maestro de escuela primaria en Uruguay, que ejerció en Salto y ya está retirado, y ha tenido una carrera larga como escritor. En general hace libros gráficos infantiles, con ilustraciones, posibilidades de mirar al trasluz, con partes para armar y desarmar, pero "Anina" es su primera novela. Recoge un montón de experiencias suyas, aunque sea una fantasía, y tiene por tanto referencias autobiográficas como maestro. Ello la convierte en muy rica a nivel humano y cargada de emociones y de sensaciones. Yo leí esa historia cuando me encargaron ilustrar el libro, hace unos nueve años, e inmediatamente quedé obsesionado con hacer algo más con ella, por todas las posibilidades que tenía la obra. Sergio se convirtió en mi amigo y fue un compañero de viaje en todo este tiempo. El film trata sobre las andanzas de una niña de 10 años cuyo nombre y apellidos son palíndromos, o sea se leen igual hacia adelante y hacia atrás: Anina Yatay Salas. Esto, en algunos lugares -como en mi país, Uruguay- tiene una connotación cabalística o mágica, y los jóvenes juegan mucho a cosas capicuas. Es un símbolo de buena suerte. Su padre, que también es amante de los palíndromos, considera que Anina será muy afortunada. Pero, por otro lado, es un nombre extraño y sus compañeros se burlan de ella. En consecuencia eso le genera problemas aunque ella crea que es bueno. También está en un momento muy peculiar de su vida, cuando un año es un montón de tiempo y las cosas que pasan son muy intensas y un descubrimiento constante. Ella tiene un mundo que no necesariamente comparte con su vida familiar. La escuela es ese mundo más propio de ella, y el trayecto entre la escuela y su casa, en un espacio como es un bus, para la reflexión, se vuelve muy importante. Es una historia muy tierna, humana y a la vez muy divertida. Logramos transformar esa intención en algo que es una aventura.

- La estética de los dibujos son muy "de libro", huye de animaciones más en boga ahora mismo, con personajes pensados para 3D o a veces lo contrario, muy sencillos, sin sombras o texturas. En cambio, su película recuerda a ilustraciones en acuarela, ¿Por qué?
Es interesantísima la pregunta porque refiere a una intención. Las técnicas para animar dependen de muchas cosas, y determinada estética sirve para trabajar en un presupuesto, pero nosotros queríamos lograr esa estética más pictórica, con manchas de acuarela, trazos de lapiz, textura de papel... pero sin llegar a ser un collage. Conforma un universo que funciona, con su propia atmósfera. La mayoría del equipo de realización de "Anina" son ilustradores, y eso le aportó mucho. La dirección de arte de Sebastián Santana ayudó mucho a ese nivel. En la animación se propuso también definir una técnica de animación que nos permitiera mantener la estética de los primeros bocetos que habíamos hecho. Dejamos de lado el dibujo plano. Normalmente en la animación los fondos son más elaborados y los personajes muy sencillos, para facilitar el dibujo cuadro a cuadro, pero aqui logramos con técnicas mixtas, con escaneo de imágenes, y recortes, mantener el espíritu estético que buscábamos.

- La animación es cara. ¿Fue complicado conseguir la financiación?

Pensamos mucho durante el proceso. En principio sabíamos que requeríamos mayor presupuesto, más recursos que una película normal, en digital. También en la animación es posible hacer hacer películas de mayor o menos costo en función del refinamiento y la complejidad en la forma de trabajar. "Anina" es una película con mucha dificultad. Finalmente trabajamos con un presupuesto entre mediano y bajo comparado con lo que es una película uruguaya tradicional. Basicamente lo que hicimos fue una muy dura administración, a conciencia de los recursos, con un equipo chico pero muy talentoso, amigos todos básicamente, 25 personas trabajando en la "cocina" de la película, más los músicos y los actores. Hubo un compromiso muy grande de parte de la gente que trabajó, con sueldos muy bajos. Encontramos un equilibrio en el equipo para poder sacarla adelante de forma que todos disfrutáramos del proceso. Una de las cosas que define la calidad de "Anina" es la amistad de la gente que trabajó y ese cariño y compromiso creo que se nota. Por otro lado todo esto nos obligó a revisar algunos procesos técnicos, innovar, pero por suerte ahora las técnicas son muy mixtas, hay mucho para experimentar y muchas posibilidades. Si tuviéramos que hacerla quizás desde hoy mismo nos costaría el triple. No sé cómo llegamos a lograrlo... Fue largo. En total llevó 8 años, de los cuales tres y medio en un equipo.

- "Anina" se estrenó mundialmente en la Berlinale antes de llegar a Cartagena. Su público fue muy diferente al latinoamericano... ¿Cómo la recibieron?
Esto es muy nuevo para nosotros. Es nuestra primera película y recibimos muy buenas respuestas, a partir de la Berlinale, con muchas invitaciones a festivales de muchas partes del mundo. Tenemos que revisar el cronograma para ver cuál será ese recorrido. Esperamos hacerlo con la misma paciencia con la que hicimos la película. Tenemos también propuestas de distribución en varios países que estamos discutiendo. La respuesta del público, de los niños, ha sido muy linda, y en nosotros está evaluar y aprender y ordenar la cancha como para ver qué es lo mejor para el proyecto. Pero estamos muy contentos. En Berlín nos acogieron con mucho cariño, y el público llenó una sala de más de mil butacas en el primer estreno. Como es para niños, se pasó sin subtítulos, con un narrador en alemán que traducía por encima del sonido original, y la ví así para ver la reacción del público. Fue muy lindo, porque los niños se reían en momentos en que uno no esperaba, y se va reconstruyendo lo que había visto tantas veces, desde los ojos de ellos. Luego las preguntas y respuestas fueron muy ricas y graciosas. El público infantil es genial. Se divierten, gritan, aplauden, golpean con los pies...