Crítica: "Una pistola en cada mano", autocrítica masculina

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'Una pistola en cada mano'


Por Edurne Sarriegui

El último largometraje del catalán Cesc Gay, "Una pistola en cada mano" llega este jueves a las pantallas argentinas, tras una gran respuesta crítica en su España de origen, pasar por el Festival Pantalla Pinamar y con el aval de dos argentinos en el elenco, Ricardo Darín y Leo Sbaraglia. En un alarde de autocrítica, Gay y su coguionista Tomás Aragay se lanzan a desnudar andanzas y miserias de sus compañeros de género. Con enormes dosis de ironía y un humor mordaz y punzante se pasean por la vida de varios hombres que ya pasaron los cuarenta retratando sus dificultades para relacionarse principalmente con las mujeres pero también con sus amigos y hasta con el éxito.

Parejas, trabajos, el paso del tiempo y la sensación de no haber podido concretar expectativas  son temas serios que logran conformar una comedia.

El film se estructura a través de una serie de encuentros, algunos previstos y otros no tanto, que nos muestran sin ninguna compasión las debilidades de unos hombres que parecen no haber madurado. A alguno le apabulló el éxito, a otros el fracaso, la mayoría perdió ante el desafío de vivir con una pareja….y si todavía no lo hizo es gracias al buen hacer de la otra parte. Pero comedia al fin, a pesar del tono irónico que no perdona una sola de sus fallas a estos hombres, nos arranca muchas sonrisas ante situaciones conocidas unas o intuidas otras. Es que no hay como reírse de uno mismo para salir adelante.

La narración de "Una pistola en cada mano" se apoya en unos diálogos que tienen la virtud de plasmar la situación de sus protagonistas en muy pocos minutos y en la actuación de un elenco de excelencia que da vida a esta galería de personajes “desarrapados” emocionalmente. Entre las actrices se encuentra Candela Peña que recibió el premio Goya a la mejor actriz de reparto por esta actuación. Para el público argentino cuenta con el atractivo adicional de la participación de dos de sus actores más reconocidos internacionalmente, Ricardo Darín y Leonardo Sbaraglia. A pesar de la cantidad de protagonistas e historias el relato fluye con facilidad y los 95 minutos que dura se hacen cortos.

¿Y qué pasa con las mujeres? Aquí ellas parecen pertenecer a otra etapa de la evolución. Seguras, centradas y sabias se ocupan de guiar a los hombres que todavía tienen la suerte de tener una a su lado. Les llevan de la mano hasta una senda segura o reencauzan su propia vida sin volver la  mirada atrás.            

Con una visión más realista podemos pensar que ahí afuera, en la vida real, junto a estos especímenes hay montones de hombres comprometidos, valientes, confiados y confiables con quienes compartir anhelos, triunfos, dificultades y diversión a lo largo del camino.