Crítica: "Puerta de Hierro, el exilio de Perón", operación retorno
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Por Juan Pablo Russo
"Puerta de Hierro, el exilio de Perón" (2012) es un relato de estructura clásica, basado en hechos reales pero que deja lugar a la improvisación o libre interpretación de lo ocurrido en las diferentes etapas del exilio del general Juan Domingo Perón y la llamada operación retorno.
Dirigida por Dieguillo Fernández y Víctor Laplace, la historia comienza el día en que el militar y expresidente cumple 77 años y una tal Sofía le alcanza de regalo una grabadora para que cuente sus memorias. Ese hecho será el desencadenante para que, como si fueran los capítulos de una autobiografía, vayan apareciendo por su cabeza los diferentes momentos que atravesaron el exilio y lo que sería la operación que lo traería de nuevo al país.
La trama, que si bien está basada en hechos históricos cuenta con ciertas licencias cinematográficas para poder encauzar el relato, corresponde a un cine narrativo, donde hay un cuento (por cierto el guion no deja ningún detalle librado al azar más allá de algunas relaciones tratadas superficialmente) con un principio, un desarrollo y un final. Pero donde también hay una fuerte construcción de los personajes –extraordinarios Victoria Carreras en la piel de Isabelita, Javier Lombardo como Jorge Antonio y Fito Yanelli en el rol del "brujo" José López Rega-, y una gran puesta en escena en la que se reconstruyen varias épocas sin descuidar ningún elemento histórico ni de ambientación.
El personaje de Perón vuelve a estar en la piel de Víctor Laplace, un actor al que ya vimos interpretarlo en varios ocasiones y de distintas maneras, pero que a diferencia de otras veces logra una evolución en la forma de encararlo. En "Puerta de Hierro, el exilio de Perón" vemos al mito más cercano al hombre, mucho más humanizado y menos estereotipado que en otras obras. Aunque, demasiado discursivo, tal vez algo en exceso.
Más allá de algunos clichés, el tono militante y ciertos subrayados que tienen que ver con cierta búsqueda del mercado internacional y que apuntan a la masividad, "Puerta de Hierro, el exilio de Perón" funciona como una película que entretiene (algo que está más que bien) pero también como una clase de historia dinámica, en la que más allá de la carga ideológica, que puede llegar a tener un abordaje en el que la subjetividad supera la objetividad, se vuelve interesante para conocer un poco sobre el pasado argentino desde una ficción con bastante rigor histórico y cero academicismo.