Exclusiva: Javier Cámara habla sobre "Ayer no termina nunca" y las crisis
- por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
Este sábado se abre una nueva edición del Festival de Málaga, dedicado al cine español, y la película de apertura lleva la firma de Isabel Coixet, "Ayer no termina nunca". La cineasta acudirá al certamen andaluz, tras estrenar mundialmente su drama de pareja rota en la Berlinale el pasado febrero, acompañada por Candela Peña, pero no así por su oponente masculino, Javier Cámara, quien rueda actualmente en Nueva York un nuevo film, "La vida inesperada", de Jorge Torregrosa. Hablamos en exclusiva con el actor riojano sobre su papel en "Ayer...", que se estrenará en salas el próximo día 26, las crisis de pareja y la que se sufre en España y en el cine español.
- Hábleme de su personaje en la película.
Es "Jota", un personaje que en esta crisis que surgió en esta pareja "salió por patas", "tomó las de Villadiego", o como diríamos más tradicionalmente tomó la decisión de alejarse del conflicto, y respirar. Pretendía ver el momento de arreglar las cosas y quizás volver y retomar la relación. Necesitaba no estancarse en la crisis sino irse a trabajar a otro lugar. Fue un motor en vez de un problema. Pensaba que quedarse sería más duro, y por eso tomó la decisión de marcharse del país, a otro lado, en este caso a Alemania, porque se ahogaba.
- En "Ayer no termina nunca" se escuchan muchos reproches que con frecuencia las mujeres hacen a los hombres...
Yo pelee mucho durante el rodaje con esto. Sí es verdad que tenía dos "fieras", dos mujeres al lado. Primero tenía un punto de vista femenina en la guionista-directora, Isabel Coixet, y luego un personaje maravillosamente interpretado por Candela Peña, que está muy anclado en su problema y su crisis. Pero yo entendía muy bien al personaje masculino, era inevitable no entender las líneas que tenía que decir. Es cierto que los hombres estamos a veces muy acostumbrados a ciertos reproches de las mujeres, pero ellas también están muy acostumbradas a ciertas actitudes nuestras. También hay que considerar que no sólamente es una película entre lo masculino y lo femenino, y las diferentes reacciones frente a una crisis, entre quedar estancado y moverse, o entre el yin y el yang, sino que también hay una cierta universalidad en las actitudes de estos dos personajes, uno que intenta y otro que critica, uno que no puede moverse y otro que no es capaz de dejar de moverse, uno que está herido y otro que está lamiéndose las heridas para que se cierren, uno que está intentando que se queden abiertas para recordar lo que fue aquello y el otro que quiere olvidar. Son dos actitudes muy contrastadas, no sé si masculina y femenina necesariamente, pero esa es la base del conflicto, en la que se basa el teatro griego o el Shakespeariano, o el conflicto eterno entre un hombre y una mujer.
- Sobre este enfrentamiento tardío entre un hombre y una mujer que rompieron tras un suceso trágico que afectó a ambos gravita otra crisis, la general del país, el paro en crecimiento y la emigración para buscarse la vida en países más prósperos. ¿Cuál piensa que es el tema más agudo que cuenta la película?
Creo que es inevitable hablar de nuestro momento en España. Isabel no puedo huir de eso, y es verdad que hay un telón de fondo que es la crisis mundial, sobre todo la pérdida de valores y de criterio, del hundimiento de ciertas sociedad y pensamientos. Entonces Isabel está dando un punto de vista sobre eso, pero sobre todo es otra crisis, la de una pareja, no tanto entre un hombre y una mujer sino entre dos formas de enfrentarse a una crisis personal, una crisis universal, laboral, paternal... Puede haber muchas lecturas. La primera persona que me dijo que había visto la película me habló de una pareja que había tenido años atrás y cómo no había tenido valor para cerrar esas heridas, ser sincero con su expareja. Hay gente que en Berlín planteó a Isabel que por qué no había hecho una película más combativa respecto de la crisis que está viviendo España en este momento. Y ella dijo que era otra la historia que quería contar. Pero sí es cierto que el artista no puede huir del momento que está viviendo. Entonces, Isabel está hablando de las dos cosas, de la situación de España y la que está viviendo una pareja en este momento.
- Menudo cambio de registro para usted... Salir de "Los amantes pasajeros", con un personaje absolutamente divertido, y meterse de lleno en un melodrama de lo más serio...
Pues sí... De hecho, es la primera vez que lo pienso, te lo prometo... Porque cuando pasó acabé un domingo con Pedro Almodóvar, y el lunes estaba ensayando con Candela e Isabel. De manera que fue muy impactante para mí. Porque en el fondo en "Ayer no termina nunca" había algo personal que yo quería contar, un momento por el que yo pasaba en el que me venía muy bien hablar de ciertas cosas y de ciertas frases que decimos los hombres, ciertos reproches y momentos que a uno le apetece defender desde la ficción. Y sí, sí es verdad que es curioso hacer un tipo de película y al día siguiente pasar a otra y crear un personaje desde el principio, pero era fácil, porque se trataba de papeles tan diferentes que resultaba sencillo romper con la diferencia.
- Se ha dicho que aunque algunas películas de Almodóvar sean cómicas sus rodajes suelen ser bastante duros, por lo que tal vez el cambio no fuera tan radical...
Bueno, la de Isabel ha sido urgente, necesaria y muy impactante, muy dura para nosotros y para ella. Sabes lo que pasa, que cada vez te exigen más. Esta profesión cada vez te obliga a estar más atento, aprender más cosas, estar más preparado y sobre todo al trabajar con directores como los que estás nombrando. Te van a exigir porque saben que tienes un curriculum de 20 o 25 películas y a qué situaciones has respondido antes, así que tienes que ser responsable y ofrecerles nuevas cosas. Además ellos dos me conocen, por "Hable con ella" en el caso de Almodóvar y "La vida secreta de las palabras" en el de Isabel, además de un segmento de "París, je t'aime". Tienes que sorprenderles, y mucho trabajo que hacer. Pero es una maravilla hacer estas dos películas en un año y que se estrenen casi juntas y que sean tan diferentes. La gente juzgará. Yo me quedo con las dos. Son un yin y un yang, de energías muy diferentes, son curiosas.
- ¿En qué está ahora?
Pues mira, estoy desde marzo con "La vida inesperada", segunda película de Jorge Torregrosa, el director de "Fin", con un guión de Elvira Lindo, rodando en Nueva York, y la hago con Raúl Arévalo y Carmen Ruiz por parte española. Ahora los rodajes se llevan cocinando mucho tiempo... Este cuatro años, y de repente hay que hacerlo ya. Ahora las cosas hay que hacerlas cuando están. Se tarda mucho en producir las películas, pero es muy gratificante ver que se ponen poco a poco de pie, que hay mucha gente detrás, que tenemos que bajarnos los sueldos, que tenemos que tirar desde otro lado y aportar muchísimas cosas. Y sobre todo los que somos más privilegiados y estamos trabajando habitualmente, tenemos que participar en cosas en las que creamos con gente comprometida con lo que hace.
- Vivimos un momento de alto contraste en el cine español, con un descenso en la producción por la falta de apoyos oficiales, pero a la vez disfrutamos de un éxito superior en taquilla, y películas que se exportan más que nunca... ¿Cómo ve usted el panorama?
Sabes una cosa... ¿Te acuerdas de la frase de 'El cine español está en crisis'? Pues ahora España entera está en crisis, entonces el cine español ya no está en crisis, todo está en crisis, ahora el problema es todo lo demás, la sanidad, la educación.... El cine ya sabía estar en crisis. Evidentemente la subida del 21% en el IVA no ayuda en absoluto. De hecho se están perdiendo muchos más puestos de trabajo, porque es verdad que hacer películas es muy complicado y muy caro. Hay que trabajar más y en eso estamos. Pero el cine va a seguir estando, se van a seguir haciendo películas, con más o menos dinero y más o menos imaginación, pero esto no nos puede matar ni nos va a matar, sino que nos hará más fuertes. Hay gente que desgraciadamente no tiene la fuerza de salir adelante y se tira por un balcón, pero el cine en general va a seguir contando lo que le pasa a la gente, en las ciudades y las casas. No puede parar... el arte en general, los artistas, los cineastas, la gente que se sube a los escenarios... Los momentos de crisis son creativos, y hacen que todo se derrumbe y empiece algo nuevo. No sé cuando se derrumbará todo, porque este país tiene pinta de explotar pero no explota nunca, pero algo tiene que pasar... En eso estamos.
- Hábleme de su personaje en la película.
Es "Jota", un personaje que en esta crisis que surgió en esta pareja "salió por patas", "tomó las de Villadiego", o como diríamos más tradicionalmente tomó la decisión de alejarse del conflicto, y respirar. Pretendía ver el momento de arreglar las cosas y quizás volver y retomar la relación. Necesitaba no estancarse en la crisis sino irse a trabajar a otro lugar. Fue un motor en vez de un problema. Pensaba que quedarse sería más duro, y por eso tomó la decisión de marcharse del país, a otro lado, en este caso a Alemania, porque se ahogaba.
- En "Ayer no termina nunca" se escuchan muchos reproches que con frecuencia las mujeres hacen a los hombres...
Yo pelee mucho durante el rodaje con esto. Sí es verdad que tenía dos "fieras", dos mujeres al lado. Primero tenía un punto de vista femenina en la guionista-directora, Isabel Coixet, y luego un personaje maravillosamente interpretado por Candela Peña, que está muy anclado en su problema y su crisis. Pero yo entendía muy bien al personaje masculino, era inevitable no entender las líneas que tenía que decir. Es cierto que los hombres estamos a veces muy acostumbrados a ciertos reproches de las mujeres, pero ellas también están muy acostumbradas a ciertas actitudes nuestras. También hay que considerar que no sólamente es una película entre lo masculino y lo femenino, y las diferentes reacciones frente a una crisis, entre quedar estancado y moverse, o entre el yin y el yang, sino que también hay una cierta universalidad en las actitudes de estos dos personajes, uno que intenta y otro que critica, uno que no puede moverse y otro que no es capaz de dejar de moverse, uno que está herido y otro que está lamiéndose las heridas para que se cierren, uno que está intentando que se queden abiertas para recordar lo que fue aquello y el otro que quiere olvidar. Son dos actitudes muy contrastadas, no sé si masculina y femenina necesariamente, pero esa es la base del conflicto, en la que se basa el teatro griego o el Shakespeariano, o el conflicto eterno entre un hombre y una mujer.
- Sobre este enfrentamiento tardío entre un hombre y una mujer que rompieron tras un suceso trágico que afectó a ambos gravita otra crisis, la general del país, el paro en crecimiento y la emigración para buscarse la vida en países más prósperos. ¿Cuál piensa que es el tema más agudo que cuenta la película?
Creo que es inevitable hablar de nuestro momento en España. Isabel no puedo huir de eso, y es verdad que hay un telón de fondo que es la crisis mundial, sobre todo la pérdida de valores y de criterio, del hundimiento de ciertas sociedad y pensamientos. Entonces Isabel está dando un punto de vista sobre eso, pero sobre todo es otra crisis, la de una pareja, no tanto entre un hombre y una mujer sino entre dos formas de enfrentarse a una crisis personal, una crisis universal, laboral, paternal... Puede haber muchas lecturas. La primera persona que me dijo que había visto la película me habló de una pareja que había tenido años atrás y cómo no había tenido valor para cerrar esas heridas, ser sincero con su expareja. Hay gente que en Berlín planteó a Isabel que por qué no había hecho una película más combativa respecto de la crisis que está viviendo España en este momento. Y ella dijo que era otra la historia que quería contar. Pero sí es cierto que el artista no puede huir del momento que está viviendo. Entonces, Isabel está hablando de las dos cosas, de la situación de España y la que está viviendo una pareja en este momento.
- Menudo cambio de registro para usted... Salir de "Los amantes pasajeros", con un personaje absolutamente divertido, y meterse de lleno en un melodrama de lo más serio...
Pues sí... De hecho, es la primera vez que lo pienso, te lo prometo... Porque cuando pasó acabé un domingo con Pedro Almodóvar, y el lunes estaba ensayando con Candela e Isabel. De manera que fue muy impactante para mí. Porque en el fondo en "Ayer no termina nunca" había algo personal que yo quería contar, un momento por el que yo pasaba en el que me venía muy bien hablar de ciertas cosas y de ciertas frases que decimos los hombres, ciertos reproches y momentos que a uno le apetece defender desde la ficción. Y sí, sí es verdad que es curioso hacer un tipo de película y al día siguiente pasar a otra y crear un personaje desde el principio, pero era fácil, porque se trataba de papeles tan diferentes que resultaba sencillo romper con la diferencia.
- Se ha dicho que aunque algunas películas de Almodóvar sean cómicas sus rodajes suelen ser bastante duros, por lo que tal vez el cambio no fuera tan radical...
Bueno, la de Isabel ha sido urgente, necesaria y muy impactante, muy dura para nosotros y para ella. Sabes lo que pasa, que cada vez te exigen más. Esta profesión cada vez te obliga a estar más atento, aprender más cosas, estar más preparado y sobre todo al trabajar con directores como los que estás nombrando. Te van a exigir porque saben que tienes un curriculum de 20 o 25 películas y a qué situaciones has respondido antes, así que tienes que ser responsable y ofrecerles nuevas cosas. Además ellos dos me conocen, por "Hable con ella" en el caso de Almodóvar y "La vida secreta de las palabras" en el de Isabel, además de un segmento de "París, je t'aime". Tienes que sorprenderles, y mucho trabajo que hacer. Pero es una maravilla hacer estas dos películas en un año y que se estrenen casi juntas y que sean tan diferentes. La gente juzgará. Yo me quedo con las dos. Son un yin y un yang, de energías muy diferentes, son curiosas.
- ¿En qué está ahora?
Pues mira, estoy desde marzo con "La vida inesperada", segunda película de Jorge Torregrosa, el director de "Fin", con un guión de Elvira Lindo, rodando en Nueva York, y la hago con Raúl Arévalo y Carmen Ruiz por parte española. Ahora los rodajes se llevan cocinando mucho tiempo... Este cuatro años, y de repente hay que hacerlo ya. Ahora las cosas hay que hacerlas cuando están. Se tarda mucho en producir las películas, pero es muy gratificante ver que se ponen poco a poco de pie, que hay mucha gente detrás, que tenemos que bajarnos los sueldos, que tenemos que tirar desde otro lado y aportar muchísimas cosas. Y sobre todo los que somos más privilegiados y estamos trabajando habitualmente, tenemos que participar en cosas en las que creamos con gente comprometida con lo que hace.
- Vivimos un momento de alto contraste en el cine español, con un descenso en la producción por la falta de apoyos oficiales, pero a la vez disfrutamos de un éxito superior en taquilla, y películas que se exportan más que nunca... ¿Cómo ve usted el panorama?
Sabes una cosa... ¿Te acuerdas de la frase de 'El cine español está en crisis'? Pues ahora España entera está en crisis, entonces el cine español ya no está en crisis, todo está en crisis, ahora el problema es todo lo demás, la sanidad, la educación.... El cine ya sabía estar en crisis. Evidentemente la subida del 21% en el IVA no ayuda en absoluto. De hecho se están perdiendo muchos más puestos de trabajo, porque es verdad que hacer películas es muy complicado y muy caro. Hay que trabajar más y en eso estamos. Pero el cine va a seguir estando, se van a seguir haciendo películas, con más o menos dinero y más o menos imaginación, pero esto no nos puede matar ni nos va a matar, sino que nos hará más fuertes. Hay gente que desgraciadamente no tiene la fuerza de salir adelante y se tira por un balcón, pero el cine en general va a seguir contando lo que le pasa a la gente, en las ciudades y las casas. No puede parar... el arte en general, los artistas, los cineastas, la gente que se sube a los escenarios... Los momentos de crisis son creativos, y hacen que todo se derrumbe y empiece algo nuevo. No sé cuando se derrumbará todo, porque este país tiene pinta de explotar pero no explota nunca, pero algo tiene que pasar... En eso estamos.