El cine cubano y latinoamericano pierden a su adalid Alfredo Guevara
- por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
Alfredo Guevara, compañero de armas de Fidel Castro en los tiempos de la Revolución cubana, fundador del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica, la revista Cine Cubano y el Festival de La Habana, cineasta, escritor y poeta, falleció este viernes en su Habana de un infarto de corazón, a los 87 años. Fue precisamente su estrecha relación personal con el máximo líder isleño desde 1959 (hay quien dice que sus orígenes burgueses permitieron ser uno de los apoyos no sólo en el frente, sino también en despachos para la financiación) lo que le permitió actuar con una inusitada independencia de criterio, y hacer del cine cubano el único elemento crítico hacia el régimen, "legal" o permitido, a pesar de granjearse enemistades entre los sectores más radicalmente estalinistas del sistema.
Guevara, que había vivido en París como representante del país ante la UNESCO y con frecuencia visitaba España, donde reside parte de su familia, sufrió este mediodía un ataque cardíaco, anunciaron sus colaboradores en la sede del Festival habanero, en el que aún ejercía como presidente, aunque ya no llevara directamente la programación. Había nacido en la capital cubana el 31 de diciembre de 1925. Treinta y cuatro años y un día después de esa fecha recorría el malecón, vestido de verde olivo, junto al compañero Fidel, tras la huída del dictador Fulgencio Batista, que propició el definitivo triunfo de la Revolución.
Por directa decisión suya, sus cenizas serán esparcidas por las empinadas escaleras de la Universidad de La Habana, en donde se doctoró en Filosofía y Letras.
Siempre fiel al socialismo pero más tolerante hacia otras formas de pensamiento que muchos de quienes detentaron alguna forma de poder en Cuba durante el último medio siglo, Guevara, a quien algunos malintencionados apodaron "La Dama del Armiño" por su permanente costumbre de llevar una chaqueta sobre los hombros (pero nunca puesta) fue una figura clave en la defensa del cine latinoamericano, el mismo que quiso promocionar en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano que fundó en La Habana en 1979.
Sin embargo, su primera y mayor obra había sido bastante anterior, el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), que puso en marcha por su vocación intelectual y cinéfila apenas dos meses después de que los "barbudos" pisaran las avenidas habaneras. Lo que surgió como maquinaria de propaganda del nuevo régimen evolucionó a partir de los años 70 en el único agente cultural del país en el que se intuían opiniones divergentes y críticas a las imperfecciones del sistema.
Alguno de los "cubanólogos" han dicho que fue precisamente el malestar de representantes del ala más integrista de la "nomenklatura" cubana los que propiciaron que Guevara abandonara la presidencia del ICAIC en 1980, pero lo cierto es que de una u otra forma la institución ha seguido manteniendo un espíritu crítico del que carecen la prensa o la televisión.
En declaraciones a Prensa Latina, el escritor y crítico de cine Frank Padrón, corresponsal de NOTICINE.com en Cuba, ha dicho que Guevara "pertenece a la estirpe de los fundadores, de los que apoyan la creación y el talento, pues él mismo integró esas huestes, y como preguntó retóricamente en uno de sus libros, Será una huella".
"Aunque sabíamos -añadía- de su enfermedad, de su estado frágil y delicado, creíamos que iba a vivir mucho más, que la muerte en personas como él, siempre activo y laborioso, nunca ocurre. Por ello la noticia sorprende tanto, parece imposible como siempre en estos casos".
Guevara, que había vivido en París como representante del país ante la UNESCO y con frecuencia visitaba España, donde reside parte de su familia, sufrió este mediodía un ataque cardíaco, anunciaron sus colaboradores en la sede del Festival habanero, en el que aún ejercía como presidente, aunque ya no llevara directamente la programación. Había nacido en la capital cubana el 31 de diciembre de 1925. Treinta y cuatro años y un día después de esa fecha recorría el malecón, vestido de verde olivo, junto al compañero Fidel, tras la huída del dictador Fulgencio Batista, que propició el definitivo triunfo de la Revolución.
Por directa decisión suya, sus cenizas serán esparcidas por las empinadas escaleras de la Universidad de La Habana, en donde se doctoró en Filosofía y Letras.
Siempre fiel al socialismo pero más tolerante hacia otras formas de pensamiento que muchos de quienes detentaron alguna forma de poder en Cuba durante el último medio siglo, Guevara, a quien algunos malintencionados apodaron "La Dama del Armiño" por su permanente costumbre de llevar una chaqueta sobre los hombros (pero nunca puesta) fue una figura clave en la defensa del cine latinoamericano, el mismo que quiso promocionar en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano que fundó en La Habana en 1979.
Sin embargo, su primera y mayor obra había sido bastante anterior, el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), que puso en marcha por su vocación intelectual y cinéfila apenas dos meses después de que los "barbudos" pisaran las avenidas habaneras. Lo que surgió como maquinaria de propaganda del nuevo régimen evolucionó a partir de los años 70 en el único agente cultural del país en el que se intuían opiniones divergentes y críticas a las imperfecciones del sistema.
Alguno de los "cubanólogos" han dicho que fue precisamente el malestar de representantes del ala más integrista de la "nomenklatura" cubana los que propiciaron que Guevara abandonara la presidencia del ICAIC en 1980, pero lo cierto es que de una u otra forma la institución ha seguido manteniendo un espíritu crítico del que carecen la prensa o la televisión.
En declaraciones a Prensa Latina, el escritor y crítico de cine Frank Padrón, corresponsal de NOTICINE.com en Cuba, ha dicho que Guevara "pertenece a la estirpe de los fundadores, de los que apoyan la creación y el talento, pues él mismo integró esas huestes, y como preguntó retóricamente en uno de sus libros, Será una huella".
"Aunque sabíamos -añadía- de su enfermedad, de su estado frágil y delicado, creíamos que iba a vivir mucho más, que la muerte en personas como él, siempre activo y laborioso, nunca ocurre. Por ello la noticia sorprende tanto, parece imposible como siempre en estos casos".