Agustí Villaronga escribe sobre "El rey de La Habana"

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Agustí Villaronga
Por Agustí Villaronga *

Cubas hay muchas, y bien diversas, pero la Cuba que quiere reflejar "El rey de La Habana" es la del novelista Pedro Juan Gutiérrez y su barrio de Centro Habana. Una visión muy al límite, desequilibrada y hasta podíamos decir exagerada, que corresponde a una época realmente convulsa: la del "Período Especial en Tiempos de paz", que durante los años 90 llevó a sus habitantes a una encrucijada difícil de resolver.

El sueño de la Revolución se desvanecía poco a poco ante la precariedad en que se convirtió su existencia. Los más jóvenes, y sobre todo los de las clases sociales más bajas, se vieron abocados a un modo de vivir presidido por el hambre y carencias de todo tipo. Ellos no había vivido los ideales de la Revolución simplemente pagaban las consecuencias de un desorden político provocado por la caída del bloque soviético y el embargo de Estados Unidos. Sin trabajo y a veces sin casa, el futuro dejaba de existir, el pasado parecía ser una utopía y el presente se convertía en hambre y miseria. Mera subsistencia.

Sin embargo, el cubano, que es trágico por naturaleza, posee una vitalidad y alegría innatas que trascienden el drama. El humor, el sexo, el aguardiente y un claro instinto de supervivencia tiñe la vida de los más desfavorecidos. Los sin voz. Gentes que, por no tener, no parecen tener ni pensamientos o al menos no saben cómo expresarlos.

Leí la novela de Pedro Juan porque me la pasó la productora. Me impresionó mucho. Es una Cuba heavy que existe y me es más próxima que la otra Cuba, la del sol, la música o Varadero. Las cosas se han de contar de la manera que son.

Esta película pretende dar voz a los sin voz. Y lo hace, al igual que sus personajes, sin pasar por el tamiz de lo razonable o intelectual que está completamente al margen de sus vidas. Son voces primarias, instintivas, salvajes, y con humor, a pesar de lo tremendo de sus situaciones.

Reflexionar, en el momento actual, sobre cómo las carencias pueden repercutir en una sociedad, abocándola a un mundo sin futuro que afecta no solo a su bienestar físico sino a sus principios morales, es del todo pertinente.

Lo más bonito del paso de la película por el Festival de San Sebastián, que nadie ha mencionado, es que ganara una actriz negra. Me molesta que no se haya destacado. En Cuba se silenciará...

(*): El cineasta español Agustí Villaronga (Palma de Mallorca, 1953) es sobre todo conocido por su anterior film, "Pan negro / Pa negre", que relata la vida de un niño durante la posguerra en la Cataluña rural, ganador de 9 premios Goya, incluyendo Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion. También representó -sin suerte- a España en los Oscar. Otras de sus previas películas fueron "Tras el cristal", "El niño de la luna", "El mar" y "Aro Tolbukhin: en la mente del asesino".

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