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25-III-04

Mientras que muchos ven a la piratería como un cada vez más peligroso enemigo, el realizador venezolano Franco De Peña ha decidido ser su aliado y utilizarla a su favor. De Peña anunció su decisión de entrar en contacto con "los piratas" de su país para tratar de difundir su film "Amor en concreto" en las calles, vendiendo los DVD y casettes de video "a dos dólares".

"En Venezuela están disminuyendo los fondos para la cultura y el país está más bien en una guerra silenciosa de dos bandos que están destruyendo la economía nacional. La gente está dividida en dos grupos que se sabotean mutuamente. Mi película es la única producida este año. Y sin dinero venezolano, además", explicó el director a AFP.

"Amor en concreto" es el primer largometraje de De Peña, que fue hecho en Caracas con financiación del canal de televisión franco-alemán Arte y la ayuda del Fondo Sur del ministerio de Relaciones Exteriores de Francia. La película narra varias historias que se entrecruzan en una noche, por un incidente en una autopista. "Todos están interesados en pasarla, porque es muy actual. La fragmentización y el sentimiento de impotencia que tienen todas las clases sociales, intentando canalizar sus frustraciones a través del amor", explica sobre su cinta.

La ópera prima de De Peña ha tenido mucho suceso en diferentes festivales como Huelva, Mar del Plata y Cartagena. Compite en la sección de la Crítica del Festival de cine latinoamericano de Toulouse; y ganó un premio la semana pasada en Las Palmas (España) al mejor director joven. Aún así, no encuentra el apoyo para poder distribuirla porque que "las distribuidoras no quieren poner plata, pero quieren la película, y la televisión no quiere tampoco dar dinero por derechos, sólo avisos publicitarios".

Por todo ello decidió reunirse con quienes ejercen la piratería, "ya que la economía informal está tan difundida en el país. De manera que los piratas copien la película y la vendan en las calles"-enfatiza De Peña. "Creo que es la mejor manera de que la película se distribuya en todos los frentes. Las películas en la calle cuestan dos dólares. Pienso piratearla simultáneamente con su salida en los cines".