Karim Moussaoui presentó en Gijón una radiografía de la Argelia contemporánea, "En attendant les hirondelles"
- por © Mireia Quintana (Gijón)-NOTICINE.com
El realizador argelino Karim Moussaoui se ha acercado hasta Gijón para presentar su primer largometraje, "En attendant les hirondelles" (Esperando a las golondrinas), que ya se pudo ver en Cannes el pasado mes de mayo y que compite en la Sección Oficial del festival asturiano. Durante los 114 minutos que dura la película, el director ofrece una visión personal de su país a través de tres historias y en tres épocas diferentes.
"Tenía ganas de hablar de la actualidad de Argelia y eso implicaba el desafío de cómo hablar de lo que me importa sin caer en un cine que lo expresa todo a través de las palabras, haciendo que los personajes digan las cosas. Quería transmitir mi punto de vista de un país pero pasando por las imágenes y las historias, y que fueran ellas las que contaran todo", explicó Moussaoui en rueda de prensa.
Un nuevo rico, una joven y un neurólogo muy ambicioso son los protagonistas de las tres historias que componen "En attendant les hirondelles". El pasado y el presente de Argelia chocan con estas tres personas que reflejan algunas clases sociales del país.
El director dice que "el cine es subjetivo" y quiere que los espectadores comprendan que está hablando de Argelia desde su propio punto de vista. Para ello, "decidí contar tres historias, en tres territorios, con tres generaciones y en tres categorías sociales diferentes. Sobre todo en la última parte, que aborda nuestra historia reciente, la de los años 90, tenemos una impresión global de que estamos hablando de Argelia pero sin formular un discurso político a través del diálogo, sino dirigiéndonos a la inteligencia del espectador".
Lo más importante para él era representar correctamente a la sociedad argelina en el film: "Me importaba mucho no caer en un problema que a veces tienen las películas coproducidas, en las que el espectador no se reconoce en la imagen. Eso pasa mucho en cintas que se hacen sobre Argelia para ser mostradas en Europa. Me preocupaba mucho, por eso quería poner toda la atención en contar las cosas que conciernen realmente a los argelinos". Su objetivo era huir de los clichés típicos que se muestran en algunas cintas que se han hecho sobre su país. "Cuando hablo de clichés no estoy hablando de que se dé una imagen que no es real, sino del hecho de que para representar a un grupo, a un pueblo o a una cultura, se repite lo mismo, se abordan las mismas ideas y las mismas problemáticas. No es que sea una imagen falsa sino limitada", añadió Moussaoui.
"En attendant les hirondelles" es una coproducción entre Francia y Argelia, algo muy positivo para el realizador, tanto a nivel económico como humano: "Llevaba algunos años observando qué eran las coproducciones y lo que pueden implicar, así que decidí presentar el proyecto de mi mediometraje de 2013 a la productora de unos amigos en Francia. A partir de ahí comprendí la importancia que la coproducción puede tener. No solamente para permitir el montaje financiero de una película sino también porque da la oportunidad de trabajar con gente y técnicos que además de experiencia, aportan algo muy distinto a lo que hacen los técnicos argelinos, donde existe una verdadera crisis".
Para finalizar quiso Moussaoui referirse a la música que aparece en la película, que tiene un lugar importante dentro de la historia: "La música comunica en momentos en que las palabras no bastan. En mi película nunca está ahí como un fondo imperceptible que nos va a manipular para sentir una emoción sino que siempre es un elemento explícito muy evidente".
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"Tenía ganas de hablar de la actualidad de Argelia y eso implicaba el desafío de cómo hablar de lo que me importa sin caer en un cine que lo expresa todo a través de las palabras, haciendo que los personajes digan las cosas. Quería transmitir mi punto de vista de un país pero pasando por las imágenes y las historias, y que fueran ellas las que contaran todo", explicó Moussaoui en rueda de prensa.
Un nuevo rico, una joven y un neurólogo muy ambicioso son los protagonistas de las tres historias que componen "En attendant les hirondelles". El pasado y el presente de Argelia chocan con estas tres personas que reflejan algunas clases sociales del país.
El director dice que "el cine es subjetivo" y quiere que los espectadores comprendan que está hablando de Argelia desde su propio punto de vista. Para ello, "decidí contar tres historias, en tres territorios, con tres generaciones y en tres categorías sociales diferentes. Sobre todo en la última parte, que aborda nuestra historia reciente, la de los años 90, tenemos una impresión global de que estamos hablando de Argelia pero sin formular un discurso político a través del diálogo, sino dirigiéndonos a la inteligencia del espectador".
Lo más importante para él era representar correctamente a la sociedad argelina en el film: "Me importaba mucho no caer en un problema que a veces tienen las películas coproducidas, en las que el espectador no se reconoce en la imagen. Eso pasa mucho en cintas que se hacen sobre Argelia para ser mostradas en Europa. Me preocupaba mucho, por eso quería poner toda la atención en contar las cosas que conciernen realmente a los argelinos". Su objetivo era huir de los clichés típicos que se muestran en algunas cintas que se han hecho sobre su país. "Cuando hablo de clichés no estoy hablando de que se dé una imagen que no es real, sino del hecho de que para representar a un grupo, a un pueblo o a una cultura, se repite lo mismo, se abordan las mismas ideas y las mismas problemáticas. No es que sea una imagen falsa sino limitada", añadió Moussaoui.
"En attendant les hirondelles" es una coproducción entre Francia y Argelia, algo muy positivo para el realizador, tanto a nivel económico como humano: "Llevaba algunos años observando qué eran las coproducciones y lo que pueden implicar, así que decidí presentar el proyecto de mi mediometraje de 2013 a la productora de unos amigos en Francia. A partir de ahí comprendí la importancia que la coproducción puede tener. No solamente para permitir el montaje financiero de una película sino también porque da la oportunidad de trabajar con gente y técnicos que además de experiencia, aportan algo muy distinto a lo que hacen los técnicos argelinos, donde existe una verdadera crisis".
Para finalizar quiso Moussaoui referirse a la música que aparece en la película, que tiene un lugar importante dentro de la historia: "La música comunica en momentos en que las palabras no bastan. En mi película nunca está ahí como un fondo imperceptible que nos va a manipular para sentir una emoción sino que siempre es un elemento explícito muy evidente".
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