Colaboración: La Mafia, de Las Vegas a La Habana
- por © NOTICINE.com
Sonaba el son de Alexander Abreu y su Havana D’primera bajo el título "Me dicen Cuba" cuando me percato de que Sandra Bullock retomaría la estela de George Clooney en "Ocean’s 8, las estafadoras". "Ocean's Eleven" trataba sobre el robo simultáneo de los casinos Bellagio, Mirage y MGM Grand de Las Vegas en manos de un inhumano gestor y pareja de la ex mujer del personaje interpretado por George Clooney, Daniel Ocean.
Era una adaptación moderna de la película escrita por Harry Brown y Charles Lederer con el título de "La cuadrilla de los once", llevada a la pantalla por el director Lewis Milestone en 1960, donde figuraban en primera línea los famosos Rat Pack.
Ese fue el apodo que se le ocurrió a la bella pero incisiva Lauren Bacall cuando vio en qué estado catastrófico llegaban a casa su marido Humphrey Bogart, y sus amigotes Dean Martin, Frank Sinatra y Sammy Davis Jr. "Parecéis una maldita pandilla de ratas", decretó a la estrella que valía más que un silbido.
Décadas más tarde, y al parecer en un intento por destacar a Sandra Bullock, George Clooney y Steven Soderbergh retornan a la saga de Ocean’s Eleven desde un punto de vista femenino creando así las ocho de Ocean’s. Meta de esta pandilla: robar una gargantilla valorada en más de cien millones de dólares.
Su director Gary Ross y los creadores de este largometraje sin pies ni cabeza apelan a las actrices Cat Blanchett, Anne Hathaway, Mindy Kalling, Sarah Paulson, Helen Boham Carter, Richard Armitage, la rapera neoyorkina Awkwafina y la diosa de Barbados Rihana.
Descrita como una de las mujeres más sexy, la niña de las Antillas es un señuelo seguro para los directores de cine.
La película, que se ha estrenado ya en EEUU, se ha rodado enteramente en la ciudad de los rascacielos dejando así de lado a la fabulosa Las Vegas.
Desvalijar un casino no parece un trabajito fácil y a pesar de todo hay gente alrededor del mundo que intenta organizar un robo al estilo de Danny Ocean’s.
En la pequeña pantalla, Gary Scott Thompson autor de la saga de "Fast & Furious" creó una emblemática serie para la NBC titulada "Las Vegas".
El tema giraba en torno a Ed Deline (James Caan), un estricto ex agente de la CIA convertido en presidente de operaciones del Casino Montecito cuyo trabajo consistía en ejecutar el día a día del establecimiento junto a sus tropas de especialistas.
Constituida por el crimen organizado Las Vegas, que de paso se lleva el apellido bien ganado de ciudad del pecado, era en realidad el patio de recreo de la Mafia, allí donde los mafiosos podían cometer las gamberradas más espantosas sin que nadie les amonestara.
Una Mafia que por aquel entonces estaba iniciando sus actividades en Cuba traficando con ron y otras bebidas alcohólicas además de lavar dinero en isla a través del mafioso judío Meyer Lansky. En aquellos años, el Hotel Nacional ya era considerado como el tercer mayor establecimiento del país y el mejor del Caribe.
Era una época en la que los mafiosos se encontraban muy a gusto en La Habana, que seguramente en aquellos momentos podía haber sido catalogada también capital del pecado, desde la prostitución tutti quanti al juego por todo lo alto.
En 1946, cuentan los cronistas de la época, en la capital cubana se daban habitualmente cita las familias más poderosas. Allí, en un ambiente distendido y protegido -los federales y otros agentes norteamericanos andaban lejos, charlaban de negocios, copulaban o jugaban a las cartas.
Setenta y pocos años después y sin que la Casa Blanca aclare las verdaderas intenciones de Donald Trump con respecto a Cuba, los hoteles más famosos de la Habana esconden tantas historias jamás reveladas que tal vez Daniel Ocean paseo por allí en compañía de los famosos Rat Pack a orilla del Malecón y nunca se supo. Lo cierto es que el mundo del cine y el universo de la Mafia siempre fueron la obsesión de Hollywood ya que se trataba de un círculo al margen de la sociedad donde imperaba la ley del silencio.
Habría que esperar a la presentación de "El Padrino", de Ford Coppola, para tener una idea bastante real de lo que había sido la Mafia y su relación con Cuba. Y todo gracias al novelista Mario Puzo, quien descubrió por primera vez al público la verdadera imagen de unos bandidos que empezaron en la vida como benefactores de sus propios compatriotas –unidos por el aceite de oliva— y desembocaron en la mayor empresa criminal jamás montada en el mundo.
Son innumerables las películas que siguieron para contar los avatares de toda esa gentuza con esmoquin impecable, desde "Scarface", magnífica interpretación de Al Pacino a las órdenes de Brian de Palma.
La película, titulada igualmente "El precio del poder" relata historia de Tony Montana un delincuente y homicida cubano expatriado en Estados Unidos durante el "éxodo de Mariel" dispuesto a todo por obtener la gloria a través del negocio de la cocaína.
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Era una adaptación moderna de la película escrita por Harry Brown y Charles Lederer con el título de "La cuadrilla de los once", llevada a la pantalla por el director Lewis Milestone en 1960, donde figuraban en primera línea los famosos Rat Pack.
Ese fue el apodo que se le ocurrió a la bella pero incisiva Lauren Bacall cuando vio en qué estado catastrófico llegaban a casa su marido Humphrey Bogart, y sus amigotes Dean Martin, Frank Sinatra y Sammy Davis Jr. "Parecéis una maldita pandilla de ratas", decretó a la estrella que valía más que un silbido.
Décadas más tarde, y al parecer en un intento por destacar a Sandra Bullock, George Clooney y Steven Soderbergh retornan a la saga de Ocean’s Eleven desde un punto de vista femenino creando así las ocho de Ocean’s. Meta de esta pandilla: robar una gargantilla valorada en más de cien millones de dólares.
Su director Gary Ross y los creadores de este largometraje sin pies ni cabeza apelan a las actrices Cat Blanchett, Anne Hathaway, Mindy Kalling, Sarah Paulson, Helen Boham Carter, Richard Armitage, la rapera neoyorkina Awkwafina y la diosa de Barbados Rihana.
Descrita como una de las mujeres más sexy, la niña de las Antillas es un señuelo seguro para los directores de cine.
La película, que se ha estrenado ya en EEUU, se ha rodado enteramente en la ciudad de los rascacielos dejando así de lado a la fabulosa Las Vegas.
Desvalijar un casino no parece un trabajito fácil y a pesar de todo hay gente alrededor del mundo que intenta organizar un robo al estilo de Danny Ocean’s.
En la pequeña pantalla, Gary Scott Thompson autor de la saga de "Fast & Furious" creó una emblemática serie para la NBC titulada "Las Vegas".
El tema giraba en torno a Ed Deline (James Caan), un estricto ex agente de la CIA convertido en presidente de operaciones del Casino Montecito cuyo trabajo consistía en ejecutar el día a día del establecimiento junto a sus tropas de especialistas.
Constituida por el crimen organizado Las Vegas, que de paso se lleva el apellido bien ganado de ciudad del pecado, era en realidad el patio de recreo de la Mafia, allí donde los mafiosos podían cometer las gamberradas más espantosas sin que nadie les amonestara.
Una Mafia que por aquel entonces estaba iniciando sus actividades en Cuba traficando con ron y otras bebidas alcohólicas además de lavar dinero en isla a través del mafioso judío Meyer Lansky. En aquellos años, el Hotel Nacional ya era considerado como el tercer mayor establecimiento del país y el mejor del Caribe.
Era una época en la que los mafiosos se encontraban muy a gusto en La Habana, que seguramente en aquellos momentos podía haber sido catalogada también capital del pecado, desde la prostitución tutti quanti al juego por todo lo alto.
En 1946, cuentan los cronistas de la época, en la capital cubana se daban habitualmente cita las familias más poderosas. Allí, en un ambiente distendido y protegido -los federales y otros agentes norteamericanos andaban lejos, charlaban de negocios, copulaban o jugaban a las cartas.
Setenta y pocos años después y sin que la Casa Blanca aclare las verdaderas intenciones de Donald Trump con respecto a Cuba, los hoteles más famosos de la Habana esconden tantas historias jamás reveladas que tal vez Daniel Ocean paseo por allí en compañía de los famosos Rat Pack a orilla del Malecón y nunca se supo. Lo cierto es que el mundo del cine y el universo de la Mafia siempre fueron la obsesión de Hollywood ya que se trataba de un círculo al margen de la sociedad donde imperaba la ley del silencio.
Habría que esperar a la presentación de "El Padrino", de Ford Coppola, para tener una idea bastante real de lo que había sido la Mafia y su relación con Cuba. Y todo gracias al novelista Mario Puzo, quien descubrió por primera vez al público la verdadera imagen de unos bandidos que empezaron en la vida como benefactores de sus propios compatriotas –unidos por el aceite de oliva— y desembocaron en la mayor empresa criminal jamás montada en el mundo.
Son innumerables las películas que siguieron para contar los avatares de toda esa gentuza con esmoquin impecable, desde "Scarface", magnífica interpretación de Al Pacino a las órdenes de Brian de Palma.
La película, titulada igualmente "El precio del poder" relata historia de Tony Montana un delincuente y homicida cubano expatriado en Estados Unidos durante el "éxodo de Mariel" dispuesto a todo por obtener la gloria a través del negocio de la cocaína.
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