Colaboración: "Palmeras en la nieve", sí bwana
- por © NOTICINE.com
Por Toni Berrocal
Mientras el cine de monstruos que te quieren o que te repelen se impone cada día más, quizá porque no hacen falta diálogos y es bueno para los analfabetos, en España se ha vuelto a la época colonial. La Guinea Española comprendía las islas de Fernando Poo, Annobón, Elobey y Corisco. En 1959 los territorios españoles del Golfo de Guinea pasaron a ser considerados provincias metropolitanas.
Sin embargo. en marzo de 1968, bajo la presión de los nacionalistas ecuatoguineanos y de las Naciones Unidas, La España de Franco anunció la independencia de ese territorio africano.
Inspirándose en dicho relato y basándose en el libro de Luz Gabás, una antigua política española metida a novelista, el director de cine Fernando González Molina decidió adaptar el libro titulado "Palmeras en la nieve", que acaba de programarse en la televisión que la financió.
El cuentecito empieza con el descubrimiento de una carta olvidada, que empuja al personaje de Clarence interpretado por Adriana Ugarte a viajar a Bioko (una isla de Guinea) para visitar la tierra en la que su padre Jacobo y su tío Kilian pasaron la mayor parte de su juventud.
Pero será en la isla de Fernando Poo donde experimentará la amistad, el amor y el odio, y los contrastes de una vida social ligera y espontánea opuesta a la rigidez de la sociedad española.
"Palmeras en la nieve" no es más que un intento de relato colonialista en los tiempos del franquismo de unos blanquitos que jugaban con látigos, castigos físicos y encuentros sexuales entre los señores y sus esclavas negras con quienes echaban al mundo legiones de bastardos.
Una historieta española llena de justificaciones cuyo principio, desarrollo y desenlace es un lamentable intento de inmortalizar aquel territorio perdido.
Jamás España conoció la verdadera Africa, sino que califico sus territorios como la África Española, una denominación que se daba a las regiones africanas bajo protectorado español, especialmente aplicada a Marruecos por las zonas del Rif al norte y Cabo Juby al sur, el Sáhara Español además de la llamada Guinea Española.
Y si al realizar dicha película se pretendía justificar la pérdida de esta antigua colonia se debe empezar por entender el significado de Africa que no es otra que la cuna de la humanidad, originada en Tanzania.
En un momento clave de la película, se muestra una ceremonia concertada entre el personaje de Berta Vázquez, que interpreta el papel de Bisilia, y su consorte.
Ello no es obstáculo para que Mario Casas, que se transforma en Kilian, se enamore de ella y que este traspase el límite entre la locura y la estupidez humanas para llegar a conquistarla en una época en la cual los blanquitos trataban al pueblo africano como basura ambulante ya que ellos daban las órdenes a sus esclavos y no trabajadores como se pinta en la película, mientras que, los invadidos se limitaban a asentir con un humilde y rabioso "sí bwana, sí amo".
Esa ceremonia forma parte del rito proveniente del Congo bantú, nacida en los palenques o quilombos lejos del ojo de sus amos y señores.
Es una formalidad ancestral donde se rinde respeto a los difuntos de aquellos que van a unir sus caminos.
Originariamente esas ceremonias eran secretas ya que proceden de la época de los cimarrones, es decir de los africanos esclavos que conseguía huir de sus captores y vivir libres en las llanuras lejanas a la civilización.
De hecho el propio etnólogo cubano Miguel Barnet trató de este particularismo en su libro "Biografía de un cimarrón" editado en 1966.
Hoy en día, en la cultura popular hispánica se suele identificar la figura del cimarrón como la de aquel individuo afrodescendiente que huía del aberrante sistema de esclavitud, el cual estuvo activo durante casi cuatrocientos años.
En definitiva, "Palmeras en la nieve" quiere beber de películas como "Memorias de Africa" o "El paciente inglés" aspirando así a ser un melodrama clásico cuando en realidad no es más que la quimera de un fiasco político social español.
La esclavitud es algo que el ser humano ha utilizado desde que el mundo es mundo y la historia del intento de conquista de la llamada Africa Española se resume en lamentable, perturbadora, vergonzosa e infame.
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Mientras el cine de monstruos que te quieren o que te repelen se impone cada día más, quizá porque no hacen falta diálogos y es bueno para los analfabetos, en España se ha vuelto a la época colonial. La Guinea Española comprendía las islas de Fernando Poo, Annobón, Elobey y Corisco. En 1959 los territorios españoles del Golfo de Guinea pasaron a ser considerados provincias metropolitanas.
Sin embargo. en marzo de 1968, bajo la presión de los nacionalistas ecuatoguineanos y de las Naciones Unidas, La España de Franco anunció la independencia de ese territorio africano.
Inspirándose en dicho relato y basándose en el libro de Luz Gabás, una antigua política española metida a novelista, el director de cine Fernando González Molina decidió adaptar el libro titulado "Palmeras en la nieve", que acaba de programarse en la televisión que la financió.
El cuentecito empieza con el descubrimiento de una carta olvidada, que empuja al personaje de Clarence interpretado por Adriana Ugarte a viajar a Bioko (una isla de Guinea) para visitar la tierra en la que su padre Jacobo y su tío Kilian pasaron la mayor parte de su juventud.
Pero será en la isla de Fernando Poo donde experimentará la amistad, el amor y el odio, y los contrastes de una vida social ligera y espontánea opuesta a la rigidez de la sociedad española.
"Palmeras en la nieve" no es más que un intento de relato colonialista en los tiempos del franquismo de unos blanquitos que jugaban con látigos, castigos físicos y encuentros sexuales entre los señores y sus esclavas negras con quienes echaban al mundo legiones de bastardos.
Una historieta española llena de justificaciones cuyo principio, desarrollo y desenlace es un lamentable intento de inmortalizar aquel territorio perdido.
Jamás España conoció la verdadera Africa, sino que califico sus territorios como la África Española, una denominación que se daba a las regiones africanas bajo protectorado español, especialmente aplicada a Marruecos por las zonas del Rif al norte y Cabo Juby al sur, el Sáhara Español además de la llamada Guinea Española.
Y si al realizar dicha película se pretendía justificar la pérdida de esta antigua colonia se debe empezar por entender el significado de Africa que no es otra que la cuna de la humanidad, originada en Tanzania.
En un momento clave de la película, se muestra una ceremonia concertada entre el personaje de Berta Vázquez, que interpreta el papel de Bisilia, y su consorte.
Ello no es obstáculo para que Mario Casas, que se transforma en Kilian, se enamore de ella y que este traspase el límite entre la locura y la estupidez humanas para llegar a conquistarla en una época en la cual los blanquitos trataban al pueblo africano como basura ambulante ya que ellos daban las órdenes a sus esclavos y no trabajadores como se pinta en la película, mientras que, los invadidos se limitaban a asentir con un humilde y rabioso "sí bwana, sí amo".
Esa ceremonia forma parte del rito proveniente del Congo bantú, nacida en los palenques o quilombos lejos del ojo de sus amos y señores.
Es una formalidad ancestral donde se rinde respeto a los difuntos de aquellos que van a unir sus caminos.
Originariamente esas ceremonias eran secretas ya que proceden de la época de los cimarrones, es decir de los africanos esclavos que conseguía huir de sus captores y vivir libres en las llanuras lejanas a la civilización.
De hecho el propio etnólogo cubano Miguel Barnet trató de este particularismo en su libro "Biografía de un cimarrón" editado en 1966.
Hoy en día, en la cultura popular hispánica se suele identificar la figura del cimarrón como la de aquel individuo afrodescendiente que huía del aberrante sistema de esclavitud, el cual estuvo activo durante casi cuatrocientos años.
En definitiva, "Palmeras en la nieve" quiere beber de películas como "Memorias de Africa" o "El paciente inglés" aspirando así a ser un melodrama clásico cuando en realidad no es más que la quimera de un fiasco político social español.
La esclavitud es algo que el ser humano ha utilizado desde que el mundo es mundo y la historia del intento de conquista de la llamada Africa Española se resume en lamentable, perturbadora, vergonzosa e infame.
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