Colaboración: Cara y cruz de lo desconocido

por © NOTICINE.com
Por Sergio Berrocal Jr.   

Allá por los primeros años de este siglo, un director de cine venezolano llamado Jackson Gutiérrez emana por primera vez mediante la plataforma de youtube donde, tras terminar de montar una de sus primeras películas tituladas "Con los santos no se Juega", salta a la fama. Dicho largometraje elaborado con medios puramente callejeros, relata la historia de un mundo religioso afrocubano con conexiones mafiosas en la Venezuela actual.

En los primeros momentos de la película se ve cómo un chiquito de la calle llega a casa de dudoso estafador que se hace pasar por santero y este procede a una consulta ficticia y le monta un cuento a medias para llevarlo a su terreno y realizarle la llamada ceremonia de coronación santoral sin tener autoridad para ello.

Aquel embaucador de santos le dictamina que debe realizar un ebbó para que lo que le salió se cumple. La solución una nueve milímetro cargada para que el muchachito realice un atraco y así cumplir con los santos.

El atraco realizado, la cosa sale mal y el muchacho es testigo de cómo uno de sus compañeros es frito a balazos por la policía caraqueña.

Temeroso y bajo amenaza de muerte de aquel que decía ser su padrino acude a casa de un famoso santero que lo termina guiando por el camino correcto y la ética que corresponde a la misma regla de osha e Ifá.

Algunos meses después ese mismo director realiza su segunda película titulada "Iyawó, La Justicia de Olofi", cuya sinopsis cuenta la historia de la joven Marina, una chiquilla que desea entrar en el camino de la santería y cuyos sueños es convertirse en inspectora de policía. Lamentablemente, en su entorno se teje un mundo de engaño y delincuencias que utiliza la religión como mascara para cometer diversos delitos. Un sendero que Marina deberá de enfrentar antes de llegar a realizar su sueño.  

Realizado durante la transición venezolana "Iyawó, la Justicia de Olofi" y la película "Con los santos no se Juega" son dos referencias cinematográficas que muestran la verdadera ética que debe tener un religioso frente a ladrones y estafadores.

Es cierto que muchas veces nos hemos preguntado, cual es la verdad de las distintas religiones, siendo así que cada una de ellas reclama ser la poseedora de esta exactitud así como de sus dioses verdaderos.

No obstante al mundo televisivo le gusta tanto el sensacionalismo que programas como "En el punto de mira" (España) llega a realizar reportajes con enfoques y aproximaciones expuestos a medias, permitiéndose denominar como santería lo realizado por cualquier persona que eche las cartas del tarot.

Desde que el mundo es mundo, el ser humano ha tenido necesidad de creer en lo sobrenatural. Por ello algunos emigrantes llegados a España visten atuendos musulmanes y se permiten pasar consultas a los ingenuos que llaman a aquellos anuncios que fácilmente se hallan distribuidos en la calle en forma de folleto de ciento treinta gramos donde se puede leer: "Profesor XX Gran ilustre vidente Mágico Africano, Ayuda a Resolver Diversos Problemas con Rapidez y Garantía". Y son muchos los que caen en la trampa y se ven obligados a pagar miles de euros a causa de falsos pronósticos. Integrar el credo yoruba es algo muy serio y existen un proceso y ritos afines.
 
Sin embargo Hollywood fue el precursor en esto de comercializar en la gran pantalla aquellas leyendas de magia negra venida de Africa cuando en 1987 un director británico llamado John Schlesinger decide rodar el proyecto cinematográfico titulado "Los Creyentes".

El relato cuenta la historia del psiquiatra de la policía Carl Jamison (Martin Sheen) quien se muda a Nova York donde se ve envuelto en unas pesadillas ligadas a ritos africanos provenientes de Togo y Benin, conocidos hoy como voodoo.

Para poder librarse de ello Sheen se verá obligado a pedir ayuda a un santero propietario de una pequeña librería de barrio para poder librarse del terror que amenaza la isla de Manhattan.

El problema de las dichas "estafas" empieza con la propia sociedad y las líneas 906 nacidas en España en los noventa. En sí mismo la inseguridad personal juega un papel muy importante en el adicto a estos consumos en busca de una voz amiga.  

Me contaron que una noche una usuaria desesperada estuvo conectada con una tarotista durante algo más de seis horas. La jugada le costó el pago de una factura telefónica de miles de euros mientras que aquella tarotista se hacia las uñas en la sala de su casa en Málaga.      

Por desgracia, hoy en dia, la religión africana está denigrada no solamente porque el nombre de santería fue utilizado de manera despectiva para burlarse de aquellas etnias venidas de África sino también por el mal uso de muchos religiosos que han tomado dicho credo para sustentar sus cuentas bancarias en vez de honrar el juramento del bienestar a la humanidad.      

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